Me parece que falta, en la interpretación de la Parábola de los viñadores, la dimensión personal del trabajo, que se sustrae a la mecánica del mercado. El dueño de la viña termina su intervención diciendo "¿Porqué tomas a mal que yo sea bueno?". Es decir, que hay una necesidad del viñador de la última hora que es la misma que los de la primera hora, y el dueño de la viña, en su bondad, resuelve esa necesidad. Juan Pablo II, en Laborens Exercens, da esta pauta del salario, que no es fijado por el valor de lo que produce, sino por la necesidad del que trabaja. La dignidad del trabajo está subordinada a la dignidad de la persona e íntimamente unida.
Así también los habitantes de Éfeso querían matar al apostol Pablo al ver que su negocio de fabricar ídolos se iba a desvanecer al predicar en contra de la adoración a los idolos.
¡Muchísimas gracias!
¡Excelente!
Me parece que falta, en la interpretación de la Parábola de los viñadores, la dimensión personal del trabajo, que se sustrae a la mecánica del mercado. El dueño de la viña termina su intervención diciendo "¿Porqué tomas a mal que yo sea bueno?". Es decir, que hay una necesidad del viñador de la última hora que es la misma que los de la primera hora, y el dueño de la viña, en su bondad, resuelve esa necesidad. Juan Pablo II, en Laborens Exercens, da esta pauta del salario, que no es fijado por el valor de lo que produce, sino por la necesidad del que trabaja. La dignidad del trabajo está subordinada a la dignidad de la persona e íntimamente unida.
Así también los habitantes de Éfeso querían matar al apostol Pablo al ver que su negocio de fabricar ídolos se iba a desvanecer al predicar en contra de la adoración a los idolos.