Tengo gratos recuerdos de Sergio Loo: un joven callado pero que tenía las palabras exactas en el momento justo; divertido, sonriente ... un buen tipo. Hijo de una mujer excepcional que lo acompaño en todo momento, ella ahora representa su obra con mucho orgullo y con una lágrima que se niega a salir.Sergio el amigo, el vecino, el maestro y el poeta del edificio a quien siempre recordare con infinito cariño...
Lo acabo de descubrir, curioseando entre libros en Educal del Auditorio, un hallazgo enfrentativo con una realidad profunda. Su novela "Narvarte Pesadilla" la leí casi de una sentada, me hizo reír con su ironía, su cinismo, me hizo enojar y sentir su abandono. Excelente pluma.
Tengo gratos recuerdos de Sergio Loo: un joven callado pero que tenía las palabras exactas en el momento justo; divertido, sonriente ... un buen tipo. Hijo de una mujer excepcional que lo acompaño en todo momento, ella ahora representa su obra con mucho orgullo y con una lágrima que se niega a salir.Sergio el amigo, el vecino, el maestro y el poeta del edificio a quien siempre recordare con infinito cariño...
Lo acabo de descubrir, curioseando entre libros en Educal del Auditorio, un hallazgo enfrentativo con una realidad profunda. Su novela "Narvarte Pesadilla" la leí casi de una sentada, me hizo reír con su ironía, su cinismo, me hizo enojar y sentir su abandono. Excelente pluma.