Misa de Privilegio -Sabado Santo Malaga-

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  • Опубликовано: 14 окт 2024
  • Ocurrió en marzo de 1756 en la bahía malagueña, frente a la desembocadura del río Guadalmedina. Se desató «una horrorosa tormenta» que sorprendió a una fragata de la Armada española, (Juno) La embarcación zozobró por el fuerte temporal y estuvo a punto de producirse el naufragio. Los marineros estaban angustiados por la situación. Había una visibilidad casi nula y temían el más que probable encallamiento y choque contra las rocas próximas a la playa. Cuando parecía todo perdido avistaron entre la bruma la torre de una iglesia y una espadaña -eran las del convento de Santo Domingo-. Creyeron que allí habría una Virgen y se encomendaron a ella sin haberla visto nunca. El temporal amainó y la fragata pudo entrar felizmente en el puerto de Málaga. Los marineros atribuyeron su salvación a la milagrosa intercesión de aquella misteriosa Virgen que no conocían. Con sus mandos decidieron acudir a aquella iglesia para agradecérselo personalmente y así llegaron a Santo Domingo. Allí, en la capilla de aquella torre, encontraron a esa Virgen, que no era otra que la Soledad, cuya cofradía era una de las más antiguas de la ciudad. Los marineros, agradecidos por la protección de esa imagen, pidieron al párroco celebrar una misa de acción de gracias, pero no fue posible porque era Sábado Santo y estaba prohibido por la Iglesia. No quisieron que aquello quedara en agua de borrajas y se movilizaron ante las altas instancias de la Armada. Así se solicitó al Vaticano por parte de la institución marinera y del entonces obispo de Málaga, José Franquis Lasso de Castilla, la misa de acción de gracias. Pasado un tiempo, el Papa Benedicto XIV concedió a la cofradía el título de 'Pontificia' y una bula por la cual, al mediodía del Sábado Santo de cada año, podía celebrarse una solemne misa de acción de gracias. Desde entonces la Armada española quedó para siempre vinculada a la Virgen de la Soledad, a la que nunca le falta marineros que le acompañen en su desfile. Y la Congregación de Mena sigue celebrando este acto taumatúrgico cada Sábado Santo con los marineros que participan en la procesión del Jueves Santo.

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