ENSÉÑAME, OH SEÑOR, TU CAMINO; ANDARÉ EN TU VERDAD; UNIFICA MI CORAZÓN PARA QUE TEMA TU NOMBRE. TE DARÉ GRACIAS, SEÑOR MI DIOS, CON TODO MI CORAZÓN, Y GLORIFICARÉ TU NOMBRE PARA SIEMPRE. PORQUE GRANDE ES TU MISERICORDIA PARA CONMIGO, Y HAS LIBRADO MI ALMA DE LAS PROFUNDIDADES DEL SEOL. SALMO 86:11-13. Enséñame y encaminame Esta es una oración que David hizo muchas veces, como lo muestra el Salmo 25:4-5: “Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame; porque tú eres el Dios de mi salud: en ti he esperado todo el día”. En este pasaje del Salmo 25:4-5 observamos tres peticiones que muestran la actitud de sujeción de David hacia Dios: Muéstrame (señálame, hazme conocer) tus caminos; enséñame (instrúyeme, entréname) tus sendas; encamíname (guíame, dirígeme) en tu verdad Necesitamos que Dios nos enseñe sus caminos y su verdad, para andar en rectitud, justicia y verdad; para experimentar su bendición; para no caer en los caminos del mal. Y eso quiere decir que nosotros debemos caminar en la luz y el conocimiento que la palabra de Dios - la guía infalible e inerrable - nos proporciona, tal como lo expresa el Salmo 118:105: “Lámpara es tu palabra para mis pasos (caminos), luz en mi sendero”. Vivamos, pues, vidas en conformidad con las Escrituras. Y también necesitamos tener corazones íntegros para temer su nombre: afirma mi corazón para que tema tu nombre. Esta oración es expresión del deseo del salmista de hacer la voluntad de Dios. La voluntad de Dios es “buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2). Es lo mejor que nos puede ocurrir. ¿Por qué es tan necesaria esta actitud y oración de pedir ser guiado enseñado por Dios? Porque solamente los caminos de Dios son perfectos, justos y rectos. Entre los caminos de Dios y los caminos del hombre existe un profundo abismo. La Biblia deja bien claro el peligro de excluir a Dios en nuestro caminar: “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12) "Enséñame, oh Señor, tu camino", debería ser una oración permanente en nuestras vidas. Esa es la solución para un corazón errante, dividido, fluctuante. Y el Señor ha prometido instruir a sus hijos. Dice el Salmo 32:8: "…te enseñaré el camino en que debes andar". Y nuestra respuesta debería ser: "caminaré yo en tu verdad". David tenía una gran necesidad de ser enseñado. Esto le llevó a decir: “no me des mi camino, Jehová; enséñame tu camino”… muéstrame tus sendas. Como creyentes necesitamos imitar esa actitud del corazón de David. Pero “la mayoría de nosotros, cuando oramos, estamos preocupados por la liberación y ayuda y dirección y tales cosas. Pero no estamos ni siquiera tan preocupados para servirle y ser enseñado en el camino de Dios y en ser ayudado para servirle con un corazón no dividido” (Boice). La respuesta del creyente a la propuesta de Dios en el Salmo 32:8: "…te enseñaré el camino en que debes andar", es caminaré yo en tu verdad, tal como David. Esta determinación le dio integridad y convicción a la petición de David. Él quería ser enseñado así para que él pudiera vivir conforme a la voluntad de Dios; para que él pudiera caminar en la verdad de Dios. Esto no era meramente para satisfacer una curiosidad intelectual, o a linearse a un fundamento religioso, o para ganar argumentos; era para poder vivir conforme a los propósitos de DIOS YHWH. Afírmame La otra gran declaración de David en este salmo es: afirma mi corazón para que no flaquee, o se distraiga, o se desenfoque. Por el contrario, para que se afiance en mí el temor de DIOS. David sabía que él únicamente podría caminar en la verdad de Dios con un corazón afirmado. Un corazón dividido - dividido entre diferentes lealtades y diferentes deidades - jamás