202 Poco a poco caminaréis por caminos insospechados UN ALMA EN CRISTO (1988) Libro 1

Un alma en Cristo
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📘 Libro I Un alma en Cristo
13 de noviembre de 1988
En Oración en mi habitación a las 6:30 de la tarde. Ayer tuve unas visitas y estuvimos hablando sobre el Grupo de María Auxiliadora. Me di cuenta que estaba aturdida. Últimamente me cuesta mucho pensar; no me acuerdo de nada, no puedo retener nada. Creo que estoy dando la impresión de que estoy un poco tonta. El Señor me dice que esta falta de memoria es para que Él pueda manifestarse mejor en mí, sin que mi mente pueda interrumpir o añadir frases que no son precisamente lo que Él me quiere decir.
Hoy le he rogado que el Grupo tenga una Oración o consigna en todos los encuentros, incluso en los que asistan los sacerdotes: algo que defina qué es el Grupo de María Auxiliadora, y que le dé un carácter de compromiso, no con los hombres, sino con Dios. Que todo el que pertenece al Grupo vea que se compromete con Dios Nuestro Señor; que no se trata de quedar bien con nadie: debe quedar bien con Jesús, y María, nuestra Madre._
Somos pocos y no sé en qué sentido el Señor se va a definir, si por los hospitales o bien por los ancianos a domicilio. Está claro que no podemos abarcar tanto. Creo que el Señor nos ayudará a trabajar aunque no sea fácil. Hoy me ha dicho que me daría una Oración para empezar con ella toda reunión del Grupo.
𝗛𝗶𝗷𝗮 𝗺í𝗮, 𝗽𝗼𝗰𝗼 𝗮 𝗽𝗼𝗰𝗼 𝗲𝗹 𝗚𝗿𝘂𝗽𝗼 𝘀𝗲 𝗳𝗼𝗿𝗺𝗮𝗿á 𝘆 𝘀𝗲 𝗽𝗼𝗻𝗱𝗿á 𝗲𝗻 𝗺𝗮𝗿𝗰𝗵𝗮 𝗽𝗿𝗲𝗰𝗲𝗱𝗶𝗱𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝗺𝗶 𝗦𝗮𝗻𝘁𝗮 𝗠𝗮𝗱𝗿𝗲, 𝗮 𝗹𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗱𝗮𝗿é𝗶𝘀 𝗵𝗼𝗻𝗼𝗿 𝘆 𝗴𝗹𝗼𝗿𝗶𝗮 𝗮𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝘂𝗻𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀.
La Oración ha de decir primero:
«En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.»
Después, seguidamente, diréis esta Oración:
«María Auxiliadora, tus hijos, aquí reunidos en tu santo nombre, te rogamos en primer lugar que abras nuestras mentes y nuestros corazones a nuestros hermanos, para saber acoger en tu santo nombre las debilidades de los demás.
Te ofrecemos nuestros trabajos, nuestros sacrificios por las almas de nuestros hermanos, y para que, a través de nuestra inmolación, se salven muchas almas. Rogamos también al Espíritu Santo que esté presente en nuestros corazones y nos dé luz para iluminar el camino de las almas y el nuestro propio, para que podamos llegar todos los días al Padre. Amén.»
Hija mía, haz fotocopia de esta Oración y entrégala a cada uno del Grupo y, cada vez que venga alguien nuevo, deberás darle una fotocopia.
𝗘𝘀𝘁𝗮 𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶ó𝗻 𝘀𝗲𝗿á 𝗲𝗹 𝗹𝗲𝗺𝗮 𝗱𝗲 𝗰𝗮𝗱𝗮 𝗿𝗲𝘂𝗻𝗶ó𝗻, 𝗱𝗲 𝗰𝗮𝗱𝗮 𝗲𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗿𝗼. La deberéis recitar todos juntos, de pie. Al terminar diréis:
«María Auxiliadora, confiamos en Ti, cúbrenos con tu santo manto y llévanos de tus manos. Amén.»
Hija mía, estos escritos puedes darlos a los del Grupo. Les animará y les ayudará a seguir. Pero primero debe leerlos tu Director espiritual. Y harás lo que él te diga.
𝑮𝒓𝒖𝒑𝒐 𝑴𝒂𝒓í𝒂 𝑨𝒖𝒙𝒊𝒍𝒊𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂 (1988) 𝑼𝒏 𝒂𝒍𝒎𝒂 𝒆𝒏 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒐. 𝑳𝒊𝒃𝒓𝒐 𝑰