Sasamón - Pueblos con encanto en 4K

Sasamón, al oeste de la provincia de Burgos, pertenece a la comarca de Odra-Pisuerga. La celtibérica Segisama de los turmogos se asentaba en el cercano castro de Castarreño, desde el siglo IV a. C. hasta ser ocupada por los romanos. Su campamento, entre el año 29 y 19 a. C, se instaló en lo que ahora es Sasamón, fundando la ciudad romana de Segisamo, desde donde emprendieron las guerras contra los cántabros, denominándose luego Segisama Julia, tras el asentamiento de la Legio IIII Macedónica.
Bajo su administración fue nudo de caminos, mansión de la vía Aquitana Tarraconense, lugar de acampamiento base y asentamiento del mismísimo emperador Augusto.
La localidad, desde hace años, al final del verano rememora su pasado histórico romano como Segisama Julia, con la llegada de la Legión IIII Macedónica para combatir a los astures y cántabros. Los vecinos ataviados de ciudadanos romanos y un elenco de actores, con la Plaza Mayor decorada con estandartes granates y un mercado romano, participan en actividades para niños y mayores.
En el patio exterior de la Iglesia de Santa María La Real se levanta el campamento recreado por los legionarios, con talleres para todas las edades y escenificaciones por las calles durante el fin de semana, como una boda romana en el claustro o la Batalla de la Legio IIII Macedónica contra los Turmogos, en el anfiteatro.
Tras la decadencia romana, la ocupación visigoda, y más tarde la musulmana, la comarca se fue castellanizando con la reconquista, integrándose en el condado de Castilla.
En el siglo XI, el rey Sancho II el Fuerte otorgó a la villa el título de sede episcopal, siendo su primer obispo Munio, pasando luego a depender del obispado de Burgos. La villa fue amurallada durante el siglo XV, y perteneció al partido judicial de Castrojeriz.
Ocupada por los franceses en la guerra de la Independencia, su iglesia y ayuntamiento fueron incendiados por los guerrilleros en 1812, borrando mucha historia medieval de Sasamón.
En 2020 la villa fue declarada bien de interés cultural en la categoría de Conjunto Histórico, conservando parte de sus murallas medievales del siglo XV, una puerta monumental, dos puentes romanos y calles medievales con casas blasonadas, además de su plaza con dos soportales de la época de Carlos III.
Al pasear por sus calles encontrarnos antiguas casas solariegas de los siglos XVI y XVII. Alguna alberga el Museo Municipal de Arte Contemporáneo Ángel Miguel de Arce, otra la Casa de un familiar de Santa Teresa, donde esta descansó.
Destaca la iglesia de Santa María La Real, un extraordinario templo medieval de magnitudes catedralicias, con elementos arquitectónicos y escultóricos que abarcan desde finales del siglo XII hasta el XVII.
Sobre el año 1200, había aquí una iglesia tardorrománica, y a mediados del siglo XIII fue sustituida por otra de traza gótica con tres naves y una torre levantada en la cabecera de la nave meridional, ampliándose luego por el este con un tramo más en la cabecera y la nave transversal de crucero, a la que se abren cinco capillas absidiales poligonales. Sobre el 1500 se construyó una nueva nave de cinco tramos en el lado meridional, y de finales del XVI, la sacristía, las estancias capitulares adyacentes y el último cuerpo de la torre.
De mitad del XIII, en estilo gótico, es la puerta del brazo meridional del crucero. Una réplica de Puerta del Sarmental de la Catedral de Burgos. En el muro meridional, a los pies del templo, está la puerta gótica de San Miguel, de estilo gótico florido, con un escudo de los Reyes Católicos sobre el arco conopial, realizada por el taller de Simón de Colonia en 1504.
La disposición interior es extraña, por un muro de cerramiento, construido tras el desplome de las bóvedas de las naves durante el incendio en la Guerra de Independencia. No hace mucho se restauró y cubrió los tramos de la nave que estaban a cielo abierto, situando aquí el museo parroquial, con obras de arte de distintas épocas: esculturas, tapices o la sillería del coro.
Al lado norte está el claustro, de mediados del siglo XV, posiblemente de Juan de Colonia. Ha sido restaurado igualmente ya que las bóvedas estaban caídas, imitándose con arcos cruceros de madera.
A las afueras de la villa está la ermita de San Isidro, de principios del XVI, que conserva la Cruz del Humilladero más monumental y rica de los antiguos cruceros hispánicos. Tallada en piedra, con más de seis metros de altura, recoge varias escenas de la historia de la salvación, desde el pecado original hasta la Coronación de la Virgen. Fue denominada "Cruz de la Calzada" en referencia a la vía romana.
Sasamón también cuenta con una pequeña industria alimentaria de productos lácteos, como el queso de oveja. Sus representaciones históricas recuperando sus raíces celtas y romanas, la fiesta de “El Colacho”, tradición antigua que se celebra desde 1621, así como sus fiestas populares de Las Candelas o San Isidro y su belleza monumental, la han convertido en reclamo turístico.