Buenas tardes, Claudio, Me gustaría formularte una pregunta al respecto de tales objetivos. En muchos casos, muchas personas se hallan sin objetivos, es decir, no hay nada que valoren o no hay actividades que desearían realizar (a veces, los valores que dicen perseguir no los persiguen en el fondo). En tales casos, a mi parecer, resulta oportuno el transmitir mediante técnicas de reforzamiento cómo podemos adquirir apetencia mediante la realización de las actividades; cómo podemos crear un valor en lo qué hacemos que antes no existía. Eso se ve mucho en las aficiones, cómo el aficionarse a algo da sentido y motivación. Te lo digo porqué si entendemos que los valores y objetivos pueden "crearse", entonces estamos desarrollando una capacidad de adaptación, de creación de nuevos valores en cualquier situación que vivamos, volviéndonos dúctiles al contexto y siendo capaces de superar los impedimentos que un cambio de contexto nos pueda ocasionar. Muchas veces, sufrimos por la frustración que la realidad aplica a nuestros deseos, pero cada vez tiendo a ver más cómo la adaptación a estos cambios y la gestión de los deseos es una solución más efectiva, y sobre todo más autónoma. A su vez, creo que hay una ligazón a una idea de "identidad personal" de tipo innatista en la qué mis gustos y valores son como son, por como soy Yo, que es contradictoria con el conocimiento del mundo, pudiendo ser mejor adaptar mi Yo al mundo y entender que no soy estático, sino cambiante, y así también mis valores u objetivos. Ejemplo 1: Debo trabajar más para ganar más dinero por necesidad y ello implica dejar de dedicar tiempo a mi afición. Esto frustraría y desanimaría a cualquiera. No obstante, en esta situación puede crearse el objetivo de profesionalidad en el trabajo, de satisfacción de necesidades y de nuevas posibilidades que la situación abre, en vez de centrarnos tanta en la frustración de la dedicación a mi afición. Ejemplo 2: La jubilación o el paro. He observado que mucha gente sufre en tales situaciones por múltiples razones (perdida vínculos y relaciones sociales, tiempo libre y aumento de rumiación, perdida de todos los hábitos...), pero algo común es la ausencia de una actividad satisfactoria. Mucha gente describe que se aburre, que no logra hallar nada relevante. En tales casos, ¿no sería útil la creación de un objetivo de forma artificial (partiendo, claro está, de cómo es el individuo y lo qué tiene a mano)? Ejemplo 3: Una persona decidió dedicarse a, pongamos por caso, hacer reseñas de literatura o hacer turismo. Pasado el tiempo, por lo qué sea, tales actividades dejan de serle satisfactorias o no puede realizarlas, y la persona sigue considerando que tales objetivos son "sus objetivos". A menudo, tendemos a animar a realizarlos, pero en otros casos, ¿no sería conveniente transmitir la ductilidad de objetivos y la posibilidad de hallar otros en base a su situación o de sobreponerse al deseo de los mismos? Un par más de ejemplos (ya paro de darte la tabarra): Una persona solitaria y sin muchos amigos. Ella desea tener más amigos, pero quizás no ha aprendido a valorar su soledad y tendría una vida plena de aceptarla y adecuarse a su situación. O una persona que busca pareja. Quizás sería más conveniente que aceptase su situación y viese que la necesidad de pareja surge de su deseo de la misma. En resumen, es como si no hubiera una adecuación de nuestros deseos a la situación presente, y precisamente por ellos sufrimos. Esto es un arma de doble filo, pues la aceptación y la resignación se parecen aun ser distintas entre si. Quizás sea capital poner el foco en las necesidades objetivas, las necesidades aprendidas y difícilmente modificables y aquellas necesidades aprendidas pero fácilmente modificables (estás dos últimas, no son en puridad necesidades). A mi entender, muchas "necesidades" no lo son y uno puede desprenderse de ellas. Otra cosa es que no tengamos el control suficiente sobre el ambiente ni las capacidades para hacerlo. Esta reflexión también la llevo a varios casos de transexualidad, en los cuales creo hay padecimientos por diversa índole que se "canalizan" a través de este objetivo, pero las cuales podrían satisfacerse de adecuarse a uno a cómo es (por ejemplo, no encajando con los roles de género, no gustándole su cuerpo). Mis preguntas son: ¿hasta qué punto tal creación artificial de objetivos es fecunda y cómo crees que puede incentivarse sin que resulte demasiado forzada? ¿hasta qué punto no hay un conflicto entre los objetivos como fin de la vida (el para qué que mentas) y la satisfacción con independencia de los objetivos? Yéndonos más al extremo y a un punto de vista más filosófico: ¿hasta qué punto necesitamos tales objetivos o creencias para actuar y hasta qué punto podemos prescindir de ellos poniendo el foco en el control sobre uno mismo independiente a objetivos (aunque esto sea, paradójicamente, un objetivo)? De nuevo, gracias por tu trabajo Claudio. Feliz año
