Bueno, Bueno y bueno. Ese pluralismo en el que los grupos de filantrocapitalistas que luchan entre si está muy bien. Pero y las jerarquias... Y tendrán su moral cómo el pluralismo de las mafias...
No puedo estar más en desacuerdo con lo que se dice en este video. La constatación de la decadencia de la educación en España (y en Occidente en general, mal llamada "decadentismo", no es una "visión monista" (no es cierto que el progreso o la decadencia en un área conlleve lo opuesto en otra área, eso sí sería monista), sino la comparación con datos y números del nivel de instrucción y de madurez alcanzado por promociones de discentes (en todos los niveles del sistema educativo) anteriores respecto de las actuales. Soy ingeniero y, además de ejercer esa profesión, imparto clases en la universidad y constato la degradación del nivel de formación de las sucesivas promociones de ingenieros desde la implantación del plan Bolonia y también de las sucesivas promociones de bachilleres que ingresan en las escuelas superiores de ingeniería (pese a que tradicionalmente suelen ser carreras escogidas por bachilleres con altas calificaciones) desde la aprobación de la LOGSE. La decadencia educativa es una faceta más de la decadencia de los Estados occidentales, singularmente de España con las nefastas transferencias a las autonomías, y por supuesto que es un fenómeno querido y promovido por las élites globalistas financieras anglosajonas que rigen Occidente y que buscan crear consumidores acríticos. El sistema educativo público en el que yo me eduqué y que tenía un nivel muy superior al privado y era un verdadero ascensor social fue demolido (las ruinas) y, como pude permitírmelo, le proporcioné a mi hijo una educación de alto nivel en colegios privados (donde no había AMPA) y en universidades privadas muy exigentes, de forma que en 2011 (en plena crisis económica) tenía 3 magníficas ofertas de trabajo 1 mes antes de licenciarse. Hoy sólo tiene acceso a educación de alta calidad quien puede pagarla. Lo del supuesto equilibrio entre profesores, alumnos y familias en la "educación central" es un mito. No puede haber un centro educativo de alta calidad sin la preponderancia de un profesorado seleccionado con criterios profesionales exigentes y sin la concurrencia de unos alumnos también seleccionados para su admisión y de unas familias que básicamente no estorben suprimiendo las nefastas AMPA. Como sucede en otros países, se deben ir seleccionado y cribando a los alumnos en el paso de cada etapa educativa (primaria, secundaria, bachillerato y universidad) derivando lo antes posible hacia itinerarios profesionales (FP) a aquéllos que no dan el nivel académico para bachillerato y/o universidad, de forma que no haya la actual inflación de universitarios con títulos de escasa valoración en el mercado y sin trabajo ni oficio o en subempleo ni tanto fracaso escolar y ninis. Para ello hay que invertir en una FP potente en medios y en calidad docente. Pero nada de lo anterior se va a hacer porque la "democracia" de partidos que padecemos no puede (ni quiere) adoptar las decisiones (traumáticas) necesarias a ese fin.
