SALAMANCA - CASTILLO DE LOS DÁVILA (PUENTE DEL CONGOSTO)

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  • Опубликовано: 10 дек 2024
  • El castillo de los Dávila, de Puente del Congosto, se alza majestuosamente sobre un cerro testigo, en la margen izquierda del río Tormes, al norte del núcleo urbano de la localidad salmantina de Puente del Congosto, en la comarca de Alto Tormes, pintoresca comarca de transición entre las agrestes sierras de Gredos y Béjar y las fértiles y más llanas tierras cerealistas del partido de Alba de Tormes.
    Ya estamos observando las imágenes del castillo, enclavado sobre el escarpe que forma la ribera del Tormes, encuadrado dentro de un amplio recinto por altos muros, a los que se adosa el cementerio. Su estratégica ubicación en la ribera del río Tormes y su cercanía con el puente medieval le permitía desempeñar un papel crucial en la defensa del paso por el río y la Cañada Real Soriana Occidental.
    El castillo de los Dávila nos transporta a la época medieval. Su historia arranca en un momento concreto de la historia de la localidad de Puente del Congosto. Vamos a tratar de resumir brevemente esta evolución histórica.
    El nacimiento de la aldea de Puente del Congosto se remonta a los últimos años del siglo XI, una vez reconquistada definitivamente la ciudad de Ávila a los sarracenos. Estas tierras se integraron desde un primer momento en el alfoz o espacio territorial abulense. En 1442, el monarca trastámara Juan II decide recompensar al caballero abulense Gil González Dávila, por los muchos y buenos servicios prestados a la corona, y es por ello que segrega a Puente del Congosto de la jurisdicción de Ávila, la eleva a la categoría de villa, y luego se la cede en señorío.
    Fue Gil González, en esos momentos, quien inició la construcción de la actual fortaleza, siendo acabada por su viuda, doña Aldonza de Guzmán. En 1495, se integró el señorío con su fortaleza en la Orden de Calatrava. En 1539, tras la guerra de las Comunidades de Castilla, pasó a manos del Ducado de Alba, permaneciendo en esta casa hasta 1881, cuando una vez extinguido el cobro del pontazgo, fue vendido. En la actualidad, el castillo es de propiedad particular y ha sufrido importantes transformaciones para adecuar su uso a celebraciones de eventos.
    La fortaleza, con su rudo y recio aspecto exterior, es un auténtico castillo-fortaleza, de carácter básicamente defensivo, cuyo objeto fundamental era salvaguardar las posesiones señoriales de su propietario, así como controlar el estratégico paso por el puente fortificado, medieval y anexo al castillo. Castillo y puente fortificado forman desde sus orígenes un interesante conjunto funcional por donde transcurre la Cañada Real Soriana Occidental.
    La planta del castillo, perfilada por la muralla perimetral, tiene forma de exágono irregular con un cubo en un extremo de la cerca y un gran patio de armas que da acceso al recinto interior. Un grueso muro separa el patio de armas del resto de la fortificación, formada básicamente por una gran torre o alcázar de planta rectangular distribuida en cuatro plantas a la que se adosa otra de igual altura en forma de D, de tres plantas, construida años más tarde que aquélla. El tercer piso del alcázar fue la vivienda principal del señor. En esta dependencia se abren dos balcones con sus poyos y preciosas ventanas de granito aljimezadas. La azotea está formada por dos amplias terrazas, desde las que se avista una extensa panorámica tanto del pueblo como de estribaciones y cumbres de las sierras de Gredos y Béjar.
    Desde estas altas terrazas observamos bellísimas imágenes del pueblo en su conjunto, que yace a los pies del castillo. Es un gran placer visitar la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, la cual observamos junto al castillo, magnífico edificio construido en el siglo XII y reconstruido en el XVI bajo estilo gótico, así como algunas de sus edificaciones típicamente serranas, o transitar por cualquiera de sus dos preciosos puentes de piedra, desde los cuales se ofrece una inigualable visión del cauce del río Tormes, afluente del Duero, singularmente atractivo a su paso por el pueblo, pues discurre encajonado entre impresionantes moles de piedra.
    Del puente medieval fortificado, de finales del siglo XII y primeras décadas del XIII, que ejercía el pontazgo, tributo que gravaba el tránsito de personas, mercancías y ganados, ya hemos hablado. El puente nuevo, el cual vemos en las imágenes algo más alejado del castillo, fue edificado entre 1870 y 1878. Cuenta con 1,696 km de longitud y consta de diez arcos.
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