Para llevar una vida verdaderamente consagrada pienso debo aferrarme a la palabra de Dios, buscarla y escuchar su enseñanza, asi como los levitas la enseñaban al pueblo y el pueblo escuchaba atentamente y la tomaron en serio, al punto de ser quebrantados, asi debo practicarla, no solo escuchar, llevando asi un compromiso personal y verdadero con Dios, sin tibiezas, dependiendo del Espíritu Santo sin confiarme en mi propia fuerza o estado de ánimo, llevando una vida de oración y una consciencia limpia delante de Dios, la consagración a Dios implica muchos aspectos de mi vida personal que deben ser moldeados por el Señor 🙏
El pecado nos presiona, el creyente es amenazado continuamente por la tentación, es por ello que debemos estar analizando nuestra pureza constantemente, y vivir vidas sagradas. En este tiempo pareciera algo imposible, pero con Cristo es posible!
El señor nos llama a purificar nuestro corazón y analizar que es lo que verdaderamente habita en nosotros, esto es algo importante ,ya que, como seres humanos somos débiles a caer en diferentes pecados, por eso mismo debemos de tener presente ¿Cómo está mi relación con Dios?¿Cómo estoy adorando? y ¿Qué es lo que verdaderamente habita en mi corazón? Para así, poder entender en que áreas de nuestras vidas debemos trabajar y que cosas necesitamos hacer. Es importante no perder la fe y mantenernos en constante comunión con el señor porque solo él nos dará la fortaleza necesaria para poder enfrentarnos a las diferentes pruebas.
Poner siempre en primer lugar a Dios, creer lo que dice en su palabra,ir con alegría a la casa del señor,ir humilde para que nos purifique de nuestros pecados,para no caer tan fácil a la tentación,
Para purificar mi corazón y tratar de vivir una vida consagrada a Dios, debo poner siempre en primer lugar a Dios y su palabra aunque el mundo, la sociedad, amigos, etc. Practiquen y opinen lo contrario debo centrar mi vida en lo que Dios dice que viva, debo cuidar de ello diariamente para no caer en los afanes y prácticas que este mundo ofrece tan sutilmente y así vivir una vida consagrada a Dios.
Para llevar una vida verdaderamente consagrada pienso debo aferrarme a la palabra de Dios, buscarla y escuchar su enseñanza, asi como los levitas la enseñaban al pueblo y el pueblo escuchaba atentamente y la tomaron en serio, al punto de ser quebrantados, asi debo practicarla, no solo escuchar, llevando asi un compromiso personal y verdadero con Dios, sin tibiezas, dependiendo del Espíritu Santo sin confiarme en mi propia fuerza o estado de ánimo, llevando una vida de oración y una consciencia limpia delante de Dios, la consagración a Dios implica muchos aspectos de mi vida personal que deben ser moldeados por el Señor 🙏
El pecado nos presiona, el creyente es amenazado continuamente por la tentación, es por ello que debemos estar analizando nuestra pureza constantemente, y vivir vidas sagradas. En este tiempo pareciera algo imposible, pero con Cristo es posible!
El señor nos llama a purificar nuestro corazón y analizar que es lo que verdaderamente habita en nosotros, esto es algo importante ,ya que, como seres humanos somos débiles a caer en diferentes pecados, por eso mismo debemos de tener presente ¿Cómo está mi relación con Dios?¿Cómo estoy adorando? y ¿Qué es lo que verdaderamente habita en mi corazón?
Para así, poder entender en que áreas de nuestras vidas debemos trabajar y que cosas necesitamos hacer. Es importante no perder la fe y mantenernos en constante comunión con el señor porque solo él nos dará la fortaleza necesaria para poder enfrentarnos a las diferentes pruebas.
Poner siempre en primer lugar a Dios, creer lo que dice en su palabra,ir con alegría a la casa del señor,ir humilde para que nos purifique de nuestros pecados,para no caer tan fácil a la tentación,
Para purificar mi corazón y tratar de vivir una vida consagrada a Dios, debo poner siempre en primer lugar a Dios y su palabra aunque el mundo, la sociedad, amigos, etc. Practiquen y opinen lo contrario debo centrar mi vida en lo que Dios dice que viva, debo cuidar de ello diariamente para no caer en los afanes y prácticas que este mundo ofrece tan sutilmente y así vivir una vida consagrada a Dios.