ÉL ROMPIÓ CON SU AMOR. 20 AÑOS DESPUÉS, LA VIO EN EL AEROPUERTO CON UN JOVEN IGUAL A ÉL...

ÉL ROMPIÓ CON SU AMOR. 20 AÑOS DESPUÉS, LA VIO EN EL AEROPUERTO CON UN JOVEN IGUAL A ÉL...
Alejandro Morales estaba en un aeropuerto concurrido de Nueva York, esperando impacientemente el vuelo que lo llevaría de regreso a México. No le gustaban los aeropuertos; eran un recordatorio constante de su vida en tránsito, marcada por reuniones de negocios y negociaciones interminables. A pesar del éxito que había alcanzado, Alejandro no podía escapar de la sensación de vacío que lo perseguía como una sombra. Era como si cada logro fuera solo una fachada, ocultando lo que realmente faltaba en su vida. Mientras se perdía en sus pensamientos, algo llamó su atención. A unos metros de distancia, entre la multitud que se movía apresuradamente, vio una figura familiar. Al principio, pensó que su mente le estaba jugando una mala pasada, pero a medida que se acercaba, su corazón comenzó a latir más rápido. Era ella. Camila. La mujer que había dejado atrás dos décadas antes, la mujer que nunca pudo olvidar. Camila estaba parada al lado de un joven que parecía tener unos 20 años. El chico hablaba con ella de manera relajada, pero algo en él llamó aún más la atención de Alejandro. Había algo increíblemente familiar en su rostro, algo que hacía que Alejandro sintiera como si estuviera mirando una versión más joven de sí mismo.
Aturdido, Alejandro dudó por un momento, pero el impulso de acercarse fue más fuerte. Comenzó a caminar hacia Camila, sintiendo una mezcla de emociones que no experimentaba desde hacía años. Cuando finalmente llegó lo suficientemente cerca para que ella lo notara, se detuvo. Camila levantó la mirada y el reconocimiento fue instantáneo. Sin embargo, a diferencia de lo que Alejandro esperaba, ella no sonrió ni mostró sorpresa. En cambio, su expresión se endureció, como si estuviera viendo un fantasma no deseado. "¿Alejandro?" Su voz era fría, distante. Alejandro sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar su nombre salir de los labios de ella después de tanto tiempo. "Camila... ¿eres tú?" La voz de Alejandro falló un poco, traicionando el nerviosismo que intentaba ocultar. Camila dio un paso atrás, creando una distancia segura entre ellos. "¿Qué estás haciendo aquí?" Su pregunta fue directa, sin rodeos. "Yo... estoy aquí por un viaje de negocios." Alejandro se sintió inmediatamente tonto. Era obvio que no estaba allí por elección propia, sino por el capricho del destino. "Negocios, claro." La voz de ella estaba cargada de una ironía amarga. "Parece que eso es lo que siempre te ha importado." Antes de que Alejandro pudiera responder, el joven que estaba a su lado se volvió para mirar al extraño que parecía perturbar a su madre.