A principio de los años 70 escuché algunas de las canciones canciones de Ovidi y supe que trabajó con Nuria Espert en teatro. Creo que fue en el 74 cuando disfruté de su directo por 1ª vez: Homenaje a Ovidi Montllor en Zaragoza, organizado por Labordeta... Entonces lo convertí en uno de mis ídolos. Sería en el 75 ó 76 cuando fui a su recital en el Teatro Monumental de Madrid: apoteosis de mecheros encendidos. En el 79 coincidimos en el reparto internacional de actores que rodaría La Sabina, dirigida por J. L. Borau: enorme alegría para mí. Nos acercó nuestro oficio, mi embeleso por su obra (una noche de copas me atreví a entonarle su magnífica rapsodia de "Els Amants") nuestra mutua afición por el flamenco, nuestras ideas. Cruzando juntos el Puente sobre el Tajo de Ronda se paró frente a nosotros un joven que venía en silla de ruedas: "Estimat Antonia...", dijo imitando la voz de Ovidi en su "Carta a casa" y, sonriendo, siguió su camino, dejándonos de piedra como el mismo Puente. Lo escribí en otro vídeo a él dedicado: Ovidi para mí no ha muerto, como no ha muerto Enrique Morente ni Paco de Lucía, ni otros grandes artistas a los que tanto había admirado y con los que tuve la dicha posterior de trabajar y vivir la amistad: los recuerdo cada día, nunca se van de mí. Tanto me extraña que, dado el contenido de este capítulo-vídeo en memoria de Ovidi, no haya ningún otro comentario que, quizá por primera vez, no me arrepiento de haberme extendido así. Salud para todos, y en especial para Jana, hija de Ovidi. PD: Por si Jana leyera este comentario, quiero añadir que también conocí a Montse ¿Blanes?, la mujer de Ovidi, a la que supongo madre de Jana. Fue a Ronda a pasar unos días con él: era muy simpática, muy afectuosa, y le encantaban las fiestecitas de la gente andaluza, a la que enseguida se sumaba. Espero que viva todavía y en las mejores condiciones, empezando por su salud.
A principio de los años 70 escuché algunas de las canciones canciones de Ovidi y supe que trabajó con Nuria Espert en teatro. Creo que fue en el 74 cuando disfruté de su directo por 1ª vez: Homenaje a Ovidi Montllor en Zaragoza, organizado por Labordeta... Entonces lo convertí en uno de mis ídolos. Sería en el 75 ó 76 cuando fui a su recital en el Teatro Monumental de Madrid: apoteosis de mecheros encendidos. En el 79 coincidimos en el reparto internacional de actores que rodaría La Sabina, dirigida por J. L. Borau: enorme alegría para mí. Nos acercó nuestro oficio, mi embeleso por su obra (una noche de copas me atreví a entonarle su magnífica rapsodia de "Els Amants") nuestra mutua afición por el flamenco, nuestras ideas.
Cruzando juntos el Puente sobre el Tajo de Ronda se paró frente a nosotros un joven que venía en silla de ruedas: "Estimat Antonia...", dijo imitando la voz de Ovidi en su "Carta a casa" y, sonriendo, siguió su camino, dejándonos de piedra como el mismo Puente.
Lo escribí en otro vídeo a él dedicado: Ovidi para mí no ha muerto, como no ha muerto Enrique Morente ni Paco de Lucía, ni otros grandes artistas a los que tanto había admirado y con los que tuve la dicha posterior de trabajar y vivir la amistad: los recuerdo cada día, nunca se van de mí.
Tanto me extraña que, dado el contenido de este capítulo-vídeo en memoria de Ovidi, no haya ningún otro comentario que, quizá por primera vez, no me arrepiento de haberme extendido así. Salud para todos, y en especial para Jana, hija de Ovidi. PD: Por si Jana leyera este comentario, quiero añadir que también conocí a Montse ¿Blanes?, la mujer de Ovidi, a la que supongo madre de Jana. Fue a Ronda a pasar unos días con él: era muy simpática, muy afectuosa, y le encantaban las fiestecitas de la gente andaluza, a la que enseguida se sumaba. Espero que viva todavía y en las mejores condiciones, empezando por su salud.