Pues mira, creo que hablar de crear o descubrir valores es más semántico, pero en linea general diría, que por más que yo quiera hacer de la honestidad un valor, si no me mueve probablemente no lo sea, y no siempre lo que enunció como valor, lo es necesariamente para mi (puedo decirlo porque me enseñaron que es bueno). Por otro lado los valores son propósitos, y la conducta puede moverse por fuera de ellos, y de hecho lo hace, por ejemplo por placer u obligación. Los valores tienen la ventaja de dar sentido a las acciones y una experiencia de mayor compromiso con una vida que vale la pena ser vivida para la persona. En ese sentido, pueden tener mucha ventaja porque pueden mover a la persona incluso a pasarla mal cuando no queda otra, que desde la conducta porqué si, ya es más difícil que surja. Por supuesto no es una inmanencia, no es que la persona nace y muere con unos valores, porque ni la persona es la misma cuando nace que cuando envejece, es lógico que puedan cambiar. Y respecto a lo que mencionas de personas que no encuentran sus valores, siempre hay pistas de ellos cuando uno le pregunta sobre momentos de su vida donde se sintieron que no necesitaban nada, que fueron significativos, incluso doloroso (donde probablemente se lastimo algún valor). Siempre de ellos puede extraerse algún valor. Por eso la clasificación de valores es importante. Te recomiendo ver el video que hice exclusivamente sobre valores: ruclips.net/video/0GMnExrftlM/видео.html
Muy deacuerdo, la técnica no funciona y el paciente se fustra. Yo por mi experiencia hay muy pocos que piensen en el paciente, no saben el daño que pueden hacer aplicando técnicas que en ese momento son imposibles de realizar. En vez de apoyar al paciente y acompañarle poco a poco. Aveces hay que pararse a pensar si de verdad pueden ayudar al paciente o le pueden perjudicar y si es lo segundo que simplemente que digan, (yo no sé como ayudar deben de ir a otro que esté más especialicado), pero hoy todos saben de todo, ese es el problema. Un saludo
Me encantó este video. Es verdad, ¡tal cual lo dices! Muchas gracias por compartir tu conocimiento.
Gracias a ti por verlo, siempre es un placer leeerte
Como siempre logro identificar herramientas que me van a servir cuando me reciba como psicólogo. Gracias Claudio ❤️
Me alegra mucho haber podido colaborar con futuros colegas. Siempre es un placer ayudar
Muchas gracias, Claudio. Muy interesantes siempre tus exposiciones.
Muchas gracias por comentar, no dejes de suscríbete y compartir
Valiosa aportación maestro, te escribo de la Ciudad de México
Gracias, saludos a los hermanos mexicanos!
Está bueno lo que decís. Es interesante el tema.
Me alegra mucho que te haya sido de interés. No dejes de comentar y compartir
Buenas tardes, Claudio,
Me gustaría formularte una pregunta al respecto de tales objetivos. En muchos casos, muchas personas se hallan sin objetivos, es decir, no hay nada que valoren o no hay actividades que desearían realizar (a veces, los valores que dicen perseguir no los persiguen en el fondo). En tales casos, a mi parecer, resulta oportuno el transmitir mediante técnicas de reforzamiento cómo podemos adquirir apetencia mediante la realización de las actividades; cómo podemos crear un valor en lo qué hacemos que antes no existía. Eso se ve mucho en las aficiones, cómo el aficionarse a algo da sentido y motivación.
Te lo digo porqué si entendemos que los valores y objetivos pueden "crearse", entonces estamos desarrollando una capacidad de adaptación, de creación de nuevos valores en cualquier situación que vivamos, volviéndonos dúctiles al contexto y siendo capaces de superar los impedimentos que un cambio de contexto nos pueda ocasionar. Muchas veces, sufrimos por la frustración que la realidad aplica a nuestros deseos, pero cada vez tiendo a ver más cómo la adaptación a estos cambios y la gestión de los deseos es una solución más efectiva, y sobre todo más autónoma. A su vez, creo que hay una ligazón a una idea de "identidad personal" de tipo innatista en la qué mis gustos y valores son como son, por como soy Yo, que es contradictoria con el conocimiento del mundo, pudiendo ser mejor adaptar mi Yo al mundo y entender que no soy estático, sino cambiante, y así también mis valores u objetivos.
Ejemplo 1: Debo trabajar más para ganar más dinero por necesidad y ello implica dejar de dedicar tiempo a mi afición. Esto frustraría y desanimaría a cualquiera. No obstante, en esta situación puede crearse el objetivo de profesionalidad en el trabajo, de satisfacción de necesidades y de nuevas posibilidades que la situación abre, en vez de centrarnos tanta en la frustración de la dedicación a mi afición.
Ejemplo 2: La jubilación o el paro. He observado que mucha gente sufre en tales situaciones por múltiples razones (perdida vínculos y relaciones sociales, tiempo libre y aumento de rumiación, perdida de todos los hábitos...), pero algo común es la ausencia de una actividad satisfactoria. Mucha gente describe que se aburre, que no logra hallar nada relevante. En tales casos, ¿no sería útil la creación de un objetivo de forma artificial (partiendo, claro está, de cómo es el individuo y lo qué tiene a mano)?
