TERUEL - RUBIELOS DE MORA

La amplia geografía española acoge multitud de municipios cargados de belleza y de historia. Uno de ellos es Rubielos de Mora, al cual le vamos a dedicar las siguientes imágenes.
Rubielos de Mora se encuentra emplazado en la zona sureste de la provincia aragonesa de Teruel, en el piedemonte meridional de la Sierra de Gúdar (Sistema Ibérico), a 929 metros sobre el nivel del mar, en la comarca Gúdar-Javalambre.
Comenzamos las imágenes con el Mirador de la Cruz, situado junto a la carretera A-232, a unos dos kilómetros del pueblo. Desde este mirador, culminado con una cruz de forja de 7 metros de altura y un bajorrelieve a sus pies (junto a un murete de piedra), obra del escultor rubielano José Gonzalvo, se pueden obtener vistas espectaculares del pueblo.
El nombre de Rubielos de Mora proviene del latín “Rubus idoeus”, debido a la abundancia de zarzamoras que se extendían por toda la comarca, tiñendo de color la planicie. Aparte de tan bello nombre, este municipio también recibe la calificación de “Portada de Aragón”. Otro de los sobrenombres que ostenta es el de “Corte de la Sierra”, por el gran número de casas solariegas y edificios notables que forma su Conjunto Histórico Artístico, el cual fue galardonado con el Premio Europa Nostra en 1983. Gracias a la conservación singular de su arquitectura se le otorgó la distinción de “Pueblo más Bonito de España” en mayo de 2013 y el Premio Pueblo del Año 2022 en Aragón. Además, pertenece a la Red de Municipios Cittàslow debido a la calidad de vida y es, lugar de sellado en el Camino del Cid.
Rubielos fue de las últimas villas aragonesas en ser conquistada a los musulmanes, ya en 1204. En 1248, Jaime I incorporó la población al reino de Valencia. En 1270, pasó definitivamente a pertenecer al reino de Aragón, convirtiéndose en uno de los núcleos turolenses más importantes durante la Baja Edad Media. Pedro IV el Ceremonioso la convirtió en Villa en 1366.
Rubielos de Mora estuvo amurallada y contaba con siete puertas de acceso de las que aún se conservan dos vistosos portales del siglo XIV. La villa sorprende por la cuidada conservación de sus calles y edificios. Callejeando por Rubielos podemos encontrar un sinfín de pequeños palacios y casas solariegas de los siglos XVI al XVIII, con herrajes, galerías y cuidadas portadas. Los palacetes pertenecieron a grandes nobles y es en ellos donde destaca el trabajo de la piedra y la forja, junto a sus aleros o escudos.
Entre sus edificios más relevantes destaca la gran iglesia de Santa María, que fue colegiata en grandioso estilo renacentista, en cuyo interior se conserva un excelente retablo de estilo gótico internacional.
El templo, acabado de construir en 1620, posee una sola nave y capillas laterales. Alberga una sola torre con tres cuerpos cuadrados y un cuarto octogonal, en el que se encuentran las campanas. El remate final es una pequeña linterna. Podemos observar en las imágenes este impresionante edificio.
Entre la arquitectura civil destaca, además de los ya mencionados palacios y casonas, la Casa Consistorial, de 1571 en estilo renacentista, con un amplio patio cubierto que fue mercado o lonja y en el que aún se conserva la mazmorra municipal, donde los reos eran expuestos al escarnio público.
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