Sembrando y optimisando los pastos de corte, y la utilisacion de la mierda de los animales como abono, mas la variedsd de animsles hacen granjas asi ser productivas y tener muchss ganancias
Antes de 1959, el 85 % de los pequeños agricultores cubanos estaba pagando renta y vivía bajo la perenne amenaza del desalojo de sus parcelas. Las condiciones de vida del pueblo, en general, eran muy difíciles... Nos moríamos antes de ir por primera vez a la escuela, antes de habernos puesto alguna vez un par de zapatos, incluso antes de balbucear la palabra papá. Eso sí, nos bautizaban como Dios manda. El cura decía: «En el cielo, todos seremos iguales; no habrá ricos ni pobres».Eran tantas las bondades del paraíso; sobre todo tan atractivas sus prebendas para los más sufridos, que el viejo mío decía no entender por qué los ricos se aferraban como lapas a la buena vida. A veces también decía: «Caramba, se la pasan rezando por ganarse el comunismo del cielo; no sé por qué tanto lo combaten en la tierra». Por este y otros chistes cierta vez fue llevado preso al cuartel. El teniente lo miró ceñudo por sobre los espejuelos, y le dijo: «Chicho, tengo información de que anoche usted estaba hablando mal del gobierno».Mi padre, que cuando pillaba una paradoja o hilvanaba un chascarrillo jamás se los callaba, sin pensarlo dos veces, le dijo: «Mire, teniente, quizá la única noche que yo no he hablado mal del gobierno fue anoche». Y tuvo suerte. Quién sabe si porque al oficial le gustaban las décimas y las canturías como al viejo, o porque era un secreto a voces que ya Camilo y el Che estaban llegando a Las Villas, por esa vez libró.Pero no todos tuvieron la misma fortuna. Por ejemplo, apenas un año atrás, el único médico que en Taguasco atendía a los pobres sin cobrarles fue asesinado por los guardias cuando quiso curar a un revolucionario.Entonces nos quedamos con cierto doctor que cobraba cinco pesos por tan solo aplicar un estetoscopio en la espalda. Mi madre, que apenas cobraba uno por entallar un vestido, ahorraba medicinas «quitándonos el sol» con un vaso de agua en la cabeza, o curándonos el «empacho» con sobos de manteca caliente.En verdad, parecía bueno morirse y así viajar a un sitio donde jamás habría dolor ni hambre. Vivir de muerto allá arriba, oyendo música y viendo aventuras y películas como en casa de Pepe el boticario, dueño de la única tv que había en varios kilómetros a la redonda.Quién puede hablarme de dolores a mí, que siempre tuve mala dentadura: «Eso es por falta de calcio», dictaminaba mi madre, y, como no había leche, me daba de beber mucha agua de pozo. Dicen que aquel dolor me duró una semana, pero en el recuerdo estuve como un año dándome buches de agua con sal. Mi madre no lograba clientela para su máquina de coser, y el sacamuelas exigía tres pesos por extraer la pieza. No le puedo fiar, decía el dentista, y la vieja lo miraba en silencio. Un atronador silencio.Como cierto día empezaron a darles casas a los guajiros, por un lado, mejoré con respecto a mis primos. Por otro, sin embargo, estaba peor: por fin mis abuelos eran dueños de la tierra que tanto habían trabajado al 50 %, y acostumbrados como estaban a medio comer, de pronto les sobraba algo. Así que los fines de semana yo me iba hasta allá para acumular reservas. Aún no tenían luz eléctrica, pero estaba mi tío Miguel que era como la radio.Por las noches mis primos y yo nos íbamos a la punta de la loma para escuchar sus cuentos. Delante, a lo lejos, estaban las luces de Jatibonico; detrás, las de Taguasco. Mi tío decía que arriba no había paraíso alguno, sino que las estrellas eran luces de otros pueblos. Dibujaba calles y avenidas en las constelaciones, y cuando pasaba una estrella fugaz, decía: «Miren, ahí va un chofer borracho». Alguna vez también señaló vastas zonas oscuras del cielo, donde apenas titilaban estrellas opacas, y ensimismado nos dijo: «La mayoría son como nosotros: se alumbran con lámparas de keroseno».Mi abuelo pensaba que esos cuentos no eran buenos para los niños. Con el reproche en los ojos, miró a Miguel y le dijo: «Veremos a quién le pides cuando no llueva y las vacas sean puros huesos». Lo mismo que mi padre, tío Miguel también tenía el don de cazar dichos y paradojas; pero a veces estas se le dormían en la lengua. Luego, cuando el abuelo se fue, nos dijo: No se preocupen, por estas tierras quien estaba era el diablo, y ha tenido que irse echando.Un día llegaron unos buldóceres y represaron el arroyo. Luego apareció un camión con una caja grande y, dentro de ella, había una turbina de petróleo. Nosotros nos quedamos lelos mirando aquel aparato enorme que serviría para llover justo cuando no tocaba. El abuelo elevó las manos y dijo: «Hay que prender una vela». A tío Miguel le brillaron los ojos, pero otra vez mordió su lengua, y finalmente nos quedamos sin saber qué hubiera dicho.De repente mi abuela sacudió la escoba de palmiche y apuntando hacia el platanal nos ordenó: «Arriba muchachos, vayan a coger un par de gallinas y luego corten un racimo de plátanos. Vamos a hacerles un buen almuerzo a los mecánicos».
No viajen a Cuba hasta que se respeten los derechos humanos y la libertad de expresión. Cuba mantiene presos políticos cubanos por manifestarse pidiendo libertad desde el 11 de julio del 2022. Elija otro destino para sus vacaciones,no mantenga una dictadura militar en Cuba. Turista tenga un consumo responsable.
Desde el 10 de marzo de 1952 hasta el 31 de diciembre de 1958, período que duró la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba, hubo más de 20 mil muertos. La mayoría fueron asesinados por la Policía o la Guardia Rural, generalmente después de haber sido torturados de las formas más horribles que pueda imaginar un ser humano. En muchos casos, los asesinatos adquirieron categoría de masacres, porque no se trataba de una sola persona, sino de varias al mismo tiempo, después de ser apresadas en redadas nocturnas El primer hecho de ese tipo que me viene a la memoria ocurrió durante las festividades de Navidad en la antigua provincia de Oriente, cuando en una orgía de sangre fueron asesinados del 23 al 26 de diciembre de 1956, 23 jóvenes revolucionarios, que fueron sacados de sus casas, torturados y luego asesinados y tirados en carreteras, en el campo, debajo de un puente, colgados de un árbol… en lo que la dictadura denominó cínicamente Operación Regalo de Navidad y que el pueblo nombró las Pascuas Sangrientas. El 23 de noviembre de 1957, el coronel Fermín Cowley Gallegos, autor de las Pascuas Sangrientas y del asesinato en masa de los expedicionarios del yate Corynthia, pagó sus crímenes al ser ajusticiado en la ciudad de Holguín por miembros del Movimiento Revolucionario 26 de Julio. La muerte del sicario conmovió al régimen, y a las pocas horas, decenas de soldados en tanques y camiones detuvieron a cientos de ciudadanos para “interrogarlos” mediante las más crueles torturas. Los criminales tomaron venganza, y en una nueva orgía de sangre asesinaron, el 9 de diciembre, a seis jóvenes revolucionarios miembros del Movimiento 26 de julio. Otra de las masacres, que al recordarla, al cabo de casi 60 años, produce repulsión e indignación, es la que se conoce como la masacre de Cabañas, ocurrida en el poblado de ese nombre en la provincia de Pinar del Río. Todo comenzó como venganza por una acción guerrillera ocurrida en las cercanías el 16 de noviembre de 1958. Un artículo publicado recientemente por la Agencia Cubana de Noticias describe los hechos de la siguiente forma: “Los primeros asesinados fueron los jóvenes campesinos Bernardino y José Isabel Miranda, dos hermanos vecinos de San Claudio, quienes resultaron sospechosos a los sicarios por el único hecho de pasar muy temprano en la mañana por el lugar donde se produjo el ataque, en dirección a las labranzas del campo. “Ese mismo día en la noche fueron sacados de su casa, golpeados brutalmente y luego ahorcados en la cuneta de la carretera, donde los dejaron colgados como escarmiento y aviso de lo que ocurriría en jornadas sucesivas. “Al iniciar la tarde del 18, otro joven, Gonzalo Rivero, quien era retrasado mental, pagó por su curiosidad: un pelotón de “casquitos” que descendía de un camión, le entró a trompones y a culetazos, luego lo llevaron en dirección a las montañas donde resultó ultimado, junto a Octavio Campos, Regino Ramos y José Benito Díaz, quienes salieron en defensa del limitado mental. “A finales de la mañana del 19 de noviembre, un jeep cargado de soldados fue de casa en casa y por los centros de trabajo, en busca de supuestos colaboradores de las guerrillas y enemigos del régimen; los llevaron hasta el cuartel de la Guardia Rural, los despojaron de sus pertenencias y los sometieron a una golpiza que duró casi 12 horas, para luego asesinarlos y enterrarlos en la finca Guasimal. “De manera despiadada, los esbirros mataron en la madrugada del 20 de noviembre de 1958 a Domingo Álvarez, Modesto Trujillo, Francisco Rodríguez, Isidoro Roque, Roberto Nodarse y Marcos Antonio Lafá, así como a otros dos detenidos que no eran de Cabañas, pero que se encontraban presos en el cuartel y tuvieron que pagar la misma suerte. “Cuenta la trágica historia que a Marcos Antonio Lafá lo despojaron de sus zapatos y lo hicieron caminar descalzo sobre piedras y espinas, y que ya con los pies destrozados, y consciente de que su destino final era la muerte, se negó a continuar caminando y pidió que lo asesinaran allí mismo. “Francisco Rodríguez era un valiente miembro del Movimiento 26 de Julio, eso lo sabían los soldados, quienes también conocían de su probada hombría, por eso, al darse cuenta que no iba a delatar a sus compañeros, pese a las horribles torturas, lo castraron y luego- para “diversión” de los verdugos allí presentes- le amarraron sus genitales al cuello, poco antes de ahorcarlo como a los demás.“La pesadilla iniciada en Cabañas el 17 de noviembre del 58 y extendida hasta el 31 de diciembre del propio año, solo concluiría con la llegada de la Revolución el primero de enero de 1959.” Esa es la historia que nunca debemos olvidar.