Buenas, Antonio. Muchas gracias por tu interesante comentario, al que, sin embargo, creemos que se podrían hacer algunas puntualizaciones. A lo mejor el ser un extracto desprovisto del contexto de la Mesa en la que hablamos del tema ha podido llevarte a una confusión (aquí tienes el enlace al vídeo completo: ruclips.net/video/J5R-c_wKc28/видео.html ). En este vídeo no se habla de un diagnóstico de la situación de un sistema educativo en concreto (pongamos, el español de primer cuarto de siglo XXI), sino que se trata de analizar la fenomenología más o menos variada de ideologías educativas en general, es decir, concepciones sobre lo que la educación es (como Idea filosófica) y si ésta se concibe o no como una herramienta de caída desde un pretérito glorioso (visión decadentista) o por el contrario, como un "arma de liberación masiva" o hacia un futuro dorado, etc. (visión progresista). Pero todo ello desde un plano esencial, en virtud de las propiedades que se atribuyen a la educación en cuanto tal (se defina como se quiera, según el caso). En este sentido, y sin rehuir la polémica, el análisis sociológico que apuntas en tu comentario, sin duda rico en detalles interesantes y cuyo diagnóstico podemos llegar a compartir hasta un cierto punto, oculta también muchas de las dificultades y problemas propios del sistema educativo previo a la LOGSE que ya hemos apuntado en otras ocasiones, hasta el punto de que parece tomarse como un "canon" o "modelo" a partir del cual evaluar comparativamente las bondades o deficiencias de los siguientes sistemas. El problema de este tipo de análisis es que olvida las (aún mayores) bondades de sistemas previos como el de la Ley Moyano y enfatiza las deficiencias de los post-LOGSE solo comparativamente con el sistema-modelo, como si éstas no pudieran ser examinadas en sí mismas, sin necesidad de compararlas con las de los sistemas previos (un anacronismo que puede llegar a impedir observar los sistemas educativos del presente de acuerdo con la morfología y las necesidades que dicho presente van a imponer, se quiera o no). Por otro lado, el problema del sintagma "élites globalistas financieras anglosajonas" es que, siguiendo el razonamiento de Íñigo, es difícil atribuir razón de unidad a estas "élites" (cuya existencia no se niega), precisamente por su carácter no sólo plural, como bien dices, sino también y sobre todo heterogéneo, que provoca que sus intereses no siempre sean los mismos (aún cuando todos se puedan calificar de "globalistas"). Por último, en cuanto al problema del equilibrio entre profesores, alumnos y familias, nuevamente reiteramos que la definición del núcleo de la educación en sentido estricto dentro de los sistemas de instrucción pública modernos como "relación de enseñanza" integrada por esos tres polos de la relación triádica, que alguna vez hemos definido como "E = F(a, p, f)" (a) trata de recoger fenomenológicamente en una fórmula funcional las relaciones que tienen lugar en la educación a escala central desde un punto de vista esencial entre los sujetos que intervienen operatoriamente a esa escala, y (b) como hemos apuntado en nuestro primer vídeo sobre las "polarizaciones" de esta relación (aquí tienes el enlace: ruclips.net/video/2ammWYMwy1Q/видео.html ), esta relación debería formularse más bien bajo la forma de un límite, como "Lím(E) --> F(a, p, f)", porque este equilibrio es una situación ideal del sistema que raramente tiene lugar precisamente por ese carácter específico de cada uno de los polos que integran la relación (tomando la analogía molecular que ofrecemos en el vídeo, su diferente "masa atómica"). Es por esto último que puede tener lugar un proceso selectivo del personal docente como el que apuntas en tu comentario, pero que sea necesario sólo ocurrirá si, como bien apuntas, el sistema educativo es "de calidad", lo cual es ya una situación concreta dentro de todas las que pueden tener lugar un "sistema de instrucción publica" merecedor de tal nombre (que puede serlo con todas las letras, aunque sea de mala calidad). Y lo mismo con los alumnos y su cribado, etc. Esperamos que esta respuesta haya sido útil y que te sea de interés el contenido contenido del canal. ¡Un saludo!
