Mensaje de Navidad 2024

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  • Опубликовано: 26 дек 2024
  • Repastaban sus ganados
    a las espaldas de un monte
    de la torre de Belén
    los soñolientos pastores,
    alrededor de los troncos
    de unos encendidos robles,
    que, restallando a los aires,
    daban claridad al bosque.
    En los nudosos rediles
    las ovejuelas se encogen,
    la escarcha en la hierba helada
    beben pensando que comen.
    No lejos los lobos fieros,
    con los aullidos feroces,
    desafían los mastines,
    que adonde suenan, responden.
    Cuando las oscuras nubes,
    de sol coronado, rompe
    un Capitán celestial
    de sus ejércitos nobles,
    atónitos se derriban
    de sí mismos los pastores,
    y por la lumbre las manos
    sobre los ojos se ponen.
    Los perros alzan las frentes,
    y las ovejuelas corren
    unas por otras turbadas
    con balidos desconformes.
    Cuando el nuncio soberano
    las plumas de oro escoge,
    y enamorando los aires,
    les dice tales razones:
    «Gloria a Dios en las alturas,
    paz en la tierra a los hombres,
    Dios ha nacido en Belén
    en esta dichosa noche.
    »Nació de una pura Virgen;
    buscadle, pues sabéis donde,
    que en sus brazos le hallaréis
    envuelto en mantillas pobres».
    Dijo, y las celestes aves
    en un aplauso conformes
    acompañando su vuelo
    dieron al aire colores.
    Los pastores, convocando
    con dulces y alegres voces
    toda la sierra, derriban
    palmas y laureles nobles.
    Ramos en las manos llevan,
    y coronados de flores,
    por la nieve forman sendas
    cantando alegres canciones.
    Llegan al portal dichoso
    y aunque juntos le coronen
    racimos de serafines,
    quieren que laurel le adorne.
    La pura y hermosa Virgen
    hallan diciéndole amores
    al niño recién nacido,
    que Hombre y Dios tiene por nombre.
    El santo viejo los lleva
    adonde los pies le adoren,
    que por las cortas mantillas
    los mostraba el Niño entonces.
    Todos lloran de placer,
    pero ¿qué mucho que lloren
    lágrimas de gloria y pena,
    si llora el Sol por dos soles?
    El santo Niño los mira,
    y para que se enamoren,
    se ríe en medio del llanto,
    y ellos le ofrecen sus dones.
    Alma, ofrecedle los vuestros,
    y porque el Niño los tome,
    sabed que se envuelve bien
    en telas de corazones.

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