Barazar Orozko 13 07 2023

Ya de joven, tras estas primeras experiencias, anoté: «La niebla me ha permitido ver». [...] , la relación personal con la naturaleza representa un conocimiento complementario que puede volver a equilibrar nuestra visión del mundo. (Franco Michieli; La vocación de perderse; Siruela, pag. 74)
El jueves, en uno de los días con más niebla que recuerdo entre mis paseos, fui desde Barazar a Orozko atravesando el Parque Natural del Gorbea. Sin encontrarme con gente en todo el camino excepto cuando paré en el porche del Refugio del Juventus para comer algo.
Me acompañaron en el camino, caballos, vacas, ovejas, mastines, aves, árboles, flores, musgo, rocas y mis propios pasos, pensamientos y, como escribí en twitter: la niebla, su misterio y nuestros misterios.
Fueron 8 horas largas de travesía con su presencia casi constante. Una experiencia gratificante.
Cierra los ojos e imagina: te encuentras sumergido o sumergida en una espesa niebla. No tienes referencias espaciales para orientarte: flotas y tienes la agradable sensación de sentirte acogido por la propia atmósfera. Sientes el placer del recogimiento en uno mismo. (Mery Cuesta; La Rue del Percebe de la cultura y la niebla de la cultura digital; Consonni, pag. 58)
A veces ando errante en la niebla y en mil vacilaciones y confusiones, y a menudo me siento miserablemente abandonado. Pero pienso que es bello luchar. Un hombre no se siente orgulloso de las alegrías y del placer. En el fondo lo único que da orgullo y alegría al espíritu son los esfuerzos superados con bravura y los sufrimientos soportados con paciencia. (Robert Walser; El paseo; Siruela, pag. 23)