De tierra somos - Esther Tellez

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  • Опубликовано: 13 сен 2024
  • “DE TIERRA SOMOS”
    "Oficio noble y bizarro,
    de entre todos el primero,
    pues en el oficio del barro,
    Dios fue el primer alfarero
    y el hombre el primer cacharro."
    Anónimo s. XVII
    La tierra, la que proporciona el sustento desde siempre; la tierra, la que provee todo lo que los humanos necesitan; la tierra, la materia prima del alfarero, del ceramista, del creador de uno de los oficios más antiguos de la humanidad.
    Cuando el hombre sintió la necesidad de utensilios para la cacería y para su comodidad personal, lo primero que utilizó fue el barro, esa mezcla semilíquida de agua y tierra. Desde Norteamérica hasta la Patagonia se han encontrado vestigios de ollas, platos y cazuelas, trabajados con diferentes técnicas y estilos que han sido datados, en algunos casos, con más de 3 mil años de antigüedad, sin embargo, su historia en el mundo va mucho más lejos en el tiempo, la pieza de barro más antigua fue encontrada en la región de Turquía, datada desde el año 6,500 a.C.
    Por su parte, la vida de la cerámica vidriada también tiene, no solo su antigüedad, sino también un gran recorrido entre continentes y países. Algunos señalan su origen en China, en el s. III a.C. de ahí viajo a occidente, se instaló en Roma, después con la presencia de la cultura islámica en lo que hoy conocemos como España, se propagó a Europa y con el paso de algunos cientos de años, llegó a tierras americanas en el s. XVII, llegó para quedarse, transformarse y reinventarse.
    Hoy, en la muestra que Esther Téllez presenta en “De Tierra Somos” esta historia se convierte en piezas elaboradas en barro y cerámica, la transformación de la tierra en objetos utilitarios y decorativos, continuando con la herencia de su padre, el maestro Rafael Téllez Medrano, iniciador de la que fuera una de las más importantes empresas de cerámica en nuestro país, “Cerámica de Cuernavaca”; el trabajo reciente de esta ceramista cuernavacense en el que sus manos juegan, crean y recrean esta materia primigenia es evidente, también es evidente el manejo y dominio de las técnicas pero sobre todo, el amoroso contacto que les da vida.

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