Perdonen si mis escritos son dificil de entender, pero las personas que trabajan en youtube no me perdonan que yo me pueda opinar en espanol. Aunque sea un espanol rudimentario..ellos tuerzen mis palabras y ponen las suyas..en ingles...
No viajen a Cuba hasta que se respeten los derechos humanos y la libertad de expresión. Cuba mantiene presos políticos cubanos por manifestarse pidiendo libertad desde el 11 de julio del 2022. Elija otro destino para sus vacaciones,no mantenga una dictadura militar en Cuba. Turista tenga un consumo responsable.
Ahí están los resultados de los campesinos pero también tiene q estar al mismo nivel los aseguramiento de las empresas socialistas habla de las estructuras q deben tener estas empresas neveras refrigeradas y envases detalles cerrados, además de las tinas de cocinas para hervirla la leche q les llega de los campesinos . Estas estructuras son indispensables en estas empresas socialista porque de nada sirve el campesino se esfuerce y después se h3che a perder esa leche q le debe llegar a un niño a una persona mayor y al igual 3n los estableciéndos donde se distribuye un embace de metal refrigerado no tanques plástico de aceite sin la debida inocuidad lleno de hormigas para despachar es un sistema q no existe y q las empresas socialistas deben preocuparse de tener hasta el establecimiento q se despacha esa leche. Es muy simple crear y mantener esta cadena solo chequeandolas todos los días y dejando tantas reuniones por gusto q ni se resuelven nada.
No viajen a Cuba hasta que se respeten los derechos humanos y la libertad de expresión. Cuba mantiene presos políticos cubanos por manifestarse pidiendo libertad desde el 11 de julio del 2022. Elija otro destino para sus vacaciones,no mantenga una dictadura militar en Cuba. Turista tenga un consumo responsable.
Cuba: Antes de 1959 la medicina no era para pobres La Cuba de antes de 1959 duele. Esa Cuba humillada y triste que vio sus calles llenas de niños con caras sucias y vientres hinchados, no precisamente por la llenura de un banquete; esa que sufrió el llanto de muchos padres por no poder traer a casa un bocado de comida; esa que bajó la mirada ante la vergüenza del campesino ultrajado frente a su prole; esa que sonrojada compartió con sus mujeres la humillación de la inferioridad.Barrio Las Yaguas. De esa Cuba dio cuenta un censo realizado por una asociación católica en el año 1957, cuyos resultados publicó luego la entonces Revista Carteles:·El obrero agrícola cubano no disponía, como promedio, de 25 centavos diarios para comer, vestir y calzar.·El 60% de ellos vivía en bohíos de techo de guano y de piso de tierra, sin servicio ni letrina sanitaria, ni agua corriente.·El 85% de esas covachas -rezagos increíbles de la vivienda aborigen precolombina- solamente tenían una o dos piezas en las que debía hacinarse toda la familia para dormir.·El 85% carecía de servicio de agua corriente.·El 44% no asistió, no pudo asistir jamás, a una escuela.Daba cuenta además la revista que «cuando cae la tarde, en el 88 % de esos bohíos hay que encender el quinqué… cuando se dispone de luz brillante. Y de refrigerador o nevera ¿qué decir? Solamente el 3% de los hogares rurales cubanos disponía de alguno de estos artefactos. La conservación de los alimentos, pues, apenas se conoce».Hospital Calixto García.El alimento fundamental de esas familias era a base de arroz, frijoles y viandas. Solamente un 4% comía carne; un 2% consumía huevos; y un 11% tomaba leche. Su alimentación tenía un déficit de más de 1 000 calorías diarias, con ausencia de vitaminas y minerales fundamentales.A la desnutrición, la ignorancia y la insalubridad habría que añadir la enfermedad y el parasitismo. La encuesta mencionada probó que el 14% de los obreros agrícolas de este país padeció de tuberculosis; que el 13% sufrió la tifoidea.La capital, con el 22% de la población disponía del 65% de los médicos y el 62% de las camas hospitalarias. Resultaba paradójico que a pesar de ser Cuba un país de población mayoritariamente campesina, solamente había un hospital rural con 10 camas y sin ningún médico. La mortalidad infantil superaba los sesenta fallecidos por cada mil nacidos vivos, y la esperanza de vida apenas llegaba a los 58 años.El seguro de enfermedad nunca existió y sus instituciones tenían siempre un gran déficit financiero. Durante casi siete años, el régimen de Batista llegó a manipular más de tres mil millones de pesos obtenidos por la vía de las recaudaciones y las emisiones de valores públicos.
No viajen a Cuba hasta que se respeten los derechos humanos y la libertad de expresión. Cuba mantiene presos políticos cubanos por manifestarse pidiendo libertad desde el 11 de julio del 2022. Elija otro destino para sus vacaciones,no mantenga una dictadura militar en Cuba. Turista tenga un consumo responsable.
En 1958, el 8% de los propietarios poseían más del 70% de las tierras, incluidos los latifundistas yankis. Al triunfar, la Revolución encontró una deuda exterior ascendente a 788 millones de dólares. Una balanza comercial desfavorable con Estados Unidos que alcanzaba a 603,4 millones de dólares. Esta crisis permanente de la economía cubana se reflejaba en los 549 000 desocupados de una fuerza de trabajo calculada en dos millones 204 mil. Las cifras de desocupados son mayores si se contabilizan los desocupados transitoriamente, así como aquellos que desempeñaban trabajos ocasionales a destajo, como es el caso de cerca de 700 000 trabajadores eventuales azucareros que pasaban hambre y miseria durante el terrible “tiempo muerto”, al trabajar escasamente tres meses durante la zafra azucarera. En 1958, la población cubana ascendía a 6 millones 547 mil habitantes. El gasto público de la seguridad social de ese año fue de 114,7 millones (hoy, con las últimas decisiones, es de más de 4 500 millones). En 1958 prestaban servicios en la Salud Pública 8 209 trabajadores (ahora pasan de 500 000) y el gasto público, por concepto de Salud Pública, era de 22,7 millones de pesos (hoy, ese es el gasto de un municipio promedio). Un solo indicador: la tasa de mortalidad infantil era superior a 60 niños muertos por cada 1 000 nacidos vivos (ahora con casi el doble de población es de 5,3). La expectativa de vida no pasaba de 55 años (ahora, es de 77 en los hombres y 78 años en las mujeres). En 1958, había tres millones de analfabetos y semianalfabetos, un tercio de los pobladores de entonces. La población mayor de 15 años tenía un nivel educacional promedio inferior a 3 grados. Solo el 15% de los jóvenes entre 15 y 19 años recibían algún tipo de educación. Más de 600 000 niños estaban sin escuelas. El gasto público por concepto de Educación era de 77 millones de pesos (eso es lo que gasta hoy un municipio promedio).
