NO PERDÁIS, PUES, VUESTRA CONFIANZA, QUE TIENE GRANDE GALARDÓN; PORQUE OS ES NECESARIA LA PACIENCIA, PARA QUE HABIENDO HECHO LA VOLUNTAD DE DIOS, OBTENGÁIS LA PROMESA. PORQUE AÚN UN POQUITO, Y EL QUE HA DE VENIR VENDRÁ, Y NO TARDARÁ. MAS EL JUSTO VIVIRÁ POR FE; Y SI RETROCEDIERE, NO AGRADARÁ A MI ALMA. PERO NOSOTROS NO SOMOS DE LOS QUE RETROCEDEN PARA PERDICIÓN, SINO DE LOS QUE TIENEN FE PARA PRESERVACIÓN DEL ALMA. HEBREOS 10:35-39. La batalla de la vida cristiana siempre ha sido, no solo creer, sino seguir creyendo. Esta es la forma en la que crecemos en fe y vemos el verdadero cumplimiento de las promesas de DIOS en nuestra vida. Hoy en día, tendemos a minimizar la incredulidad, como poco menos que una debilidad común. Pero DIOS no tiene tal enfoque (Hebreos 10:35-39). Rechazar las promesas de DIOS para nosotros, es mucho más destructivo que los pecados terribles de los cuales a menudo hablamos. La Biblia dice que “Cuídense, hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo.” (Hebreos 3:12, NVI). El gran objetivo de Satanás es quebrar nuestra fe. Él sabe muy bien que el justo vive por la fe, así que su blanco es cortar nuestra línea de vida con Dios. La fe es como la mano que se extiende para recibir lo que DIOS ha prometido libremente. Si el diablo puede bajarte esa mano, entonces ha tenido éxito. La fe verdadera se produce cuando nuestro corazón se acerca a Dios y recibe Sus promesas muy dentro de nosotros. Allí, por el poder divino, Su Palabra obrará sobrenaturalmente. La enfermedad crónica que nos aflige, no es la falta de esfuerzo; es la falta de fe verdadera. Muchas veces estamos tratando la conducta externa y no su origen. Estamos corriendo la carrera de la fe. Y deseamos recibir, no solo la máxima promesa de Dios de la salvación, sino también las muchas otras promesas que tenemos a lo largo del camino. La Fe Sigue A Las Promesas. Debido al único lugar que Dios le ha dado a la fe, Su gracia fluye junto a los canales de Sus promesas - no Sus mandamientos. Los mandatos de Dios muestran Su carácter santo, y revelan nuestro pecado, pero no tienen la habilidad en sí mismos de empoderarnos para obedecer. No es que no sabemos lo que está bien o no deseamos vivir de esa manera. Nuestro problema es el revestimiento de la fortaleza espiritual para obedecer, y los mandamientos de Dios no pueden impartir eso (Romanos 7:18). Los santos, a través de los siglos, no se han aferrado tanto a los santos mandamientos de Dios y el juicio que acompaña a todos los transgresores, como a las acariciadas promesas y revelaciones concernientes a Su gran salvación a través de Cristo (Romanos 4:5; 8:1, 3; 1 Juan 1:9). Cuando confiamos, esas bendecidas promesas de Dios, liberan Su gracia sobrenatural en y a través de nosotros. Son estas promesas las que nos atraen al corazón de Dios en fe. De hecha, el gran mandamiento del Nuevo Pacto es ¡creer! Los israelitas que salieron de Egipto, se quedaron cortos con respecto a la posesión de la nueva tierra por esta razón: Ellos escucharon claramente lo que Dios prometió, pero sus corazones no lo recibieron en fe (Hebreos 4:2). Hoy en día, es posible ganarse la vida como un teólogo reconocido y sin embargo, no tener una vida de fe. Los cristianos pueden escuchar la Palabra predicada cada domingo - e incluso tener una vida devocional durante toda la semana - sin levantarse por encima del escepticismo, la depresión y la incredulidad que están tan prevalentes en nuestra cultura. La Palabra debe encontrar en nuestro corazón, una atmósfera en la cual su poder divino pueda ser liberado. Esa clase de fe dinámica, que rebosa de las palabras del gran líder israelita Josué, casi al final de su vida. Él fue uno de los dos únicos hombres que salieron de Egipto en la edad adulta e hicieron todo el camino hasta la Tierra Prometida. Sus instrucciones de despedida revelan el ambiente en el cual la fe florece y crece. Mira Hacia Atrás Con Agradecimiento. Josué comienza su despedida con esta declaración: “Y vosotros habéis visto todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho con todas estas naciones por vuestra causa; porque Jehová vuestro Dios es quien ha peleado por vosotros.” (Josué 23:3). En otras palabras, miren hacia atrás y piensen acerca de todo lo que Él ha hecho. ¿Cómo podemos tener fe para el futuro si a menudo no miramos atrás y agradecemos a Dios por todo lo que nos ha dado en el pasado? La falta de gratitud es, de hecho, uno de nuestros constantes pecados. En la mayoría de nuestras iglesias, no hay un derramamiento de agradecimiento y alabanza vibrante cada domingo, pues estamos demasiado preocupados por nuestros problemas. ¡Dale la alabanza! ¡Deja que Él sepa desde lo profundo de tu corazón, cuánto aprecias Sus bondades! Sea o no parte de tu tradición religiosa, llega más allá de tu auto conciencia y, formalmente alaba al Señor YHWH Niégate a avergonzarte o que alguien te impida hacerlo. Mira Hacia El Futuro Con Expectativa. A continuación, Josué volvió su atención hacia el futuro. Al final de sus años, todavía estaba invocando las promesas de Dios, y valientemente declarando que “el Señor mismo” conquistaría las restantes naciones canaanitas (Josué 23:5). Cada uno de nosotros puede señalar cosas en nuestra vida que no están a la manera que Dios quiere. Él desea acabar con las cosas que dificultan y desfiguran nuestra semejanza a Cristo. Dios también quiere usarnos para bendecir y animar a otras personas, en maneras que nunca hemos soñado. Y Él hará estas cosas a medida que vivamos ¡en esta bendita atmósfera de fe! Entre las muchas definiciones de fe, tal vez ninguna es más importante que Hebreos 11:1: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” La fe es la habilidad del espíritu humano de recibir impresiones de Dios, que han nacido en Su Palabra, y hacerlas vivas por el Espíritu Santo. Simplemente sabemos que algo va a suceder, pues la Palabra de Dios ha sido recibida y ha activado esta sensación espiritual llamada fe. Los sentidos naturales tienen que ver con las cosas presentes y visibles. Pero la fe tiene que ver principalmente con esas cosas futuras e invisibles que Dios nos ha prometido en Su Palabra. DIOS YHWH los bendiga grandemente en Cristo Jesús Amén
NO PERDÁIS, PUES, VUESTRA CONFIANZA, QUE TIENE GRANDE GALARDÓN; PORQUE OS ES NECESARIA LA PACIENCIA, PARA QUE HABIENDO HECHO LA VOLUNTAD DE DIOS, OBTENGÁIS LA PROMESA. PORQUE AÚN UN POQUITO, Y EL QUE HA DE VENIR VENDRÁ, Y NO TARDARÁ. MAS EL JUSTO VIVIRÁ POR FE; Y SI RETROCEDIERE, NO AGRADARÁ A MI ALMA. PERO NOSOTROS NO SOMOS DE LOS QUE RETROCEDEN PARA PERDICIÓN, SINO DE LOS QUE TIENEN FE PARA PRESERVACIÓN DEL ALMA. HEBREOS 10:35-39.
La batalla de la vida cristiana siempre ha sido, no solo creer, sino seguir creyendo. Esta es la forma en la que crecemos en fe y vemos el verdadero cumplimiento de las promesas de DIOS en nuestra vida.
Hoy en día, tendemos a minimizar la incredulidad, como poco menos que una debilidad común. Pero DIOS no tiene tal enfoque (Hebreos 10:35-39).
Rechazar las promesas de DIOS para nosotros, es mucho más destructivo que los pecados terribles de los cuales a menudo hablamos. La Biblia dice que “Cuídense, hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo.” (Hebreos 3:12, NVI).
El gran objetivo de Satanás es quebrar nuestra fe. Él sabe muy bien que el justo vive por la fe, así que su blanco es cortar nuestra línea de vida con Dios.
La fe es como la mano que se extiende para recibir lo que DIOS ha prometido libremente. Si el diablo puede bajarte esa mano, entonces ha tenido éxito.
La fe verdadera se produce cuando nuestro corazón se acerca a Dios y recibe Sus promesas muy dentro de nosotros. Allí, por el poder divino, Su Palabra obrará sobrenaturalmente.
La enfermedad crónica que nos aflige, no es la falta de esfuerzo; es la falta de fe verdadera. Muchas veces estamos tratando la conducta externa y no su origen.
Estamos corriendo la carrera de la fe. Y deseamos recibir, no solo la máxima promesa de Dios de la salvación, sino también las muchas otras promesas que tenemos a lo largo del camino.
