Hola Azucena! Ya me estoy inscrito en su Canal. Me encantas con su alegria, graciosidad e hermosura. Eres la Diosa de música Paraguaya. Le pido a Dios que le siga biendecindo. Te admiro mucho, desde Goiânia-Goiás-Brasil. Felicitaciones, quedese con Dios
En Buenos Aires, la Casa Paraguaya era el refugio de los desterrados de su tierra, por razones políticas o económicas. Allí confluían los compatriotas deseosos de encontrarse con el abrazo del "valle", el tereré compartido con una charla en sabroso guaraní o para conocer novedades de allende la frontera argentina. Así un día, en este lugar fraterno y cordial, el músico y compositor DEMETRIO ORTIZ -nacido en Piribebuy el 22 de diciembre de 1916 y fallecido en Buenos Aires el 18 de agosto de 1975-, se encontró con un joven tímido que tenía los ojos más clavados en el piso que en la persona con quien conversaba. En sus memorias (1) el artista relata que el hombre quería decirle algo, sin saber por dónde comenzar. Le había invitado al comedor de la Casa para separarlo de su grupo de amigos bulliciosos y hacerle una confesión seguida de un pedido. -Chéngo campesino-,(soy campesino) comenzó contándole el muchacho, aunque no hacía falta tal precisión porque su condición era más que visible. -Mba’épa remombe’use chéve (Qué me quieres contar)- le preguntó Demetrio un poco intrigado por las vueltas que daba su interlocutor. Después de los primeros titubeos, le contó que del campo había saltado directamente a la capital argentina, sin conocer siquiera Asunción. Había dejado su pueblo -compañía más bien tuvo que haber sido-, expulsado por la política sectaria de los poderosos de turno. Allá quedó su novia en la casa de su madre, esperando su regreso para poder casarse e intentar una dicha posible. Consideraba que el techo materno era la garantía de que el sentimiento de su rembiayhu quedara protegido en el tiempo. "Tuvo que abandonar todo antes de llevar una vida de sometimiento; salió decidido a buscar otros horizontes más propicios con el nuevo anhelo de trabajar bien, instalarse en algún lugar y más tarde mandar llamar a su madre y a la novia que habían quedado juntas aguardando su regreso", dice Demetrio en su libro. "-Yo le pido a Ud. -siguió diciendo-, que si puede me haga una canción para poder dedicarle a aquella muchacha a quien añoro, y decirle que la quiero mucho. Yo de alguna manera trataré de retribuirle su atención, no sé cómo ni cuándo, pero cumpliré, se lo prometo", sigue relatando Ortiz. Esa noche escribió la letra de AHEJAVA’EKUE y al día siguiente llegó a su casa el también músico y compositor MODESTO PÉREZ DEL CAMPO para ensayar. Días antes había escuchado una música de su autoría, sin letra. "Le pedí que tocara la música que me había enseñado y, como primicia, se la canté con la letra que había escrito la noche anterior. Al terminar la primera vuelta de la canción él no pudo aguantar su emoción y dejando su instrumento -acordeón-, a su lado, nos confundimos en un fuerte abrazo y lloramos juntos". DEMETRIO ORTIZ jamás volvió a ver al dueño del pedido. No supo si alguna vez se enteró de la obra que había nacido para su amada lejana. Por lo tanto tampoco le fue dado conocer el final de la historia de amor que le había inspirado. Tan sólo quedó una prueba de los misteriosos vínculos que unen a los creadores populares con los hijos de su pueblo. (1) Ortiz, Demetrio. Una guitarra, un hombre .... Asunción, 1986. AHEJAVA’EKUE Lo que dejé Amoite che retã porãme -Allá en mi hermosa nación ñu hovy porã rembe’ýpe Rodeado bellos verdes prados guyra ñe’ẽ hetahápe -donde alborotan el trinar de avecillas oime la che mborayhu -se encuentra mi querer opytava’ekue toryetépe -la había dejado en la felicidad che ju jevy ra’arõvo -de un pronto retorno che sy ndive oñomirûvo -en compañía de mamá pépe ahejava’ekue -que también dejé allí Hesatĩva ykua yvu -Manantial de aguas cristalinas arroyito chugui reikóva -que te vuelves arroyito nde syrýpe rembojeréva -y entre tus remolinos gira che róga kapi’imi El reflejo de mi casita de paja erúna pe nde syrýpe -trae en tu correntada ko mombyry aimehápe -aqui en mi lejanía upe che mborayhu jára -a la dueña de mi querer jeýnte tahechami. -para volverla a ver Mba’éicha nga’u oguahẽ ra’e -como será que llegó la nemborayhu cherendapeve - tu querer hasta aquí anive haguã ajepy’apy -para no quebrantarme más che añomi rei ko’ã mombyry. -solito y sin sentido en la lejanía Fuente: Portal Guaraní Traducción propia
Amo esta canción, amo esa emoción que le pone al cantar!❤
Muito bom !!! Afinação, articulação vocal, presença de palco !!! Tudo dez.
Hola Azucena! Ya me estoy inscrito en su Canal. Me encantas con su alegria, graciosidad e hermosura. Eres la Diosa de música Paraguaya. Le pido a Dios que le siga biendecindo. Te admiro mucho, desde Goiânia-Goiás-Brasil. Felicitaciones, quedese con Dios
¡Que Bien Canta Nuestra Azucena, Ya no le puedo decir que algun dia sera grande por que ya lo es!!!!!
Olá td bem vc.canta muito parabéns que bela voz assisto todos seu vídeo
Divina!! Que música, que interpretación!!