@@SobreRuinas Ví el video del enlace que me señalaste (¡2h 43min!) y comprobé que este video mucho más corto es la última intervención de Ongay en respuesta a una pregunta que no guarda relación con todo lo que le precede en aquel otro video; así que su no visión previa no pudo inducirme ninguna confusión; de hecho, he dejado un comentario en aquél sobre el tema del que trataba. Aquí, estoy comentando lo que Ongay dice concretamente en ese pasaje ajeno a la temática general. Lo que he sostenido y sostengo es que la educación pública (prefiero llamarla y la llamaré instrucción popular) está en decadencia en España (y en Occidente), pero no por una imagen mítica de un pasado educativo glorioso, sino por la constatación fáctica, con datos, de que la instrucción popular franquista que yo tuve era mucho mejor y más util que la actual, especialmente desde la LOGSE. No se trata de un mero análisis sociológico (sin desdoro de ello) porque haya referido a título ilustrativo mi experiencia personal (similar a la de la gran mayoría de mi generación), sino que, como dije, se puede comprobar con métricas. No oculto problemas de la instrucción popular pre-LOGSE ni de la franquista, no transmito esa "visión gloriosa", pero era mucho mejor y en lugar de mejorarla más (que había recortido para ello) nos la hemos cargado. Discrepo de que sistemas previos al franquista, como el de la ley Moyano fuesen mejores (sin dejar de reconocer que ésa fue una excelente y longeva ley) por la simple razón de que la calidad de un sistema de instrucción popular no es la de la ley que lo rige, sino la de los resultados obtenidos y (sobre todo) medidos. Y con ese criterio, que es el único objetivo, la instrucción popular franquista consiguió pot primera vez en nuestra Historia la plena alfabetización y escolarización y el acceso de las clases medias y bajas a una universidad de calidad con un buen sistema de becas (del que me beneficié) y una buena formación profesional con unas universidades laborales de alto nivel. Todo eso desapareció diluido en el aguarrás autonómico. Aquel sistema de instrucción popular puede y debe ser examinado críticamente en sí mismo, estáticamente, y, como dije, era mejorable. Pero si hablamos de decadentismo necesariamente estamos recurriendo un análisis dinámico, pues sólo se cae o se sube frente a un momento histórico anterior. Y, repito, ahora estamos mucho peor, es evidente. La necesidad del presente que la instrucción popular debe suplir es la misma que la del pasado y que la del futuro: la eutaxia del Estado español. Cambian las circunstancias internas y externas y con ellas los medios y los contenidos, pero el fin último es el mismo. Esa eutaxia se traduce aquí en la capacitación de los niños, jóvenes y (en parte) adultos para su incorporación más eficiente al sistema productivo, como medio más potente de integración social a través del mercado y de independencia económica que les permita ejercer sus derechos y deberes y pagar impuestos. Las élites globalistas financieras anglosajonas, como todas las clases sociales, tienen sus fisuras y sus intereses secundarios heterogéneos e inclusive contradictorios, pero tienen unos intereses comunes mucho más potentes y, sobre todo, están muy jerarquizadas por la creciente concentración de capitales en pocos centros de decisión global. Tienen una clara agenda en parte explícita y la están imponiendo exitosamente en Occidente. No van a ganar a largo plazo porque no controlan a Rusia ni, sobre todo, a China que será el próximo hegemón, pero en el proceso van a perjudicarnos mucho, como se está viendo y palpando. Respecto de la polarización en la instrucción popular a escala central, vi anteriormente los videos que indicas y sostengo lo que dije: debe haber una proponderancia clara (una polarización no absoluta) del profesorado con un estricto y exigente sistema de selección y formación del mismo y una no menos exigente rendición de cuentas y debe estar socialmente prestigiado y bien retribuido. Sin embargo, como dije, no soy optimista. Hay que estudiar (si no se ha hecho aún) la relación entre sistemas políticos y calidad de la instrucción pública. En ese sentido (y con métricas) hace 2 años que China superó a EEUU en número de solicitudes anuales de patentes (se pueden ver otros indicadores) y, en general, el Oriente asiático supera a Occidente. El liderazgo tecnológico precede al económico y éste al social, al político y al militar. Así, cabe preguntarse si los regímenes autoritarios, cuyos líderes no dependen del voto de las masas consumidoras ni de los medios controlados por las élites globalistas pueden implementar sistemas de instrucción mucho más eficientes y eutáxicos que las democracias partitocráticas de mercados pletóricos. Pienso que así es y esta es la razón de mi pesimismo; el régimen español no sólo no va a regenerar el sistema de instrucción popular, sino que lo va a degradar cada vez más en una subasta electoral permanente de aprobados generales y concesiones ideológicas.