Antes de 1959, el 85 % de los pequeños agricultores cubanos estaba pagando renta y vivía bajo la perenne amenaza del desalojo de sus parcelas. Las condiciones de vida del pueblo, en general, eran muy difíciles... Nos moríamos antes de ir por primera vez a la escuela, antes de habernos puesto alguna vez un par de zapatos, incluso antes de balbucear la palabra papá. Eso sí, nos bautizaban como Dios manda. El cura decía: «En el cielo, todos seremos iguales; no habrá ricos ni pobres».Eran tantas las bondades del paraíso; sobre todo tan atractivas sus prebendas para los más sufridos, que el viejo mío decía no entender por qué los ricos se aferraban como lapas a la buena vida. A veces también decía: «Caramba, se la pasan rezando por ganarse el comunismo del cielo; no sé por qué tanto lo combaten en la tierra». Por este y otros chistes cierta vez fue llevado preso al cuartel. El teniente lo miró ceñudo por sobre los espejuelos, y le dijo: «Chicho, tengo información de que anoche usted estaba hablando mal del gobierno».Mi padre, que cuando pillaba una paradoja o hilvanaba un chascarrillo jamás se los callaba, sin pensarlo dos veces, le dijo: «Mire, teniente, quizá la única noche que yo no he hablado mal del gobierno fue anoche». Y tuvo suerte. Quién sabe si porque al oficial le gustaban las décimas y las canturías como al viejo, o porque era un secreto a voces que ya Camilo y el Che estaban llegando a Las Villas, por esa vez libró.Pero no todos tuvieron la misma fortuna. Por ejemplo, apenas un año atrás, el único médico que en Taguasco atendía a los pobres sin cobrarles fue asesinado por los guardias cuando quiso curar a un revolucionario.Entonces nos quedamos con cierto doctor que cobraba cinco pesos por tan solo aplicar un estetoscopio en la espalda. Mi madre, que apenas cobraba uno por entallar un vestido, ahorraba medicinas «quitándonos el sol» con un vaso de agua en la cabeza, o curándonos el «empacho» con sobos de manteca caliente.En verdad, parecía bueno morirse y así viajar a un sitio donde jamás habría dolor ni hambre. Vivir de muerto allá arriba, oyendo música y viendo aventuras y películas como en casa de Pepe el boticario, dueño de la única tv que había en varios kilómetros a la redonda.Quién puede hablarme de dolores a mí, que siempre tuve mala dentadura: «Eso es por falta de calcio», dictaminaba mi madre, y, como no había leche, me daba de beber mucha agua de pozo. Dicen que aquel dolor me duró una semana, pero en el recuerdo estuve como un año dándome buches de agua con sal. Mi madre no lograba clientela para su máquina de coser, y el sacamuelas exigía tres pesos por extraer la pieza. No le puedo fiar, decía el dentista, y la vieja lo miraba en silencio. Un atronador silencio.Como cierto día empezaron a darles casas a los guajiros, por un lado, mejoré con respecto a mis primos. Por otro, sin embargo, estaba peor: por fin mis abuelos eran dueños de la tierra que tanto habían trabajado al 50 %, y acostumbrados como estaban a medio comer, de pronto les sobraba algo. Así que los fines de semana yo me iba hasta allá para acumular reservas. Aún no tenían luz eléctrica, pero estaba mi tío Miguel que era como la radio.Por las noches mis primos y yo nos íbamos a la punta de la loma para escuchar sus cuentos. Delante, a lo lejos, estaban las luces de Jatibonico; detrás, las de Taguasco. Mi tío decía que arriba no había paraíso alguno, sino que las estrellas eran luces de otros pueblos. Dibujaba calles y avenidas en las constelaciones, y cuando pasaba una estrella fugaz, decía: «Miren, ahí va un chofer borracho». Alguna vez también señaló vastas zonas oscuras del cielo, donde apenas titilaban estrellas opacas, y ensimismado nos dijo: «La mayoría son como nosotros: se alumbran con lámparas de keroseno».Mi abuelo pensaba que esos cuentos no eran buenos para los niños. Con el reproche en los ojos, miró a Miguel y le dijo: «Veremos a quién le pides cuando no llueva y las vacas sean puros huesos». Lo mismo que mi padre, tío Miguel también tenía el don de cazar dichos y paradojas; pero a veces estas se le dormían en la lengua. Luego, cuando el abuelo se fue, nos dijo: No se preocupen, por estas tierras quien estaba era el diablo, y ha tenido que irse echando.Un día llegaron unos buldóceres y represaron el arroyo. Luego apareció un camión con una caja grande y, dentro de ella, había una turbina de petróleo. Nosotros nos quedamos lelos mirando aquel aparato enorme que serviría para llover justo cuando no tocaba. El abuelo elevó las manos y dijo: «Hay que prender una vela». A tío Miguel le brillaron los ojos, pero otra vez mordió su lengua, y finalmente nos quedamos sin saber qué hubiera dicho.De repente mi abuela sacudió la escoba de palmiche y apuntando hacia el platanal nos ordenó: «Arriba muchachos, vayan a coger un par de gallinas y luego corten un racimo de plátanos. Vamos a hacerles un buen almuerzo a los mecánicos».
Cuba: Antes de 1959 la medicina no era para pobres La Cuba de antes de 1959 duele. Esa Cuba humillada y triste que vio sus calles llenas de niños con caras sucias y vientres hinchados, no precisamente por la llenura de un banquete; esa que sufrió el llanto de muchos padres por no poder traer a casa un bocado de comida; esa que bajó la mirada ante la vergüenza del campesino ultrajado frente a su prole; esa que sonrojada compartió con sus mujeres la humillación de la inferioridad.Barrio Las Yaguas. De esa Cuba dio cuenta un censo realizado por una asociación católica en el año 1957, cuyos resultados publicó luego la entonces Revista Carteles:·El obrero agrícola cubano no disponía, como promedio, de 25 centavos diarios para comer, vestir y calzar.·El 60% de ellos vivía en bohíos de techo de guano y de piso de tierra, sin servicio ni letrina sanitaria, ni agua corriente.·El 85% de esas covachas -rezagos increíbles de la vivienda aborigen precolombina- solamente tenían una o dos piezas en las que debía hacinarse toda la familia para dormir.·El 85% carecía de servicio de agua corriente.·El 44% no asistió, no pudo asistir jamás, a una escuela.Daba cuenta además la revista que «cuando cae la tarde, en el 88 % de esos bohíos hay que encender el quinqué… cuando se dispone de luz brillante. Y de refrigerador o nevera ¿qué decir? Solamente el 3% de los hogares rurales cubanos disponía de alguno de estos artefactos. La conservación de los alimentos, pues, apenas se conoce».Hospital Calixto García.El alimento fundamental de esas familias era a base de arroz, frijoles y viandas. Solamente un 4% comía carne; un 2% consumía huevos; y un 11% tomaba leche. Su alimentación tenía un déficit de más de 1 000 calorías diarias, con ausencia de vitaminas y minerales fundamentales.A la desnutrición, la ignorancia y la insalubridad habría que añadir la enfermedad y el parasitismo. La encuesta mencionada probó que el 14% de los obreros agrícolas de este país padeció de tuberculosis; que el 13% sufrió la tifoidea.La capital, con el 22% de la población disponía del 65% de los médicos y el 62% de las camas hospitalarias. Resultaba paradójico que a pesar de ser Cuba un país de población mayoritariamente campesina, solamente había un hospital rural con 10 camas y sin ningún médico. La mortalidad infantil superaba los sesenta fallecidos por cada mil nacidos vivos, y la esperanza de vida apenas llegaba a los 58 años.El seguro de enfermedad nunca existió y sus instituciones tenían siempre un gran déficit financiero. Durante casi siete años, el régimen de Batista llegó a manipular más de tres mil millones de pesos obtenidos por la vía de las recaudaciones y las emisiones de valores públicos.
