Pero cuando el banquero vio su pasaporte...

Lola y su mejor amiga, María, vagaban por los puestos de ropa en oferta del mercado, tratando de encontrar un vestido. Lola fue a probarse otro conjunto y salió del probador decepcionada un minuto después.
- ¡Mira esto, María! ¡Es terrible! Solo mira la tela barata, es prácticamente transparente, no me queda bien y se ve horrible. ¿Cómo se supone que debo usar esto en la boda de mi hijo? ¡Y en un restaurante caro, además!
María inspeccionó el vestido con escepticismo:
- Tienes razón, es completamente inadecuado. Es una lástima que estemos ajustadas de dinero. Aún eres joven, Lola, y tienes una figura increíble. ¡Sería genial si pudiéramos ir a una tienda de diseñadores ahora mismo! Seguro encontrarían un vestido deslumbrante para ti. Quítate esta pesadilla, salgamos de aquí.