En Buenos Aires, la Casa Paraguaya era el refugio de los desterrados de su tierra, por razones políticas o económicas. Allí confluían los compatriotas deseosos de encontrarse con el abrazo del "valle", el tereré compartido con una charla en sabroso guaraní o para conocer novedades de allende la frontera argentina.
Así un día, en este lugar fraterno y cordial, el músico y compositor DEMETRIO ORTIZ -nacido en Piribebuy el 22 de diciembre de 1916 y fallecido en Buenos Aires el 18 de agosto de 1975-, se encontró con un joven tímido que tenía los ojos más clavados en el piso que en la persona con quien conversaba.
En sus memorias (1) el artista relata que el hombre quería decirle algo, sin saber por dónde comenzar. Le había invitado al comedor de la Casa para separarlo de su grupo de amigos bulliciosos y hacerle una confesión seguida de un pedido.
-Chéngo campesino-,(soy campesino) comenzó contándole el muchacho, aunque no hacía falta tal precisión porque su condición era más que visible.
-Mba’épa remombe’use chéve (Qué me quieres contar)- le preguntó Demetrio un poco intrigado por las vueltas que daba su interlocutor.
Después de los primeros titubeos, le contó que del campo había saltado directamente a la capital argentina, sin conocer siquiera Asunción. Había dejado su pueblo -compañía más bien tuvo que haber sido-, expulsado por la política sectaria de los poderosos de turno. Allá quedó su novia en la casa de su madre, esperando su regreso para poder casarse e intentar una dicha posible. Consideraba que el techo materno era la garantía de que el sentimiento de su rembiayhu quedara protegido en el tiempo.
"Tuvo que abandonar todo antes de llevar una vida de sometimiento; salió decidido a buscar otros horizontes más propicios con el nuevo anhelo de trabajar bien, instalarse en algún lugar y más tarde mandar llamar a su madre y a la novia que habían quedado juntas aguardando su regreso", dice Demetrio en su libro.
"-Yo le pido a Ud. -siguió diciendo-, que si puede me haga una canción para poder dedicarle a aquella muchacha a quien añoro, y decirle que la quiero mucho. Yo de alguna manera trataré de retribuirle su atención, no sé cómo ni cuándo, pero cumpliré, se lo prometo", sigue relatando Ortiz.
Esa noche escribió la letra de AHEJAVA’EKUE y al día siguiente llegó a su casa el también músico y compositor MODESTO PÉREZ DEL CAMPO para ensayar. Días antes había escuchado una música de su autoría, sin letra. "Le pedí que tocara la música que me había enseñado y, como primicia, se la canté con la letra que había escrito la noche anterior. Al terminar la primera vuelta de la canción él no pudo aguantar su emoción y dejando su instrumento -acordeón-, a su lado, nos confundimos en un fuerte abrazo y lloramos juntos".
DEMETRIO ORTIZ jamás volvió a ver al dueño del pedido. No supo si alguna vez se enteró de la obra que había nacido para su amada lejana. Por lo tanto tampoco le fue dado conocer el final de la historia de amor que le había inspirado. Tan sólo quedó una prueba de los misteriosos vínculos que unen a los creadores populares con los hijos de su pueblo.
(1) Ortiz, Demetrio. Una guitarra, un hombre
.... Asunción, 1986.
AHEJAVA’EKUE
Lo que dejé
Amoite che retã porãme
-Allá en mi hermosa nación
ñu hovy porã rembe’ýpe
Rodeado bellos verdes prados
guyra ñe’ẽ hetahápe
-donde alborotan el trinar de avecillas
oime la che mborayhu
-se encuentra mi querer
opytava’ekue toryetépe
-la había dejado en la felicidad
che ju jevy ra’arõvo
-de un pronto retorno
che sy ndive oñomirûvo
-en compañía de mamá
pépe ahejava’ekue
-que también dejé allí
Hesatĩva ykua yvu
-Manantial de aguas cristalinas
arroyito chugui reikóva
-que te vuelves arroyito
nde syrýpe rembojeréva
-y entre tus remolinos gira
che róga kapi’imi
El reflejo de mi casita de paja
erúna pe nde syrýpe
-trae en tu correntada
ko mombyry aimehápe
-aqui en mi lejanía
upe che mborayhu jára
-a la dueña de mi querer
jeýnte tahechami.
-para volverla a ver
Mba’éicha nga’u oguahẽ ra’e
-como será que llegó
la nemborayhu cherendapeve
- tu querer hasta aquí
anive haguã ajepy’apy
-para no quebrantarme más
che añomi rei ko’ã mombyry.
-solito y sin sentido en la lejanía
Fuente: Portal Guaraní
Traducción propia
La verdad sin palabras cantas divino!!! Exitos!!
У нее серебряное горло! Восторг!👏👏👏👏👏❤❤❤❤❤❤👂👂👂👂👂
Muito bom lindas interpretacipned!...
Que Lindaaaaa
Si una Artista Completa
Hermosa música de masa tatuaje me encanta tu video 💖💖💖
Sensacional, ela canta demais!
Você canta muito linda ♥️
Por encima de lo excelente
Hola azucena podrias alzar el video de la musica q cantaste en el casting de camino al exito 2015..porfa
Me da Todo Piri Que genia 😍😍😍😍😍😍😍😍😍😍
Hermosa y talentosa niña
❤❤❤❤❤❤
Desde Sao Paulo brazil
Me encanta!!!!!
Felicidades niña
Un mega talento
Yporante pa
Nuestro idioma
Ademas de ser música Paraguaya
la mejor
Hola prima soy nicole
lentro
Você canta muito linda ♥️