Masacres durante la dictadura de Batista.Desde el 10 de marzo de 1952 hasta el 31 de diciembre de 1958, período que duró la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba, hubo más de 20 mil muertos. La mayoría fueron asesinados por la Policía o la Guardia Rural, generalmente después de haber sido torturados de las formas más horribles que pueda imaginar un ser humano En muchos casos, los asesinatos adquirieron categoría de masacres, porque no se trataba de una sola persona, sino de varias al mismo tiempo, después de ser apresadas en redadas nocturnas. El primer hecho de ese tipo que me viene a la memoria ocurrió durante las festividades de Navidad en la antigua provincia de Oriente, cuando en una orgía de sangre fueron asesinados del 23 al 26 de diciembre de 1956, 23 jóvenes revolucionarios, que fueron sacados de sus casas, torturados y luego asesinados y tirados en carreteras, en el campo, debajo de un puente, colgados de un árbol… en lo que la dictadura denominó cínicamente Operación Regalo de Navidad y que el pueblo nombró las Pascuas Sangrientas. El 23 de noviembre de 1957, el coronel Fermín Cowley Gallegos, autor de las Pascuas Sangrientas y del asesinato en masa de los expedicionarios del yate Corynthia, pagó sus crímenes al ser ajusticiado en la ciudad de Holguín por miembros del Movimiento Revolucionario 26 de Julio. La muerte del sicario conmovió al régimen, y a las pocas horas, decenas de soldados en tanques y camiones detuvieron a cientos de ciudadanos para “interrogarlos” mediante las más crueles torturas. Los criminales tomaron venganza, y en una nueva orgía de sangre asesinaron, el 9 de diciembre, a seis jóvenes revolucionarios miembros del Movimiento 26 de julio.Otra de las masacres, que al recordarla, al cabo de casi 60 años, produce repulsión e indignación, es la que se conoce como la masacre de Cabañas, ocurrida en el poblado de ese nombre en la provincia de Pinar del Río. Todo comenzó como venganza por una acción guerrillera ocurrida en las cercanías el 16 de noviembre de 1958. Un artículo publicado recientemente por la Agencia Cubana de Noticias describe los hechos de la siguiente forma: “Los primeros asesinados fueron los jóvenes campesinos Bernardino y José Isabel Miranda, dos hermanos vecinos de San Claudio, quienes resultaron sospechosos a los sicarios por el único hecho de pasar muy temprano en la mañana por el lugar donde se produjo el ataque, en dirección a las labranzas del campo. “Ese mismo día en la noche fueron sacados de su casa, golpeados brutalmente y luego ahorcados en la cuneta de la carretera, donde los dejaron colgados como escarmiento y aviso de lo que ocurriría en jornadas sucesivas. “Al iniciar la tarde del 18, otro joven, Gonzalo Rivero, quien era retrasado mental, pagó por su curiosidad: un pelotón de “casquitos” que descendía de un camión, le entró a trompones y a culetazos, luego lo llevaron en dirección a las montañas donde resultó ultimado, junto a Octavio Campos, Regino Ramos y José Benito Díaz, quienes salieron en defensa del limitado mental. “A finales de la mañana del 19 de noviembre, un jeep cargado de soldados fue de casa en casa y por los centros de trabajo, en busca de supuestos colaboradores de las guerrillas y enemigos del régimen; los llevaron hasta el cuartel de la Guardia Rural, los despojaron de sus pertenencias y los sometieron a una golpiza que duró casi 12 horas, para luego asesinarlos y enterrarlos en la finca Guasimal. “De manera despiadada, los esbirros mataron en la madrugada del 20 de noviembre de 1958 a Domingo Álvarez, Modesto Trujillo, Francisco Rodríguez, Isidoro Roque, Roberto Nodarse y Marcos Antonio Lafá, así como a otros dos detenidos que no eran de Cabañas, pero que se encontraban presos en el cuartel y tuvieron que pagar la misma suerte. “Cuenta la trágica historia que a Marcos Antonio Lafá lo despojaron de sus zapatos y lo hicieron caminar descalzo sobre piedras y espinas, y que ya con los pies destrozados, y consciente de que su destino final era la muerte, se negó a continuar caminando y pidió que lo asesinaran allí mismo. “Francisco Rodríguez era un valiente miembro del Movimiento 26 de Julio, eso lo sabían los soldados, quienes también conocían de su probada hombría, por eso, al darse cuenta que no iba a delatar a sus compañeros, pese a las horribles torturas, lo castraron y luego- para “diversión” de los verdugos allí presentes- le amarraron sus genitales al cuello, poco antes de ahorcarlo como a los demás. “La pesadilla iniciada en Cabañas el 17 de noviembre del 58 y extendida hasta el 31 de diciembre del propio año, solo concluiría con la llegada de la Revolución el primero de enero de 1959.” Esa es la historia que nunca debemos olvidar.
Cuba: una niñez feliz garantizada De Cuba se puede contar: Cuba es el país latinoamericano con mejor calidad de vida para la infancia. Cuba califica como uno de los mejores lugares del mundo y el primero de América Latina para ser madre, según reconoce la ONG «Save the Children» en su Informe sobre el Estado Mundial de las Madres 2011. Cuba firmó y ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño y los Protocolos facultativos sobre: la participación de los niños en los conflictos armados; y sobre: la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. Desde el triunfo revolucionario en nuestro país ha primado la doctrina de que «nada es más importante que un niño».En Cuba existen las condiciones necesarias y adecuadas para garantizar y proteger los derechos de los niños en todos los ámbitos de la sociedad. La atención priorizada a los menores se sustenta en un sistema multisectorial y coordinado, incluidos los propios niños. Cuba aplicó un Programa Nacional de Acción para dar cumplimiento a los acuerdos de la Cumbre Mundial a favor de la Infancia. Nuestro país avanza en la aplicación de amplios programas sociales dirigidos a profundizar la participación ciudadana, la equidad y la justicia social. El Informe de Cuba presentado ante el Comité de los Derechos del niño en junio del 2011, demuestra la voluntad política del gobierno en la protección de los derechos del niño y refleja los grandes progresos realizados en la promoción del bienestar de la población, en especial de la niñez y la adolescencia. En Cuba existe una coordinación y concertación de los actores nacionales para dar cumplimiento a la Convención sobre los Derechos del Niño. Cuba tiene un amplio y digno historial en la promoción y protección de los derechos del niño. Cuba ha logrado avances sustantivos, resultado de programas y planes nacionales para crear las mejores condiciones para los niños y niñas, por ejemplo con un bajísimo índice de mortalidad infantil y el acceso a la educación gratuita de todos los niños y niñas. La Constitución, nuestras leyes y otras medidas adoptadas desde 1959 protegen a la mujer y los infantes, como sectores de la población que requieren atención especial. El Código Penal cubano incluye delitos contra el normal desarrollo de las relaciones sexuales y las acciones contra la familia, la infancia y la juventud y prevé una severa penalización a quienes atenten contra niñas y niños. La voluntad política del Gobierno ha permitido los logros alcanzados en la protección a los infantes. En Cuba, se garantiza que la totalidad de los recién nacidos cuenten con identidad legal. En Cuba la Organización de Pioneros José Martí, agrupa a los infantes y les da la posibilidad de expresarse e incluso reunirse en congreso.En Cuba no existe la trata sexual de menores, sino un desempeño ejemplar en la protección de la niñez, la juventud y la mujer. El bloqueo ha provocado a Cuba enormes carencias materiales, que han afectado la calidad de los servicios de salud y de educación de los niños. En este contexto, Cuba continúa aplicando su estrategia de supervivencia, de resistencia y desarrollo, en todas las esferas de la vida económica, política y social. Frente a todas las dificultades y negativas consecuencias del bloqueo Cuba refuerza sus mecanismos para proteger particularmente los derechos, condición y posición de los niños y destina los recursos para asegurar la salud, la educación y otros derechos de los niños. En el planeta millones de niños sufren la falta de escolarización, de vacunación, y son víctimas de explotación laboral y sexual. Decenas de millones de niños sufren por el aumento del hambre, la pobreza, la desigualdad y la exclusión social. Los gobiernos deben salvaguardar la infancia y si existe voluntad, este compromiso se convierte en prioridad. Debemos estimular a que todos los gobiernos se comprometan en la protección de los derechos de la infancia; La mayor forma de violencia contra los niños y las niñas es negarle el derecho a la vida, a un futuro seguro, es negarle salud, educación, alimentos y formas sanas de recreación.Mientras no se apliquen políticas donde prevalezca la cooperación internacional y la solidaridad internacional, mientras unos pocos se enriquezcan y otros tantos millones sufran la pobreza, la infancia y el futuro de la humanidad están en peligro.
Mi respetos para estos hombres quin me dise q estos hermanos pasan hambre , estos guajiros no saben lo q es hambre
💞 Vamos Cuba a ponerle corazón ♥ 🇨🇺. Los jóvenes en la vanguardia patria o muerte💕
Excelente hermanos ❤️🇨🇺❤️
Sembrando y optimisando los pastos de corte, y la utilisacion de la mierda de los animales como abono, mas la variedsd de animsles hacen granjas asi ser productivas y tener muchss ganancias
#CubaEsCiencia
#CubaPorLaSalud
#CubaSalvaVidas
CUBA LA MISERIA MUNDIAL! DIAZ CANEL RIENDOSE D TODOS UDS CLO ROTOS!
