Devocion Matutina para Adultos 20 de Enero 2025

Поделиться
HTML-код
  • Опубликовано: 7 фев 2025
  • Devoción Matutina para Adultos, veinte de Enero del dos mil veinticinco
    EL título es: VOLVER A SER COMO NIÑOS
    El versículo para memorizar dice: De cierto os digo que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos» (Mateo diez y ocho, tres).
    Las características más indiscutibles de la infancia son el crecimiento y el aprendizaje. Por lo general, el niño desea crecer y su curiosidad siempre está abierta a aprender algo nuevo.
    Preciosa etapa, cuando el simple gesto de poder quitar las ruedas pequeñas de apoyo a la bicicleta significa un paso importante en el desarrollo de nuestra frágil autoestima y de nuestra autonomía. Pero esos no son los únicos valores de la infancia.
    Recuerdo con nostalgia aquel tiempo en que podíamos rectificar el pasado cuando se nos complicaban las cosas y, tras cualquier altercado en los juegos, volvíamos a empezar como si nada. Las polémicas se arreglaban simplemente diciendo: Esa jugada no vale. Vamos a empezar de nuevo.
    Me emociona pensar que podíamos reconciliarnos unos con otros y que éramos capaces de perdonar y de aceptar el perdón con facilidad. Me agrada recordar aquellos juegos en los que nos sentíamos plenamente unidos por un mismo proyecto.
    Hacer una cabaña en las ramas de un árbol, o construir una casa con tablas y cartones, podía tenernos ocupados en nuestras horas libres días y días. Hacer un castillo de arena, con sus torres, túneles y vías de agua, podía mantenernos trabajando en equipo y felizmente entretenidos durante horas. y cuando se nos rompía, pues nos reíamos y pasábamos a otra cosa.
    Dichosa infancia, cuando los juegos más simples nos hacían felices y solidarios. Cuando nuestra creatividad se ejercitaba no consumiendo tecnología cara, sino que bastaba encontrar un pedazo de escayola en un descampado para ponernos a dibujar sin tregua en el suelo.
    No necesitábamos nada más que un balón para jugar juntos o una cuerda para saltar a la comba el resto de la tarde. Aunque no fuésemos conscientes de ello, nuestra felicidad estaba en compartir tiempo y actividades con otros.
    Tiempo feliz cuando pequeños sucesos producían grandes satisfacciones. Todavía tengo presente la alegría con que fui capaz de deshacerme de veinte cartas repetidas para conseguir la que hacía tanto tiempo que buscaba, la única que me faltaba para completar la colección.
    Si recuerdas con una sonrisa alguna de estas cosas es que aún te queda algo del niño que fuiste no hace tanto.
    Señor, ayúdame a recuperar todo lo bueno que temo haber perdido por el camino. Deseo, como un niño, reunirme contigo en tu reino.
    Recuerda: de cierto os digo que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos, (Mateo diez y ocho, tres).
    Tomado de: “CON JESÚS HOY”por Roberto Badenas

Комментарии •