EL DOLOR ME TENÍA EN SILENCIO

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  • Опубликовано: 25 авг 2024
  • Olga Lucía Eslava Suesca/
    ahora estás feliz en el cielo./
    Por muy increíble que parezca/
    Cristo te tomó para emprender el vuelo.
    Fuiste la esposa amorosa y perfecta/
    Y aunque mi corazón este a un grito/
    Tengo que aceptar que cómo sierva predilecta/
    Se tenía que cumplir lo que Dios tenía escrito.
    Cuando tus ojos verdes me miraban/
    me hacías sentir el afortunado niño./
    Tu alma y tu corazón se esmeraban/
    para entregarme tu más dulce cariño.
    De Dios, demostraste ser la gran sierva/
    y me enseñaste muchas cosas con sabiduría/
    lindas vivencias mi corazón conserva:/
    Fuiste la guia perfecta del alma mía.
    Con tus detalles me demostraste amor verdadero/
    de modo que nunca sostuvimos discusiones./
    En todo, a Cristo pusimos primero/
    y nuestros bellos momentos fueron de bendiciones.
    Conocí la felicidad y, con Dios, estoy agradecido/
    En tu belleza física y espiritual vi su mano./
    Después de tantas lindezas haber vivido/
    tuve que aceptar la voluntad del Único Soberano.
    Fuiste una verdadera mujer de oración/
    y los ayunos que hacíamos constantes;/
    evangelizando, la gente veía en nuestra Unión,/
    perfecta armonía, a pesar de ser de naciones distantes.
    Ahora eres de la celestial esencia;/
    yo sigo en la tierra y tú estás en la gloria/
    Gózate amada mía en la divina presencia/
    Mientras yo aquí escribo nuestra historia.
    Nos amamos conforme a nuestro Padre Santo/
    Tú siempre te afanaste por mi felicidad/
    de tanto gozo hasta rompía en llanto/
    dando gracias a nuestro Padre por tu bondad.
    Tuve la dicha de tener una esposa sabia y prudente./
    Jamás me respondiste con terquedad o altanería;/
    demostraste ser mujer culta y decente./
    Siempre fuiste mi fuente de alegría.
    No tenía el valor para publicar o escribir al respecto/
    Pero ahora que Jesucristo mi herida ha sanado/
    Puedo escribir que a través de ti me dio su amor perfecto
    y gracias a Él, hoy me siento tranquilo y liberado.
    Ahora solo de Dios espero su voluntad/
    porque solo él me llena de luz y de consuelo./
    Él me sigue guiando en el camino de la verdad./
    Yo sigo evangelizando hasta que decida llevarme al cielo.
    Pastor: Alejo Escamilla Palacios.
    29 de Diciembre 2022

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