Descubrieron el agua tibia 😮!!! Pero si llevan 64 años en lo mismo y hay carencias de todo tipo asta cuando son los 15 de Yaquelin..
Antes de 1959, el 85 % de los pequeños agricultores cubanos estaba pagando renta y vivía bajo la perenne amenaza del desalojo de sus parcelas. Las condiciones de vida del pueblo, en general, eran muy difíciles... Nos moríamos antes de ir por primera vez a la escuela, antes de habernos puesto alguna vez un par de zapatos, incluso antes de balbucear la palabra papá. Eso sí, nos bautizaban como Dios manda. El cura decía: «En el cielo, todos seremos iguales; no habrá ricos ni pobres».Eran tantas las bondades del paraíso; sobre todo tan atractivas sus prebendas para los más sufridos, que el viejo mío decía no entender por qué los ricos se aferraban como lapas a la buena vida. A veces también decía: «Caramba, se la pasan rezando por ganarse el comunismo del cielo; no sé por qué tanto lo combaten en la tierra». Por este y otros chistes cierta vez fue llevado preso al cuartel. El teniente lo miró ceñudo por sobre los espejuelos, y le dijo: «Chicho, tengo información de que anoche usted estaba hablando mal del gobierno».Mi padre, que cuando pillaba una paradoja o hilvanaba un chascarrillo jamás se los callaba, sin pensarlo dos veces, le dijo: «Mire, teniente, quizá la única noche que yo no he hablado mal del gobierno fue anoche». Y tuvo suerte. Quién sabe si porque al oficial le gustaban las décimas y las canturías como al viejo, o porque era un secreto a voces que ya Camilo y el Che estaban llegando a Las Villas, por esa vez libró.Pero no todos tuvieron la misma fortuna. Por ejemplo, apenas un año atrás, el único médico que en Taguasco atendía a los pobres sin cobrarles fue asesinado por los guardias cuando quiso curar a un revolucionario.Entonces nos quedamos con cierto doctor que cobraba cinco pesos por tan solo aplicar un estetoscopio en la espalda. Mi madre, que apenas cobraba uno por entallar un vestido, ahorraba medicinas «quitándonos el sol» con un vaso de agua en la cabeza, o curándonos el «empacho» con sobos de manteca caliente.En verdad, parecía bueno morirse y así viajar a un sitio donde jamás habría dolor ni hambre. Vivir de muerto allá arriba, oyendo música y viendo aventuras y películas como en casa de Pepe el boticario, dueño de la única tv que había en varios kilómetros a la redonda.Quién puede hablarme de dolores a mí, que siempre tuve mala dentadura: «Eso es por falta de calcio», dictaminaba mi madre, y, como no había leche, me daba de beber mucha agua de pozo. Dicen que aquel dolor me duró una semana, pero en el recuerdo estuve como un año dándome buches de agua con sal. Mi madre no lograba clientela para su máquina de coser, y el sacamuelas exigía tres pesos por extraer la pieza. No le puedo fiar, decía el dentista, y la vieja lo miraba en silencio. Un atronador silencio.Como cierto día empezaron a darles casas a los guajiros, por un lado, mejoré con respecto a mis primos. Por otro, sin embargo, estaba peor: por fin mis abuelos eran dueños de la tierra que tanto habían trabajado al 50 %, y acostumbrados como estaban a medio comer, de pronto les sobraba algo. Así que los fines de semana yo me iba hasta allá para acumular reservas. Aún no tenían luz eléctrica, pero estaba mi tío Miguel que era como la radio.Por las noches mis primos y yo nos íbamos a la punta de la loma para escuchar sus cuentos. Delante, a lo lejos, estaban las luces de Jatibonico; detrás, las de Taguasco. Mi tío decía que arriba no había paraíso alguno, sino que las estrellas eran luces de otros pueblos. Dibujaba calles y avenidas en las constelaciones, y cuando pasaba una estrella fugaz, decía: «Miren, ahí va un chofer borracho». Alguna vez también señaló vastas zonas oscuras del cielo, donde apenas titilaban estrellas opacas, y ensimismado nos dijo: «La mayoría son como nosotros: se alumbran con lámparas de keroseno».Mi abuelo pensaba que esos cuentos no eran buenos para los niños. Con el reproche en los ojos, miró a Miguel y le dijo: «Veremos a quién le pides cuando no llueva y las vacas sean puros huesos». Lo mismo que mi padre, tío Miguel también tenía el don de cazar dichos y paradojas; pero a veces estas se le dormían en la lengua. Luego, cuando el abuelo se fue, nos dijo: No se preocupen, por estas tierras quien estaba era el diablo, y ha tenido que irse echando.Un día llegaron unos buldóceres y represaron el arroyo. Luego apareció un camión con una caja grande y, dentro de ella, había una turbina de petróleo. Nosotros nos quedamos lelos mirando aquel aparato enorme que serviría para llover justo cuando no tocaba. El abuelo elevó las manos y dijo: «Hay que prender una vela». A tío Miguel le brillaron los ojos, pero otra vez mordió su lengua, y finalmente nos quedamos sin saber qué hubiera dicho.De repente mi abuela sacudió la escoba de palmiche y apuntando hacia el platanal nos ordenó: «Arriba muchachos, vayan a coger un par de gallinas y luego corten un racimo de plátanos. Vamos a hacerles un buen almuerzo a los mecánicos».
No viajen a Cuba hasta que se respeten los derechos humanos y la libertad de expresión.
Cuba mantiene presos políticos cubanos por manifestarse pidiendo libertad desde el 11 de julio del 2022.
Elija otro destino para sus vacaciones,no mantenga una dictadura militar en Cuba.
Turista tenga un consumo responsable.
#MejorSinBloqueo.🤝💯❤🇨🇺
QUE BLOKEO ES ESE? SI CANEL SE METE EL MEJOR PERICO DEL CARIBE!
Desde el 10 de marzo de 1952 hasta el 31 de diciembre de 1958, período que duró la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba, hubo más de 20 mil muertos. La mayoría fueron asesinados por la Policía o la Guardia Rural, generalmente después de haber sido torturados de las formas más horribles que pueda imaginar un ser humano.
