Con todo el respeto a ese coro, es increíble que para una misa con el entonces arzobispo no se contase con un coro, si no profesional, al menos con aptitudes para ese tipo de polifonías. Entre el vibrato desmedido y la preponderancia de las sopranos (entiendo que por la disposición de los micrófonos), se echa a perder esta pieza tan preciosa.
Con todo el respeto a ese coro, es increíble que para una misa con el entonces arzobispo no se contase con un coro, si no profesional, al menos con aptitudes para ese tipo de polifonías. Entre el vibrato desmedido y la preponderancia de las sopranos (entiendo que por la disposición de los micrófonos), se echa a perder esta pieza tan preciosa.