Atila parte a Europa, primera parte 1

Поделиться
HTML-код
  • Опубликовано: 11 сен 2024
  • Partir no es lo mismo que salir. Quien parte se rompe un poco, deja atrás una parte de sí, y se aventura incompleto como va, adentrándose a lo desconocido. Quien parte sabe que tal vez vuelva, pero no ha de volver igual.
    Asi nos fuimos en este viaje. Partiendo.
    Sin mas destino que conquistar los caminos de unas tierras situadas al norte de Europa que nos embrujaron a través de películas y fotografías compartidas de viajeros anteriores que llenaron nuestras venas del veneno de viajar y conocer.
    Hacia donde?
    ¿Y si nos detenemos en Suances? El primer destino lo propuse yo, me apetecía marcar la salida, tocando como último punto de España aquel pueblo de pescadores que durante mucho tiempo fue mi hogar.
    La ria perenne nos saludó temprano y nos deseo buena suerte, dejamos nuestra atalaya y marchamos rumbo
    ¿a donde?
    Las landas, comentó Manu. Las visite cuando joven y no olvide el paisaje de arena eterna.
    Las Landas nos advirtieron de lo que nos encontraríamos poco después, en Monte San Michel.
    Turistas, autocaravanas agolpadas en pequeños espacios, lugares a rebosar, y los caminos intransitables.
    Aun así no nos dimos por vencidos y decidimos, en un alarde de valentía, adentrarnos en sitios aun mas turísticos y predecibles.
    Brujas. A ambos nos sorprendió la belleza del agua siempre presente, del verdor que contrastaba con un cielo de azul brillante. El tema de conseguir un sitio para aparcar se convirtió en la constante. No es sencillo conseguir unos metros en donde pueda caber un gigante como el nuestro.
    Si a eso le añadimos el momento en que todos disfrutamos de vacaciones, la ecuación estaba servida. No hay lugar. En Brujas aparcamos en el parking destinado a los autobuses, no cupimos en el destinado a autocaravanas, en Ámsterdam nos permitieron pernoctar afuera del camping, no había sitio adecuado para aparcar.
    Todo precioso, pero alejado del objetivo que movía nuestra aventura.
    Buscábamos caminos solitarios, con poco asfalto y mucho paisaje.
    Groninga fue el primer lugar sin tanta gente. llovía, y aun así se convirtió en el preludio de nuestro gran viaje.
    Atrás dejamos aglomeraciones estivales, ruido, gritos, espacios cerrados, y abarrotados.
    Pasamos por Alemania sin detenernos, para llegar hasta la Isla de Als en Dinamarca.
    Y de ahí, a Fyn.
    Continuará

Комментарии • 7