En muchos casos, los asesinatos adquirieron categoría de masacres, porque no se trataba de una sola persona, sino de varias al mismo tiempo, después de ser apresadas en redadas nocturnas El primer hecho de ese tipo que me viene a la memoria ocurrió durante las festividades de Navidad en la antigua provincia de Oriente, cuando en una orgía de sangre fueron asesinados del 23 al 26 de diciembre de 1956, 23 jóvenes revolucionarios, que fueron sacados de sus casas, torturados y luego asesinados y tirados en carreteras, en el campo, debajo de un puente, colgados de un árbol… en lo que la dictadura denominó cínicamente Operación Regalo de Navidad y que el pueblo nombró las Pascuas Sangrientas. El 23 de noviembre de 1957, el coronel Fermín Cowley Gallegos, autor de las Pascuas Sangrientas y del asesinato en masa de los expedicionarios del yate Corynthia, pagó sus crímenes al ser ajusticiado en la ciudad de Holguín por miembros del Movimiento Revolucionario 26 de Julio. La muerte del sicario conmovió al régimen, y a las pocas horas, decenas de soldados en tanques y camiones detuvieron a cientos de ciudadanos para “interrogarlos” mediante las más crueles torturas. Los criminales tomaron venganza, y en una nueva orgía de sangre asesinaron, el 9 de diciembre, a seis jóvenes revolucionarios miembros del Movimiento 26 de julio. Otra de las masacres, que al recordarla, al cabo de casi 60 años, produce repulsión e indignación, es la que se conoce como la masacre de Cabañas, ocurrida en el poblado de ese nombre en la provincia de Pinar del Río. Todo comenzó como venganza por una acción guerrillera ocurrida en las cercanías el 16 de noviembre de 1958. Un artículo publicado recientemente por la Agencia Cubana de Noticias describe los hechos de la siguiente forma: “Los primeros asesinados fueron los jóvenes campesinos Bernardino y José Isabel Miranda, dos hermanos vecinos de San Claudio, quienes resultaron sospechosos a los sicarios por el único hecho de pasar muy temprano en la mañana por el lugar donde se produjo el ataque, en dirección a las labranzas del campo. “Ese mismo día en la noche fueron sacados de su casa, golpeados brutalmente y luego ahorcados en la cuneta de la carretera, donde los dejaron colgados como escarmiento y aviso de lo que ocurriría en jornadas sucesivas. “Al iniciar la tarde del 18, otro joven, Gonzalo Rivero, quien era retrasado mental, pagó por su curiosidad: un pelotón de “casquitos” que descendía de un camión, le entró a trompones y a culetazos, luego lo llevaron en dirección a las montañas donde resultó ultimado, junto a Octavio Campos, Regino Ramos y José Benito Díaz, quienes salieron en defensa del limitado mental. “A finales de la mañana del 19 de noviembre, un jeep cargado de soldados fue de casa en casa y por los centros de trabajo, en busca de supuestos colaboradores de las guerrillas y enemigos del régimen; los llevaron hasta el cuartel de la Guardia Rural, los despojaron de sus pertenencias y los sometieron a una golpiza que duró casi 12 horas, para luego asesinarlos y enterrarlos en la finca Guasimal. “De manera despiadada, los esbirros mataron en la madrugada del 20 de noviembre de 1958 a Domingo Álvarez, Modesto Trujillo, Francisco Rodríguez, Isidoro Roque, Roberto Nodarse y Marcos Antonio Lafá, así como a otros dos detenidos que no eran de Cabañas, pero que se encontraban presos en el cuartel y tuvieron que pagar la misma suerte. “Cuenta la trágica historia que a Marcos Antonio Lafá lo despojaron de sus zapatos y lo hicieron caminar descalzo sobre piedras y espinas, y que ya con los pies destrozados, y consciente de que su destino final era la muerte, se negó a continuar caminando y pidió que lo asesinaran allí mismo. “Francisco Rodríguez era un valiente miembro del Movimiento 26 de Julio, eso lo sabían los soldados, quienes también conocían de su probada hombría, por eso, al darse cuenta que no iba a delatar a sus compañeros, pese a las horribles torturas, lo castraron y luego- para “diversión” de los verdugos allí presentes- le amarraron sus genitales al cuello, poco antes de ahorcarlo como a los demás.“La pesadilla iniciada en Cabañas el 17 de noviembre del 58 y extendida hasta el 31 de diciembre del propio año, solo concluiría con la llegada de la Revolución el primero de enero de 1959.”
Esa es la historia que nunca debemos olvidar.
ESO ES PERICO MOLIO? TE LO ESTAS METIENDO X EL CLO O LOS ESTAS INAHALANDO?
Perdonen si mis escritos son dificil de entender, pero las personas que trabajan en youtube no me perdonan que yo me pueda opinar en espanol. Aunque sea un espanol rudimentario..ellos tuerzen mis palabras y ponen las suyas..en ingles...
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Turista tenga un consumo responsable.
Ahí están los resultados de los campesinos pero también tiene q estar al mismo nivel los aseguramiento de las empresas socialistas habla de las estructuras q deben tener estas empresas neveras refrigeradas y envases detalles cerrados, además de las tinas de cocinas para hervirla la leche q les llega de los campesinos . Estas estructuras son indispensables en estas empresas socialista porque de nada sirve el campesino se esfuerce y después se h3che a perder esa leche q le debe llegar a un niño a una persona mayor y al igual 3n los estableciéndos donde se distribuye un embace de metal refrigerado no tanques plástico de aceite sin la debida inocuidad lleno de hormigas para despachar es un sistema q no existe y q las empresas socialistas deben preocuparse de tener hasta el establecimiento q se despacha esa leche. Es muy simple crear y mantener esta cadena solo chequeandolas todos los días y dejando tantas reuniones por gusto q ni se resuelven nada.
el unico consuelo que les queda a los sin patria es decir es mentira aun que esten mirando lo que esta pasando cuanto trauma jjjjjj
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Cuba: Antes de 1959 la medicina no era para pobres La Cuba de antes de 1959 duele.
Esa Cuba humillada y triste que vio sus calles llenas de niños con caras sucias y vientres hinchados, no precisamente por la llenura de un banquete; esa que sufrió el llanto de muchos padres por no poder traer a casa un bocado de comida; esa que bajó la mirada ante la vergüenza del campesino ultrajado frente a su prole; esa que sonrojada compartió con sus mujeres la humillación de la inferioridad.Barrio Las Yaguas. De esa Cuba dio cuenta un censo realizado por una asociación católica en el año 1957, cuyos resultados publicó luego la entonces Revista Carteles:·El obrero agrícola cubano no disponía, como promedio, de 25 centavos diarios para comer, vestir y calzar.·El 60% de ellos vivía en bohíos de techo de guano y de piso de tierra, sin servicio ni letrina sanitaria, ni agua corriente.·El 85% de esas covachas -rezagos increíbles de la vivienda aborigen precolombina- solamente tenían una o dos piezas en las que debía hacinarse toda la familia para dormir.·El 85% carecía de servicio de agua corriente.·El 44% no asistió, no pudo asistir jamás, a una escuela.Daba cuenta además la revista que «cuando cae la tarde, en el 88 % de esos bohíos hay que encender el quinqué… cuando se dispone de luz brillante. Y de refrigerador o nevera ¿qué decir? Solamente el 3% de los hogares rurales cubanos disponía de alguno de estos artefactos. La conservación de los alimentos, pues, apenas se conoce».Hospital Calixto García.El alimento fundamental de esas familias era a base de arroz, frijoles y viandas. Solamente un 4% comía carne; un 2% consumía huevos; y un 11% tomaba leche. Su alimentación tenía un déficit de más de 1 000 calorías diarias, con ausencia de vitaminas y minerales fundamentales.A la desnutrición, la ignorancia y la insalubridad habría que añadir la enfermedad y el parasitismo. La encuesta mencionada probó que el 14% de los obreros agrícolas de este país padeció de tuberculosis; que el 13% sufrió la tifoidea.La capital, con el 22% de la población disponía del 65% de los médicos y el 62% de las camas hospitalarias. Resultaba paradójico que a pesar de ser Cuba un país de población mayoritariamente campesina, solamente había un hospital rural con 10 camas y sin ningún médico. La mortalidad infantil superaba los sesenta fallecidos por cada mil nacidos vivos, y la esperanza de vida apenas llegaba a los 58 años.El seguro de enfermedad nunca existió y sus instituciones tenían siempre un gran déficit financiero. Durante casi siete años, el régimen de Batista llegó a manipular más de tres mil millones de pesos obtenidos por la vía de las recaudaciones y las emisiones de valores públicos.
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En 1958, el 8% de los propietarios poseían más del 70% de las tierras, incluidos los latifundistas yankis. Al triunfar, la Revolución encontró una deuda exterior ascendente a 788 millones de dólares. Una balanza comercial desfavorable con Estados Unidos que alcanzaba a 603,4 millones de dólares. Esta crisis permanente de la economía cubana se reflejaba en los 549 000 desocupados de una fuerza de trabajo calculada en dos millones 204 mil. Las cifras de desocupados son mayores si se contabilizan los desocupados transitoriamente, así como aquellos que desempeñaban trabajos ocasionales a destajo, como es el caso de cerca de 700 000 trabajadores eventuales azucareros que pasaban hambre y miseria durante el terrible “tiempo muerto”, al trabajar escasamente tres meses durante la zafra azucarera. En 1958, la población cubana ascendía a 6 millones 547 mil habitantes. El gasto público de la seguridad social de ese año fue de 114,7 millones (hoy, con las últimas decisiones, es de más de 4 500 millones). En 1958 prestaban servicios en la Salud Pública 8 209 trabajadores (ahora pasan de 500 000) y el gasto público, por concepto de Salud Pública, era de 22,7 millones de pesos (hoy, ese es el gasto de un municipio promedio). Un solo indicador: la tasa de mortalidad infantil era superior a 60 niños muertos por cada 1 000 nacidos vivos (ahora con casi el doble de población es de 5,3). La expectativa de vida no pasaba de 55 años (ahora, es de 77 en los hombres y 78 años en las mujeres). En 1958, había tres millones de analfabetos y semianalfabetos, un tercio de los pobladores de entonces. La población mayor de 15 años tenía un nivel educacional promedio inferior a 3 grados. Solo el 15% de los jóvenes entre 15 y 19 años recibían algún tipo de educación. Más de 600 000 niños estaban sin escuelas. El gasto público por concepto de Educación era de 77 millones de pesos (eso es lo que gasta hoy un municipio promedio).