La Fe Sigue A Las Promesas.
Debido al único lugar que Dios le ha dado a la fe, Su gracia fluye junto a los canales de Sus promesas - no Sus mandamientos. Los mandatos de Dios muestran Su carácter santo, y revelan nuestro pecado, pero no tienen la habilidad en sí mismos de empoderarnos para obedecer.
No es que no sabemos lo que está bien o no deseamos vivir de esa manera. Nuestro problema es el revestimiento de la fortaleza espiritual para obedecer, y los mandamientos de Dios no pueden impartir eso (Romanos 7:18).
Los santos, a través de los siglos, no se han aferrado tanto a los santos mandamientos de Dios y el juicio que acompaña a todos los transgresores, como a las acariciadas promesas y revelaciones concernientes a Su gran salvación a través de Cristo (Romanos 4:5; 8:1, 3; 1 Juan 1:9). Cuando confiamos, esas bendecidas promesas de Dios, liberan Su gracia sobrenatural en y a través de nosotros.
Son estas promesas las que nos atraen al corazón de Dios en fe. De hecha, el gran mandamiento del Nuevo Pacto es ¡creer!
Los israelitas que salieron de Egipto, se quedaron cortos con respecto a la posesión de la nueva tierra por esta razón: Ellos escucharon claramente lo que Dios prometió, pero sus corazones no lo recibieron en fe (Hebreos 4:2).
Hoy en día, es posible ganarse la vida como un teólogo reconocido y sin embargo, no tener una vida de fe. Los cristianos pueden escuchar la Palabra predicada cada domingo - e incluso tener una vida devocional durante toda la semana - sin levantarse por encima del escepticismo, la depresión y la incredulidad que están tan prevalentes en nuestra cultura.
La Palabra debe encontrar en nuestro corazón, una atmósfera en la cual su poder divino pueda ser liberado. Esa clase de fe dinámica, que rebosa de las palabras del gran líder israelita Josué, casi al final de su vida.
Él fue uno de los dos únicos hombres que salieron de Egipto en la edad adulta e hicieron todo el camino hasta la Tierra Prometida. Sus instrucciones de despedida revelan el ambiente en el cual la fe florece y crece.
Mira Hacia Atrás Con Agradecimiento.
Josué comienza su despedida con esta declaración: “Y vosotros habéis visto todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho con todas estas naciones por vuestra causa; porque Jehová vuestro Dios es quien ha peleado por vosotros.” (Josué 23:3).
En otras palabras, miren hacia atrás y piensen acerca de todo lo que Él ha hecho. ¿Cómo podemos tener fe para el futuro si a menudo no miramos atrás y agradecemos a Dios por todo lo que nos ha dado en el pasado?
La falta de gratitud es, de hecho, uno de nuestros constantes pecados. En la mayoría de nuestras iglesias, no hay un derramamiento de agradecimiento y alabanza vibrante cada domingo, pues estamos demasiado preocupados por nuestros problemas.
¡Dale la alabanza! ¡Deja que Él sepa desde lo profundo de tu corazón, cuánto aprecias Sus bondades!
Sea o no parte de tu tradición religiosa, llega más allá de tu auto conciencia y, formalmente alaba al Señor YHWH Niégate a avergonzarte o que alguien te impida hacerlo.
Mira Hacia El Futuro Con Expectativa.
A continuación, Josué volvió su atención hacia el futuro. Al final de sus años, todavía estaba invocando las promesas de Dios, y valientemente declarando que “el Señor mismo” conquistaría las restantes naciones canaanitas (Josué 23:5).
Cada uno de nosotros puede señalar cosas en nuestra vida que no están a la manera que Dios quiere. Él desea acabar con las cosas que dificultan y desfiguran nuestra semejanza a Cristo.
Dios también quiere usarnos para bendecir y animar a otras personas, en maneras que nunca hemos soñado. Y Él hará estas cosas a medida que vivamos ¡en esta bendita atmósfera de fe!
Entre las muchas definiciones de fe, tal vez ninguna es más importante que Hebreos 11:1: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” La fe es la habilidad del espíritu humano de recibir impresiones de Dios, que han nacido en Su Palabra, y hacerlas vivas por el Espíritu Santo. Simplemente sabemos que algo va a suceder, pues la Palabra de Dios ha sido recibida y ha activado esta sensación espiritual llamada fe.
Los sentidos naturales tienen que ver con las cosas presentes y visibles. Pero la fe tiene que ver principalmente con esas cosas futuras e invisibles que Dios nos ha prometido en Su Palabra. DIOS YHWH los bendiga grandemente en Cristo Jesús Amén