Bueno, Bueno y bueno. Ese pluralismo en el que los grupos de filantrocapitalistas que luchan entre si está muy bien. Pero y las jerarquias... Y tendrán su moral cómo el pluralismo de las mafias...
No puedo estar más en desacuerdo con lo que se dice en este video.
La constatación de la decadencia de la educación en España (y en Occidente en general, mal llamada "decadentismo", no es una "visión monista" (no es cierto que el progreso o la decadencia en un área conlleve lo opuesto en otra área, eso sí sería monista), sino la comparación con datos y números del nivel de instrucción y de madurez alcanzado por promociones de discentes (en todos los niveles del sistema educativo) anteriores respecto de las actuales. Soy ingeniero y, además de ejercer esa profesión, imparto clases en la universidad y constato la degradación del nivel de formación de las sucesivas promociones de ingenieros desde la implantación del plan Bolonia y también de las sucesivas promociones de bachilleres que ingresan en las escuelas superiores de ingeniería (pese a que tradicionalmente suelen ser carreras escogidas por bachilleres con altas calificaciones) desde la aprobación de la LOGSE.
La decadencia educativa es una faceta más de la decadencia de los Estados occidentales, singularmente de España con las nefastas transferencias a las autonomías, y por supuesto que es un fenómeno querido y promovido por las élites globalistas financieras anglosajonas que rigen Occidente y que buscan crear consumidores acríticos. El sistema educativo público en el que yo me eduqué y que tenía un nivel muy superior al privado y era un verdadero ascensor social fue demolido (las ruinas) y, como pude permitírmelo, le proporcioné a mi hijo una educación de alto nivel en colegios privados (donde no había AMPA) y en universidades privadas muy exigentes, de forma que en 2011 (en plena crisis económica) tenía 3 magníficas ofertas de trabajo 1 mes antes de licenciarse. Hoy sólo tiene acceso a educación de alta calidad quien puede pagarla.
Lo del supuesto equilibrio entre profesores, alumnos y familias en la "educación central" es un mito. No puede haber un centro educativo de alta calidad sin la preponderancia de un profesorado seleccionado con criterios profesionales exigentes y sin la concurrencia de unos alumnos también seleccionados para su admisión y de unas familias que básicamente no estorben suprimiendo las nefastas AMPA.
Como sucede en otros países, se deben ir seleccionado y cribando a los alumnos en el paso de cada etapa educativa (primaria, secundaria, bachillerato y universidad) derivando lo antes posible hacia itinerarios profesionales (FP) a aquéllos que no dan el nivel académico para bachillerato y/o universidad, de forma que no haya la actual inflación de universitarios con títulos de escasa valoración en el mercado y sin trabajo ni oficio o en subempleo ni tanto fracaso escolar y ninis. Para ello hay que invertir en una FP potente en medios y en calidad docente.
Pero nada de lo anterior se va a hacer porque la "democracia" de partidos que padecemos no puede (ni quiere) adoptar las decisiones (traumáticas) necesarias a ese fin.
Buenas, Antonio. Muchas gracias por tu interesante comentario, al que, sin embargo, creemos que se podrían hacer algunas puntualizaciones.
A lo mejor el ser un extracto desprovisto del contexto de la Mesa en la que hablamos del tema ha podido llevarte a una confusión (aquí tienes el enlace al vídeo completo: ruclips.net/video/J5R-c_wKc28/видео.html ). En este vídeo no se habla de un diagnóstico de la situación de un sistema educativo en concreto (pongamos, el español de primer cuarto de siglo XXI), sino que se trata de analizar la fenomenología más o menos variada de ideologías educativas en general, es decir, concepciones sobre lo que la educación es (como Idea filosófica) y si ésta se concibe o no como una herramienta de caída desde un pretérito glorioso (visión decadentista) o por el contrario, como un "arma de liberación masiva" o hacia un futuro dorado, etc. (visión progresista). Pero todo ello desde un plano esencial, en virtud de las propiedades que se atribuyen a la educación en cuanto tal (se defina como se quiera, según el caso).