Antes de 1959, el 85 % de los pequeños agricultores cubanos estaba pagando renta y vivía bajo la perenne amenaza del desalojo de sus parcelas. Las condiciones de vida del pueblo, en general, eran muy difíciles... Nos moríamos antes de ir por primera vez a la escuela, antes de habernos puesto alguna vez un par de zapatos, incluso antes de balbucear la palabra papá. Eso sí, nos bautizaban como Dios manda. El cura decía: «En el cielo, todos seremos iguales; no habrá ricos ni pobres».Eran tantas las bondades del paraíso; sobre todo tan atractivas sus prebendas para los más sufridos, que el viejo mío decía no entender por qué los ricos se aferraban como lapas a la buena vida. A veces también decía: «Caramba, se la pasan rezando por ganarse el comunismo del cielo; no sé por qué tanto lo combaten en la tierra». Por este y otros chistes cierta vez fue llevado preso al cuartel. El teniente lo miró ceñudo por sobre los espejuelos, y le dijo: «Chicho, tengo información de que anoche usted estaba hablando mal del gobierno».Mi padre, que cuando pillaba una paradoja o hilvanaba un chascarrillo jamás se los callaba, sin pensarlo dos veces, le dijo: «Mire, teniente, quizá la única noche que yo no he hablado mal del gobierno fue anoche». Y tuvo suerte. Quién sabe si porque al oficial le gustaban las décimas y las canturías como al viejo, o porque era un secreto a voces que ya Camilo y el Che estaban llegando a Las Villas, por esa vez libró.Pero no todos tuvieron la misma fortuna. Por ejemplo, apenas un año atrás, el único médico que en Taguasco atendía a los pobres sin cobrarles fue asesinado por los guardias cuando quiso curar a un revolucionario.Entonces nos quedamos con cierto doctor que cobraba cinco pesos por tan solo aplicar un estetoscopio en la espalda. Mi madre, que apenas cobraba uno por entallar un vestido, ahorraba medicinas «quitándonos el sol» con un vaso de agua en la cabeza, o curándonos el «empacho» con sobos de manteca caliente.En verdad, parecía bueno morirse y así viajar a un sitio donde jamás habría dolor ni hambre. Vivir de muerto allá arriba, oyendo música y viendo aventuras y películas como en casa de Pepe el boticario, dueño de la única tv que había en varios kilómetros a la redonda.Quién puede hablarme de dolores a mí, que siempre tuve mala dentadura: «Eso es por falta de calcio», dictaminaba mi madre, y, como no había leche, me daba de beber mucha agua de pozo. Dicen que aquel dolor me duró una semana, pero en el recuerdo estuve como un año dándome buches de agua con sal. Mi madre no lograba clientela para su máquina de coser, y el sacamuelas exigía tres pesos por extraer la pieza. No le puedo fiar, decía el dentista, y la vieja lo miraba en silencio. Un atronador silencio.Como cierto día empezaron a darles casas a los guajiros, por un lado, mejoré con respecto a mis primos. Por otro, sin embargo, estaba peor: por fin mis abuelos eran dueños de la tierra que tanto habían trabajado al 50 %, y acostumbrados como estaban a medio comer, de pronto les sobraba algo. Así que los fines de semana yo me iba hasta allá para acumular reservas. Aún no tenían luz eléctrica, pero estaba mi tío Miguel que era como la radio.Por las noches mis primos y yo nos íbamos a la punta de la loma para escuchar sus cuentos. Delante, a lo lejos, estaban las luces de Jatibonico; detrás, las de Taguasco. Mi tío decía que arriba no había paraíso alguno, sino que las estrellas eran luces de otros pueblos. Dibujaba calles y avenidas en las constelaciones, y cuando pasaba una estrella fugaz, decía: «Miren, ahí va un chofer borracho». Alguna vez también señaló vastas zonas oscuras del cielo, donde apenas titilaban estrellas opacas, y ensimismado nos dijo: «La mayoría son como nosotros: se alumbran con lámparas de keroseno».Mi abuelo pensaba que esos cuentos no eran buenos para los niños. Con el reproche en los ojos, miró a Miguel y le dijo: «Veremos a quién le pides cuando no llueva y las vacas sean puros huesos». Lo mismo que mi padre, tío Miguel también tenía el don de cazar dichos y paradojas; pero a veces estas se le dormían en la lengua. Luego, cuando el abuelo se fue, nos dijo: No se preocupen, por estas tierras quien estaba era el diablo, y ha tenido que irse echando.Un día llegaron unos buldóceres y represaron el arroyo. Luego apareció un camión con una caja grande y, dentro de ella, había una turbina de petróleo. Nosotros nos quedamos lelos mirando aquel aparato enorme que serviría para llover justo cuando no tocaba. El abuelo elevó las manos y dijo: «Hay que prender una vela». A tío Miguel le brillaron los ojos, pero otra vez mordió su lengua, y finalmente nos quedamos sin saber qué hubiera dicho.De repente mi abuela sacudió la escoba de palmiche y apuntando hacia el platanal nos ordenó: «Arriba muchachos, vayan a coger un par de gallinas y luego corten un racimo de plátanos. Vamos a hacerles un buen almuerzo a los mecánicos».
Cuba: Antes de 1959 la medicina no era para pobres La Cuba de antes de 1959 duele.
Esa Cuba humillada y triste que vio sus calles llenas de niños con caras sucias y vientres hinchados, no precisamente por la llenura de un banquete; esa que sufrió el llanto de muchos padres por no poder traer a casa un bocado de comida; esa que bajó la mirada ante la vergüenza del campesino ultrajado frente a su prole; esa que sonrojada compartió con sus mujeres la humillación de la inferioridad.Barrio Las Yaguas. De esa Cuba dio cuenta un censo realizado por una asociación católica en el año 1957, cuyos resultados publicó luego la entonces Revista Carteles:·El obrero agrícola cubano no disponía, como promedio, de 25 centavos diarios para comer, vestir y calzar.·El 60% de ellos vivía en bohíos de techo de guano y de piso de tierra, sin servicio ni letrina sanitaria, ni agua corriente.·El 85% de esas covachas -rezagos increíbles de la vivienda aborigen precolombina- solamente tenían una o dos piezas en las que debía hacinarse toda la familia para dormir.·El 85% carecía de servicio de agua corriente.·El 44% no asistió, no pudo asistir jamás, a una escuela.Daba cuenta además la revista que «cuando cae la tarde, en el 88 % de esos bohíos hay que encender el quinqué… cuando se dispone de luz brillante. Y de refrigerador o nevera ¿qué decir? Solamente el 3% de los hogares rurales cubanos disponía de alguno de estos artefactos. La conservación de los alimentos, pues, apenas se conoce».Hospital Calixto García.El alimento fundamental de esas familias era a base de arroz, frijoles y viandas. Solamente un 4% comía carne; un 2% consumía huevos; y un 11% tomaba leche. Su alimentación tenía un déficit de más de 1 000 calorías diarias, con ausencia de vitaminas y minerales fundamentales.A la desnutrición, la ignorancia y la insalubridad habría que añadir la enfermedad y el parasitismo. La encuesta mencionada probó que el 14% de los obreros agrícolas de este país padeció de tuberculosis; que el 13% sufrió la tifoidea.La capital, con el 22% de la población disponía del 65% de los médicos y el 62% de las camas hospitalarias. Resultaba paradójico que a pesar de ser Cuba un país de población mayoritariamente campesina, solamente había un hospital rural con 10 camas y sin ningún médico. La mortalidad infantil superaba los sesenta fallecidos por cada mil nacidos vivos, y la esperanza de vida apenas llegaba a los 58 años.El seguro de enfermedad nunca existió y sus instituciones tenían siempre un gran déficit financiero. Durante casi siete años, el régimen de Batista llegó a manipular más de tres mil millones de pesos obtenidos por la vía de las recaudaciones y las emisiones de valores públicos.
Masacres durante la dictadura de Batista.Desde el 10 de marzo de 1952 hasta el 31 de diciembre de 1958, período que duró la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba, hubo más de 20 mil muertos. La mayoría fueron asesinados por la Policía o la Guardia Rural, generalmente después de haber sido torturados de las formas más horribles que pueda imaginar un ser humano En muchos casos, los asesinatos adquirieron categoría de masacres, porque no se trataba de una sola persona, sino de varias al mismo tiempo, después de ser apresadas en redadas nocturnas.
