SANTA OLALLA DEL CALA - HUELVA

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  • Опубликовано: 9 янв 2025
  • Para los niños, y los no tan niños, la figura de un castillo, ya sea realidad o leyenda, nos sugiere un lugar de cierto misterio, cierto embrujo; cuentos de hadas con las figuras de reyes, príncipes y princesas; un lugar encantado o quizás con situaciones paranormales donde una dama de blanco vaga por los pasillos; un noble dueño y señor; una dama a la que hay que rescatar…
    Hoy queremos dedicar unas imágenes y unas breves líneas al castillo de Santa Olalla del Cala, un precioso municipio de la sierra onubense. Santa Olalla del Cala constituye el extremo nororiental de la provincia de Huelva, situada en la Sierra de Aracena, en las estribaciones de Sierra Morena, haciendo frontera con las provincias de Badajoz y Sevilla. Atravesada por la Vía de la Plata (histórica ruta de comunicación norte-sur y de trasiego de minerales, mercancías y ganados), el sitio de Santa Olalla ha representado un hito milenario de asentamiento, de dominio y defensa del territorio.
    La leyenda impregna la historia de los pueblos con ese colorido que falta a los fríos hechos históricos. Así, según cuenta la leyenda popular, el nombre actual de la antigua Ponciana romana viene de la transcripción gallega del nombre de la patrona del pueblo, Santa Eulalia (Santa Olalla en gallego), en honor de Santa Eulalia de Mérida, de la cual dice la leyenda popular que nació en esta villa y desde ésta partió a su martirio en Mérida, donde fue quemada viva en el siglo III de nuestra era. Posteriormente pasó a llamarse Santa Olalla de la Sierra, y Santa Olalla del Carril, hasta llegar al topónimo actual de Santa Olalla del Cala, en 1920, en honor al río Cala, que baña sus tierras.
    Y en la vertiente oeste del núcleo urbano, sobre el “Cerro del Castillo”, se asienta el castillo de Santa Olalla del Cala, fortificación roquera adaptada a la orografía del lugar.
    La historia de Santa Olalla comienza en el siglo XIII con la Reconquista. Sancho IV el Bravo, a petición de las autoridades hispalenses, concede el privilegio a varios pueblos de la sierra para la construcción de fortalezas, que resguardaron y frenaron los continuos ataques portugueses.
    Se duda de que la construcción del castillo haya sido de nueva planta a partir de 1293. Podría existir desde el siglo XII, en el periodo musulmán. En la arquitectura mudéjar del castillo están presentes rasgos característicos de una raigambre anterior almohade. También aparecen algunos elementos encuadrados en el periodo gótico u ojival.
    La fortaleza es de planta alargada e irregular orientada en sentido norte-sur y una superficie total amurallada de 4.610 m2. Consta de 10 lienzos, con almenas encapuchadas, y 10 torres, cuatro semicirculares y seis rectangulares. Fue construido a base de un conglomerado de piedras y argamasa. La puerta secundaria, construida en sillería granítica, está situada en el costado de poniente, en una zona abrupta y de difícil acceso.
    Junto al castillo se sitúa la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción (nombre con resonancias fernandinas. Conocido es el amor entrañable del Santo Rey Fernando III por la Virgen María, especialmente en la advocación de la Asunción de la Virgen). Fue construida en el siglo XIV con añadidos del siglo XVIII sobre una sinagoga del siglo IX o X. En ella se conjugan los estilos gótico, mudéjar y barroco. Cuenta con dos hermosas puertas (Epístola y Perdón).
    Desde el castillo se divisa una espléndida panorámica del pueblo, con sus casas encaladas y rojos tejados, típicos de la Sierra de Huelva, que en los últimos siglos se fue extendiendo hacia levante, ladera abajo del castillo y la iglesia parroquial.
    Existen tres elevaciones que han funcionado como barreras o límites al crecimiento del casco antiguo, situadas al norte, oeste y sur del mismo. Ello ha condicionado la morfología urbana, que se ha extendido por el valle que conforman esas elevaciones. El crecimiento más reciente se ha articulado de forma longitudinal a lo largo de la carretera N-630, convertida en el actual eje vertebrador del núcleo.
    El entorno del castillo está compuesto por olivos, siendo éstos uno de los principales motores económicos de la localidad, además de la explotación de la dehesa para la cría de ganado porcino, y la industria del corcho.
    Como dato anecdótico, el primer rey Borbón, Felipe V y su esposa, Isabel de Farnesio, durmieron en esta localidad la noche del 1 al 2 de febrero (martes-miércoles) de 1729. La familia real se había trasladado a Extremadura para el casamiento del heredero Fernando con doña Bárbara de Braganza, hija de Juan V de Portugal (20 de enero de 1729 en Badajoz). Posteriormente se desplazaron a Sevilla.

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