En este sentido, y sin rehuir la polémica, el análisis sociológico que apuntas en tu comentario, sin duda rico en detalles interesantes y cuyo diagnóstico podemos llegar a compartir hasta un cierto punto, oculta también muchas de las dificultades y problemas propios del sistema educativo previo a la LOGSE que ya hemos apuntado en otras ocasiones, hasta el punto de que parece tomarse como un "canon" o "modelo" a partir del cual evaluar comparativamente las bondades o deficiencias de los siguientes sistemas. El problema de este tipo de análisis es que olvida las (aún mayores) bondades de sistemas previos como el de la Ley Moyano y enfatiza las deficiencias de los post-LOGSE solo comparativamente con el sistema-modelo, como si éstas no pudieran ser examinadas en sí mismas, sin necesidad de compararlas con las de los sistemas previos (un anacronismo que puede llegar a impedir observar los sistemas educativos del presente de acuerdo con la morfología y las necesidades que dicho presente van a imponer, se quiera o no).
Por otro lado, el problema del sintagma "élites globalistas financieras anglosajonas" es que, siguiendo el razonamiento de Íñigo, es difícil atribuir razón de unidad a estas "élites" (cuya existencia no se niega), precisamente por su carácter no sólo plural, como bien dices, sino también y sobre todo heterogéneo, que provoca que sus intereses no siempre sean los mismos (aún cuando todos se puedan calificar de "globalistas").
Por último, en cuanto al problema del equilibrio entre profesores, alumnos y familias, nuevamente reiteramos que la definición del núcleo de la educación en sentido estricto dentro de los sistemas de instrucción pública modernos como "relación de enseñanza" integrada por esos tres polos de la relación triádica, que alguna vez hemos definido como "E = F(a, p, f)" (a) trata de recoger fenomenológicamente en una fórmula funcional las relaciones que tienen lugar en la educación a escala central desde un punto de vista esencial entre los sujetos que intervienen operatoriamente a esa escala, y (b) como hemos apuntado en nuestro primer vídeo sobre las "polarizaciones" de esta relación (aquí tienes el enlace: ruclips.net/video/2ammWYMwy1Q/видео.html ), esta relación debería formularse más bien bajo la forma de un límite, como "Lím(E) --> F(a, p, f)", porque este equilibrio es una situación ideal del sistema que raramente tiene lugar precisamente por ese carácter específico de cada uno de los polos que integran la relación (tomando la analogía molecular que ofrecemos en el vídeo, su diferente "masa atómica"). Es por esto último que puede tener lugar un proceso selectivo del personal docente como el que apuntas en tu comentario, pero que sea necesario sólo ocurrirá si, como bien apuntas, el sistema educativo es "de calidad", lo cual es ya una situación concreta dentro de todas las que pueden tener lugar un "sistema de instrucción publica" merecedor de tal nombre (que puede serlo con todas las letras, aunque sea de mala calidad). Y lo mismo con los alumnos y su cribado, etc.
Esperamos que esta respuesta haya sido útil y que te sea de interés el contenido contenido del canal. ¡Un saludo!
@@SobreRuinas Ví el video del enlace que me señalaste (¡2h 43min!) y comprobé que este video mucho más corto es la última intervención de Ongay en respuesta a una pregunta que no guarda relación con todo lo que le precede en aquel otro video; así que su no visión previa no pudo inducirme ninguna confusión; de hecho, he dejado un comentario en aquél sobre el tema del que trataba. Aquí, estoy comentando lo que Ongay dice concretamente en ese pasaje ajeno a la temática general.
Lo que he sostenido y sostengo es que la educación pública (prefiero llamarla y la llamaré instrucción popular) está en decadencia en España (y en Occidente), pero no por una imagen mítica de un pasado educativo glorioso, sino por la constatación fáctica, con datos, de que la instrucción popular franquista que yo tuve era mucho mejor y más util que la actual, especialmente desde la LOGSE. No se trata de un mero análisis sociológico (sin desdoro de ello) porque haya referido a título ilustrativo mi experiencia personal (similar a la de la gran mayoría de mi generación), sino que, como dije, se puede comprobar con métricas.