El primer hecho de ese tipo que me viene a la memoria ocurrió durante las festividades de Navidad en la antigua provincia de Oriente, cuando en una orgía de sangre fueron asesinados del 23 al 26 de diciembre de 1956, 23 jóvenes revolucionarios, que fueron sacados de sus casas, torturados y luego asesinados y tirados en carreteras, en el campo, debajo de un puente, colgados de un árbol… en lo que la dictadura denominó cínicamente Operación Regalo de Navidad y que el pueblo nombró las Pascuas Sangrientas. El 23 de noviembre de 1957, el coronel Fermín Cowley Gallegos, autor de las Pascuas Sangrientas y del asesinato en masa de los expedicionarios del yate Corynthia, pagó sus crímenes al ser ajusticiado en la ciudad de Holguín por miembros del Movimiento Revolucionario 26 de Julio. La muerte del sicario conmovió al régimen, y a las pocas horas, decenas de soldados en tanques y camiones detuvieron a cientos de ciudadanos para “interrogarlos” mediante las más crueles torturas. Los criminales tomaron venganza, y en una nueva orgía de sangre asesinaron, el 9 de diciembre, a seis jóvenes revolucionarios miembros del Movimiento 26 de julio.Otra de las masacres, que al recordarla, al cabo de casi 60 años, produce repulsión e indignación, es la que se conoce como la masacre de Cabañas, ocurrida en el poblado de ese nombre en la provincia de Pinar del Río. Todo comenzó como venganza por una acción guerrillera ocurrida en las cercanías el 16 de noviembre de 1958. Un artículo publicado recientemente por la Agencia Cubana de Noticias describe los hechos de la siguiente forma: “Los primeros asesinados fueron los jóvenes campesinos Bernardino y José Isabel Miranda, dos hermanos vecinos de San Claudio, quienes resultaron sospechosos a los sicarios por el único hecho de pasar muy temprano en la mañana por el lugar donde se produjo el ataque, en dirección a las labranzas del campo. “Ese mismo día en la noche fueron sacados de su casa, golpeados brutalmente y luego ahorcados en la cuneta de la carretera, donde los dejaron colgados como escarmiento y aviso de lo que ocurriría en jornadas sucesivas. “Al iniciar la tarde del 18, otro joven, Gonzalo Rivero, quien era retrasado mental, pagó por su curiosidad: un pelotón de “casquitos” que descendía de un camión, le entró a trompones y a culetazos, luego lo llevaron en dirección a las montañas donde resultó ultimado, junto a Octavio Campos, Regino Ramos y José Benito Díaz, quienes salieron en defensa del limitado mental. “A finales de la mañana del 19 de noviembre, un jeep cargado de soldados fue de casa en casa y por los centros de trabajo, en busca de supuestos colaboradores de las guerrillas y enemigos del régimen; los llevaron hasta el cuartel de la Guardia Rural, los despojaron de sus pertenencias y los sometieron a una golpiza que duró casi 12 horas, para luego asesinarlos y enterrarlos en la finca Guasimal. “De manera despiadada, los esbirros mataron en la madrugada del 20 de noviembre de 1958 a Domingo Álvarez, Modesto Trujillo, Francisco Rodríguez, Isidoro Roque, Roberto Nodarse y Marcos Antonio Lafá, así como a otros dos detenidos que no eran de Cabañas, pero que se encontraban presos en el cuartel y tuvieron que pagar la misma suerte. “Cuenta la trágica historia que a Marcos Antonio Lafá lo despojaron de sus zapatos y lo hicieron caminar descalzo sobre piedras y espinas, y que ya con los pies destrozados, y consciente de que su destino final era la muerte, se negó a continuar caminando y pidió que lo asesinaran allí mismo. “Francisco Rodríguez era un valiente miembro del Movimiento 26 de Julio, eso lo sabían los soldados, quienes también conocían de su probada hombría, por eso, al darse cuenta que no iba a delatar a sus compañeros, pese a las horribles torturas, lo castraron y luego- para “diversión” de los verdugos allí presentes- le amarraron sus genitales al cuello, poco antes de ahorcarlo como a los demás. “La pesadilla iniciada en Cabañas el 17 de noviembre del 58 y extendida hasta el 31 de diciembre del propio año, solo concluiría con la llegada de la Revolución el primero de enero de 1959.”
Esa es la historia que nunca debemos olvidar.
UDS TRAFICABAN DROGA CON PABLO ESCOBAR FIDEL LOS COJIO PA ESO Y LOS DEJO CON EL C-Lo lleno de leche 🤣🤣🤣🤣
Llego el pollo ciberclarias y el arroz liberado corran que eso si es un logro revolucionario 😂😂😂😂
Cuba: una niñez feliz garantizada De Cuba se puede contar:
Cuba es el país latinoamericano con mejor calidad de vida para la infancia.
Cuba califica como uno de los mejores lugares del mundo y el primero de América Latina para ser madre, según reconoce la ONG «Save the Children» en su Informe sobre el Estado Mundial de las Madres 2011.
Cuba firmó y ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño y los Protocolos facultativos sobre: la participación de los niños en los conflictos armados; y sobre: la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía. Desde el triunfo revolucionario en nuestro país ha primado la doctrina de que «nada es más importante que un niño».En Cuba existen las condiciones necesarias y adecuadas para garantizar y proteger los derechos de los niños en todos los ámbitos de la sociedad. La atención priorizada a los menores se sustenta en un sistema multisectorial y coordinado, incluidos los propios niños. Cuba aplicó un Programa Nacional de Acción para dar cumplimiento a los acuerdos de la Cumbre Mundial a favor de la Infancia. Nuestro país avanza en la aplicación de amplios programas sociales dirigidos a profundizar la participación ciudadana, la equidad y la justicia social. El Informe de Cuba presentado ante el Comité de los Derechos del niño en junio del 2011, demuestra la voluntad política del gobierno en la protección de los derechos del niño y refleja los grandes progresos realizados en la promoción del bienestar de la población, en especial de la niñez y la adolescencia. En Cuba existe una coordinación y concertación de los actores nacionales para dar cumplimiento a la Convención sobre los Derechos del Niño. Cuba tiene un amplio y digno historial en la promoción y protección de los derechos del niño. Cuba ha logrado avances sustantivos, resultado de programas y planes nacionales para crear las mejores condiciones para los niños y niñas, por ejemplo con un bajísimo índice de mortalidad infantil y el acceso a la educación gratuita de todos los niños y niñas. La Constitución, nuestras leyes y otras medidas adoptadas desde 1959 protegen a la mujer y los infantes, como sectores de la población que requieren atención especial. El Código Penal cubano incluye delitos contra el normal desarrollo de las relaciones sexuales y las acciones contra la familia, la infancia y la juventud y prevé una severa penalización a quienes atenten contra niñas y niños. La voluntad política del Gobierno ha permitido los logros alcanzados en la protección a los infantes. En Cuba, se garantiza que la totalidad de los recién nacidos cuenten con identidad legal. En Cuba la Organización de Pioneros José Martí, agrupa a los infantes y les da la posibilidad de expresarse e incluso reunirse en congreso.En Cuba no existe la trata sexual de menores, sino un desempeño ejemplar en la protección de la niñez, la juventud y la mujer. El bloqueo ha provocado a Cuba enormes carencias materiales, que han afectado la calidad de los servicios de salud y de educación de los niños. En este contexto, Cuba continúa aplicando su estrategia de supervivencia, de resistencia y desarrollo, en todas las esferas de la vida económica, política y social. Frente a todas las dificultades y negativas consecuencias del bloqueo Cuba refuerza sus mecanismos para proteger particularmente los derechos, condición y posición de los niños y destina los recursos para asegurar la salud, la educación y otros derechos de los niños. En el planeta millones de niños sufren la falta de escolarización, de vacunación, y son víctimas de explotación laboral y sexual. Decenas de millones de niños sufren por el aumento del hambre, la pobreza, la desigualdad y la exclusión social. Los gobiernos deben salvaguardar la infancia y si existe voluntad, este compromiso se convierte en prioridad. Debemos estimular a que todos los gobiernos se comprometan en la protección de los derechos de la infancia; La mayor forma de violencia contra los niños y las niñas es negarle el derecho a la vida, a un futuro seguro, es negarle salud, educación, alimentos y formas sanas de recreación.Mientras no se apliquen políticas donde prevalezca la cooperación internacional y la solidaridad internacional, mientras unos pocos se enriquezcan y otros tantos millones sufran la pobreza, la infancia y el futuro de la humanidad están en peligro.
Cuba “no renunciará a su soberanía” pese a sanciones de EEUU
ONU: Levanten sanciones que solo traen sufrimiento y muerte