Cápsula 28: La sublimación | José Eduardo Tappan

Поделиться
HTML-код
  • Опубликовано: 7 ноя 2024

Комментарии • 6

  • @poemaria
    @poemaria 4 года назад +1

    José Eduardo, como siempre: muy interesantes tus aportaciones; lo único que ahora estorba y mucho es el ruido exterior. Lástima que no son sólo las aves, ¡qué va!, son autos, aeronaves y algo así como detonaciones que le estorban a tu siempre grato diálogo con y desde el psicoanálisis. Un abrazo cordial.

    • @joseeduardotappan4269
      @joseeduardotappan4269  4 года назад +2

      tienes razón, lo escuché y si distrae esos ruidos, los próximos videos, ya no los gravaré en ese lugar.

  • @caligulabastardo
    @caligulabastardo 3 года назад +1

    En función de está conceptualización de la sublimación según Lacan ¿Le parecería correcto entender de manera análoga el proceso de fetichización de la mercancía en El Capital de Marx?
    A nivel de la APARIENCIA, el intercambio de mercancías equivalentes (por ejemplo, un papel pintado [$500] por un anillo de plata) parece darse en función de los valores intrínsecos a ellas mismas, como si estás tuvieran el valor en sí.
    Sin embargo, Marx nos dice, “Lo que aquí adopta para los hombres, la forma fantasmagórica de una relación entre cosas, es sólo la relación social determinada existente entre aquellos. De ahí que para hallar una analogía pertinente debamos buscar amparo en las neblinosas comarcas del mundo religioso. En éste los productos de la mente humana parecen figuras autónomas, dotadas de vida propia, en relación unas con las otras y con los hombres. Otro tanto ocurre en el mundo de las mercancías con los productos de la mano humana”.
    Es decir que el proceso normativo de constitución de la mercancía lleva consigo el ocultamiento de las relaciones sociales que la producen como tal, siendo este ocultamiento el que sujeta ideológicamente a los seres humanos llevándolos a actuar como sí el dinero (o cualquier otra mercancía) tuviese dado el valor en sí mismo.
    Dicho nivel de apariencia de la mercancía tiene dos resultados, por un lado, constituye el orden social (o, en palabras de Althusser, es el “cemento” ideológico que posibilita la reproducción de las relaciones de producción durante un cierto periodo de tiempo) y, a su vez, sostiene una forma de dominación intrínseca al modo de producción mismo, el cual subsume y coordina el proceder de los diferentes aparatos ideológicos.
    ¿Le parecería correcta la lectura, doctor? Se lo menciono porque tengo interés en comprender el vínculo que realiza Althusser entre la categoría sujeto y la critica al modo de producción capitalista; y sus charlas me han apoyado mucho al respecto. Sin embargo, me gustaría saber su opinión.
    P.D.: Una disculpa si mis comentarios son demasiado extensos.

    • @joseeduardotappan4269
      @joseeduardotappan4269  3 года назад +1

      no creo que sea correcto entender sublimar en relación con el objeto fetiche. El objeto fetiche "es interpuesto frente a la falta", su encomienda es la opturar la falta, la incertidumbre, por otro lado la condición de la sublimación es la falta, en tanto creación. En Marx el "fetichismo de la mercancía" en el caso del dinero, lo es, en tanto desaparece su condición de mercancía en el intercambio, aparece precisamente como algo fuera de esos sistemas de intercambio, cuyo valor está en su condición de dinero, atesorar dinero, no por lo que se pueda comprar.

    • @caligulabastardo
      @caligulabastardo 3 года назад

      @@joseeduardotappan4269 No sé si entendí bien la última parte, doctor. Según yo comprendo, el dinero no deja nunca de ser una mercancía, cuyo valor de uso es el intercambio. Sin embargo, su especificidad es monopolizar el papel de forma equivalente general (lo que la posibilita ser intercambiable por cualquier otra mercancía). Pero dicho papel, dice Marx, “Puede adoptarla, por consiguiente, cualquier mercancía”. Aunque precisa las razones por las cuales el oro tomo dicho papel (en aquella época).
      Ese punto es importante porque hay una diferencia entre “[…] el atesorador, [que] no es más que el capitalista insensato” pues “procura salvar de la circulación al dinero” creyendo que con ello acrecienta el valor que tiene; frente al “capitalista, más sagaz, lanzándolo a la circulación una y otra vez”, pues sólo así autovaloriza el valor. Pues para el capitalista el dinero nunca cesa de circular dentro del intercambio de mercancías.
      Por otra parte, estoy tratando de comprender la diferencia que me menciona entre sublimación y objeto fetiche.
      Marx señala que existe una diferencia entre el fin que hace un individuo cualquiera en cuanto a su relación con la mercancía y el fin que tiene el capitalista en torno a la misma. Por una parte, el primero busca de la mercancía su consumo (valor de uso), ya sea para satisfacer su necesidades básicas o ficticias -o, como usted menciona, opturar la falta-. Pero, el segundo, quiere que el dinero se convierta en capital, por lo que hace del dinero “[…] un fin en sí mismo, pues la valorización del valor existe únicamente en el marco de este movimiento renovado sin cesar. El movimiento del capital, por ende, es carente de medida”. La idea en general es que el capitalista nunca sacia esa falta, pues es un proceso que no tiene límite.
      Pero me queda claro que hay una diferencia entre ambos conceptos.
      Muchas gracias por su tiempo, doctor.

    • @joseeduardotappan4269
      @joseeduardotappan4269  3 года назад +2

      @@caligulabastardo ese es precisamente la razón por la que Marx habla de fetichismo, ese concepto es "el culto a un objeto", desarticulado de su contexto en este caso el mercado. Se trata de darte al dinero un sentido que no tenía en tanto mercancía, en tanto su "valor de cambio", sacarlo de las reglas del mercado, "agalmatizarlo". por eso tampoco puede ser pensado como capital. desde luego es un problema complejo, pero muestra que la subjetividad no se encuentra fuera de los sistemas de intercambio, de sus leyes, y de sus instrumentos. Recuerda que salario es por el asunto de pagar con sal, a manera de trueque: trabajo por sal, lo mismo que el cacao en mesoamérica, era la unidad de intercambio, pero también se bebía como chocolate. saludos