No oculto problemas de la instrucción popular pre-LOGSE ni de la franquista, no transmito esa "visión gloriosa", pero era mucho mejor y en lugar de mejorarla más (que había recortido para ello) nos la hemos cargado.
Discrepo de que sistemas previos al franquista, como el de la ley Moyano fuesen mejores (sin dejar de reconocer que ésa fue una excelente y longeva ley) por la simple razón de que la calidad de un sistema de instrucción popular no es la de la ley que lo rige, sino la de los resultados obtenidos y (sobre todo) medidos. Y con ese criterio, que es el único objetivo, la instrucción popular franquista consiguió pot primera vez en nuestra Historia la plena alfabetización y escolarización y el acceso de las clases medias y bajas a una universidad de calidad con un buen sistema de becas (del que me beneficié) y una buena formación profesional con unas universidades laborales de alto nivel. Todo eso desapareció diluido en el aguarrás autonómico. Aquel sistema de instrucción popular puede y debe ser examinado críticamente en sí mismo, estáticamente, y, como dije, era mejorable. Pero si hablamos de decadentismo necesariamente estamos recurriendo un análisis dinámico, pues sólo se cae o se sube frente a un momento histórico anterior. Y, repito, ahora estamos mucho peor, es evidente. La necesidad del presente que la instrucción popular debe suplir es la misma que la del pasado y que la del futuro: la eutaxia del Estado español. Cambian las circunstancias internas y externas y con ellas los medios y los contenidos, pero el fin último es el mismo. Esa eutaxia se traduce aquí en la capacitación de los niños, jóvenes y (en parte) adultos para su incorporación más eficiente al sistema productivo, como medio más potente de integración social a través del mercado y de independencia económica que les permita ejercer sus derechos y deberes y pagar impuestos.
Las élites globalistas financieras anglosajonas, como todas las clases sociales, tienen sus fisuras y sus intereses secundarios heterogéneos e inclusive contradictorios, pero tienen unos intereses comunes mucho más potentes y, sobre todo, están muy jerarquizadas por la creciente concentración de capitales en pocos centros de decisión global. Tienen una clara agenda en parte explícita y la están imponiendo exitosamente en Occidente. No van a ganar a largo plazo porque no controlan a Rusia ni, sobre todo, a China que será el próximo hegemón, pero en el proceso van a perjudicarnos mucho, como se está viendo y palpando.
Respecto de la polarización en la instrucción popular a escala central, vi anteriormente los videos que indicas y sostengo lo que dije: debe haber una proponderancia clara (una polarización no absoluta) del profesorado con un estricto y exigente sistema de selección y formación del mismo y una no menos exigente rendición de cuentas y debe estar socialmente prestigiado y bien retribuido. Sin embargo, como dije, no soy optimista. Hay que estudiar (si no se ha hecho aún) la relación entre sistemas políticos y calidad de la instrucción pública. En ese sentido (y con métricas) hace 2 años que China superó a EEUU en número de solicitudes anuales de patentes (se pueden ver otros indicadores) y, en general, el Oriente asiático supera a Occidente. El liderazgo tecnológico precede al económico y éste al social, al político y al militar. Así, cabe preguntarse si los regímenes autoritarios, cuyos líderes no dependen del voto de las masas consumidoras ni de los medios controlados por las élites globalistas pueden implementar sistemas de instrucción mucho más eficientes y eutáxicos que las democracias partitocráticas de mercados pletóricos. Pienso que así es y esta es la razón de mi pesimismo; el régimen español no sólo no va a regenerar el sistema de instrucción popular, sino que lo va a degradar cada vez más en una subasta electoral permanente de aprobados generales y concesiones ideológicas.