La lonja de Garrucha y la gastronomía de Almería / The market of Garrucha and cuisine of Almería

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"Hola, muy buenas! Soy Enrique, cocinero de esta bendita tierra llamada Andalucía, y desde aquí os quiero decir que me hallo en un auténtico oasis gastronómico, me hallo en un destino que es un lujo, es Almería, la costa almeriense, y detrás, estáis viendo el mar, el mar que no hace más que suministrar una maravillosa despensa. Haceros una idea que pasáis por la puerta de un restaurante y os da olor a gambita, a gambita a la plancha. Bueno, pues si esa gambita a la plancha que hueles es la considerada por todos los cocineros la mejor gamba del mundo, nos tenemos que ir a Garrucha, que es donde estamos ahora mismo, la parte de Almería donde se produce la gamba roja que es una auténtica maravilla. Pero claro, ahí no se queda la cosa, tenemos unos pescados maravillosos, tenemos unos pulpos, unas gallinetas, tenemos una huerta... Almería al fin y al cabo también está considerada la huerta de Europa, le dicen el invernadero de Europa. Por lo tanto, estamos hablando de un destino inigualable. Haceros una idea: si muchas veces viajamos para ver cosas bonitas y decimos "ay, tenemos un ratito para comer" y vamos a comer, pues aquí tenemos todas esas cosas bonitas y encima comemos de lujo. Esta es una tierra que, además, se basa en la gastronomía. Detrás tenemos estos barcos que los marineros usan en altamar para coger esos pescados y traerlos a la lonja, que podéis verla, además, que podéis ver ese destino donde los pescados todavía se están moviendo. Haceros una idea: los pescados saltando, las gambas moviéndose... bueno, pues esos pescados se pueden comprar, se pueden disfrutar prácticamente cuando no han pasado ni una ni dos horas desde que estaban en el mar."
"Además, os lo voy a decir con toda la sinceridad del mundo, no creo que haya mejores sitios para comer en este mundo, que el levante almeriense. Primero, ingredientes inigualables en la mesa. Haceros una idea: un pescado jugoso recién salido del horno con una guarnición con un poquito de ajoblanco almeriense, que eso quita el sentío. Bueno, pues si a eso le sumamos este sol, con la buena gente de Almería, con pescados, con productos, con materias primas que nos transmiten colores, sensaciones, temperaturas, texturas... os lo podría decir de muchísimas formas, pero sólo se me ocurre una, y es que, en el levante almeriense no se come para alimentar, se come para emocionar. Tienes que venir y emocionarte. Te doy mi palabra de honor de que te vas a emocionar."