El maestro Abreu es un constructor de pais. Que haya callado cuando el innombrable estaba haciendo de las suyas, no le quita sus enormes meritos por lo que ha hecho por el pais. El no era un politico.
Que diferencia entre este José Antonio Abreu y el de los tiempos contemporáneos... En sus últimos años de vida jamás hizo una sola crítica a las políticas del presidente Chávez y aquí prácticamente se desató anunciando una apocalipsis que terminó siendo real. La sinfónica habrá salvado a unos pocos, pero Venezuela sigue siendo un gran fracaso educativo
El sistema de orquestas necesitaba del apoyo económico del estado, JAA vio que lo mejor era entender la naturaleza de los políticos y no enfrentarlos. Muy astuto e inteligente. Siempre supo adaptarse a todo.
De acuerdo. Durante la partitocracia se atrevía a expresarse libremente, ya en la posterior autocracia, por miedo, hacía mutis y miraba a otro lado con tal de que los recursos estatales le siguieran llegando. Doble moral. No todo vale.
Gracias Mstro por esa entrega y por despues de tanto tiempo seguirnos enseñando
Maravilloso ❤
El maestro Abreu es un constructor de pais. Que haya callado cuando el innombrable estaba haciendo de las suyas, no le quita sus enormes meritos por lo que ha hecho por el pais. El no era un politico.
Que diferencia entre este José Antonio Abreu y el de los tiempos contemporáneos...
En sus últimos años de vida jamás hizo una sola crítica a las políticas del presidente Chávez y aquí prácticamente se desató anunciando una apocalipsis que terminó siendo real. La sinfónica habrá salvado a unos pocos, pero Venezuela sigue siendo un gran fracaso educativo
El sistema de orquestas necesitaba del apoyo económico del estado, JAA vio que lo mejor era entender la naturaleza de los políticos y no enfrentarlos. Muy astuto e inteligente. Siempre supo adaptarse a todo.
Salvado a unos Pocos? Un millón de personas solo en Venezuela, más de 40 países en el mundo tomando de ejemplo está maravilla.
De acuerdo. Durante la partitocracia se atrevía a expresarse libremente, ya en la posterior autocracia, por miedo, hacía mutis y miraba a otro lado con tal de que los recursos estatales le siguieran llegando. Doble moral. No todo vale.