Ejemplo 3: Una persona decidió dedicarse a, pongamos por caso, hacer reseñas de literatura o hacer turismo. Pasado el tiempo, por lo qué sea, tales actividades dejan de serle satisfactorias o no puede realizarlas, y la persona sigue considerando que tales objetivos son "sus objetivos". A menudo, tendemos a animar a realizarlos, pero en otros casos, ¿no sería conveniente transmitir la ductilidad de objetivos y la posibilidad de hallar otros en base a su situación o de sobreponerse al deseo de los mismos?
Un par más de ejemplos (ya paro de darte la tabarra): Una persona solitaria y sin muchos amigos. Ella desea tener más amigos, pero quizás no ha aprendido a valorar su soledad y tendría una vida plena de aceptarla y adecuarse a su situación. O una persona que busca pareja. Quizás sería más conveniente que aceptase su situación y viese que la necesidad de pareja surge de su deseo de la misma.
En resumen, es como si no hubiera una adecuación de nuestros deseos a la situación presente, y precisamente por ellos sufrimos. Esto es un arma de doble filo, pues la aceptación y la resignación se parecen aun ser distintas entre si. Quizás sea capital poner el foco en las necesidades objetivas, las necesidades aprendidas y difícilmente modificables y aquellas necesidades aprendidas pero fácilmente modificables (estás dos últimas, no son en puridad necesidades). A mi entender, muchas "necesidades" no lo son y uno puede desprenderse de ellas. Otra cosa es que no tengamos el control suficiente sobre el ambiente ni las capacidades para hacerlo. Esta reflexión también la llevo a varios casos de transexualidad, en los cuales creo hay padecimientos por diversa índole que se "canalizan" a través de este objetivo, pero las cuales podrían satisfacerse de adecuarse a uno a cómo es (por ejemplo, no encajando con los roles de género, no gustándole su cuerpo).
Mis preguntas son: ¿hasta qué punto tal creación artificial de objetivos es fecunda y cómo crees que puede incentivarse sin que resulte demasiado forzada? ¿hasta qué punto no hay un conflicto entre los objetivos como fin de la vida (el para qué que mentas) y la satisfacción con independencia de los objetivos? Yéndonos más al extremo y a un punto de vista más filosófico: ¿hasta qué punto necesitamos tales objetivos o creencias para actuar y hasta qué punto podemos prescindir de ellos poniendo el foco en el control sobre uno mismo independiente a objetivos (aunque esto sea, paradójicamente, un objetivo)?
De nuevo, gracias por tu trabajo Claudio. Feliz año
Pues mira, creo que hablar de crear o descubrir valores es más semántico, pero en linea general diría, que por más que yo quiera hacer de la honestidad un valor, si no me mueve probablemente no lo sea, y no siempre lo que enunció como valor, lo es necesariamente para mi (puedo decirlo porque me enseñaron que es bueno). Por otro lado los valores son propósitos, y la conducta puede moverse por fuera de ellos, y de hecho lo hace, por ejemplo por placer u obligación. Los valores tienen la ventaja de dar sentido a las acciones y una experiencia de mayor compromiso con una vida que vale la pena ser vivida para la persona. En ese sentido, pueden tener mucha ventaja porque pueden mover a la persona incluso a pasarla mal cuando no queda otra, que desde la conducta porqué si, ya es más difícil que surja. Por supuesto no es una inmanencia, no es que la persona nace y muere con unos valores, porque ni la persona es la misma cuando nace que cuando envejece, es lógico que puedan cambiar. Y respecto a lo que mencionas de personas que no encuentran sus valores, siempre hay pistas de ellos cuando uno le pregunta sobre momentos de su vida donde se sintieron que no necesitaban nada, que fueron significativos, incluso doloroso (donde probablemente se lastimo algún valor). Siempre de ellos puede extraerse algún valor. Por eso la clasificación de valores es importante. Te recomiendo ver el video que hice exclusivamente sobre valores:
ruclips.net/video/0GMnExrftlM/видео.html
Claudio habla un día de la anorexia.
Aun no lo hice, pero algún día voy a presentar un video de TCA
Muy deacuerdo, la técnica no funciona y el paciente se fustra. Yo por mi experiencia hay muy pocos que piensen en el paciente, no saben el daño que pueden hacer aplicando técnicas que en ese momento son imposibles de realizar.
En vez de apoyar al paciente y acompañarle poco a poco. Aveces hay que pararse a pensar si de verdad pueden ayudar al paciente o le pueden perjudicar y si es lo segundo que simplemente que digan, (yo no sé como ayudar deben de ir a otro que esté más especialicado), pero hoy todos saben de todo, ese es el problema. Un saludo
Por supuesto conocer las limitaciones y especialidades.