¿En verdad ORAMOS?

Y Ana, llorando y con el alma llena de amargura, se puso a orar al Señor. Nuestra oración tiene que ser intencional y según cada situación nuestras emociones, espíritu y mente deben estar en un mismo sentir. (1 Samuel 1:10 DHH)
Mas cuando Ana hubo orado, descanso. Esa paz viene fruto de un corazón que ha sido confortado en la comunión con el Padre celestial. (1 Samuel 1:17-18 DHH) -Vete en paz -le contestó Elí-, y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido. -Muchísimas gracias -contestó ella. Luego Ana regresó por donde había venido, y fue a comer, y nunca más volvió a estar triste.
La oración de intercesión nos dará autoridad sobre lo oramos.