podrá caminar en la verdad de DIOS. “Nuestras mentes son aptas en estar divididas en una variedad de objetos, como corrientes de agua las cuales se desperdicia su fuerza en cientos de arroyos; nuestro gran deseo debiera de ser el tener todos nuestros ríos de vida derramados en un solo canal y tener dicho canal dirigido únicamente hacia el Señor” (Spurgeon). Afirma mi corazón. “Afirma todos los propósitos, resoluciones, y afectos de mi corazón en unidad, para temer y glorificar tu nombre. Esta es la oración más importante. Un corazón dividido es una gran maldición; afecto disperso es una plaga miserable. Cuando el corazón no está afirmado consigo mismo, la obra de la religión no puede continuar. La falta de decisión en la mente y la división de los afectos echan a perder cualquier obra. El corazón debe ser uno. Si esto es lo que está faltante, todo está mal. Esta es una oración la cual se convierte en la boca de todo cristiano” (Clarke). La verdadera integridad viene de afirmar el corazón en Dios, para hacerlo uno - unificado e integrado, no dividido. La mejor acepción de la palabra integridad es ser una totalidad integrada, ser completo - no dividido. Una persona que camina en integridad tiene la capacidad de vivir enfocado (no disperso), con el esfuerzo concentrado, con un sistema de prioridades claramente jerarquizadas en importancia. Eso evita la doblez de corazón, y la falta de consistencia y congruencia personal. Lo contrario, es el hombre de doble ánimo que es inconstante en todos sus caminos (Santiago 1:8). Una persona que no logra andar en integridad termina por ser una persona disfuncional: dividida, no completa, ni plena; que no logra que todo lo que es, ande en forma armónica y equilibrada, vale decir, que los que es (cuerpo, alma y espíritu - pensamiento, emoción y voluntad) y lo que hace - roles (padre, hijo, trabajador, miembro de una comunidad, cónyuge, etc.) funcionen en armonía, como una totalidad en balance. Esta intención de caminar en integridad requiere, por un lado, asistencia divina: que DIOS afirme nuestro corazón en integridad; pero, por el otro lado, requiere disposición para andar en integridad, tal como David: "Entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa" (Salmo 101:2). DIOS YHWH los bendiga grandemente en Cristo Jesús Amén
Excelente amén Amén Dios les bendiga grandemente
Amen gloria a Dios ❤
Dios te bendiga mil gracias 🙏 🙏 🙏 🙏
🙏🏽Gracias por la enseñanza 🙏🏽
hermosa explicación la gloria es para Cristo,justo estaba en este versículo haciendo mi devocional el día d hoy 31julio 23 Dios le bendiga hna😊
Amén muchas gracias hermana nina me fue de gran ayuda su reflexión la tomaré muy en cuenta en mi tiempo devocional
ENSÉÑAME, OH SEÑOR, TU CAMINO; ANDARÉ EN TU VERDAD; UNIFICA MI CORAZÓN PARA QUE TEMA TU NOMBRE. TE DARÉ GRACIAS, SEÑOR MI DIOS, CON TODO MI CORAZÓN, Y GLORIFICARÉ TU NOMBRE PARA SIEMPRE. PORQUE GRANDE ES TU MISERICORDIA PARA CONMIGO, Y HAS LIBRADO MI ALMA DE LAS PROFUNDIDADES DEL SEOL. SALMO 86:11-13.
Enséñame y encaminame
Esta es una oración que David hizo muchas veces, como lo muestra el Salmo 25:4-5: “Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame; porque tú eres el Dios de mi salud: en ti he esperado todo el día”.
En este pasaje del Salmo 25:4-5 observamos tres peticiones que muestran la actitud de sujeción de David hacia Dios: Muéstrame (señálame, hazme conocer) tus caminos; enséñame (instrúyeme, entréname) tus sendas; encamíname (guíame, dirígeme) en tu verdad
Necesitamos que Dios nos enseñe sus caminos y su verdad, para andar en rectitud, justicia y verdad; para experimentar su bendición; para no caer en los caminos del mal. Y eso quiere decir que nosotros debemos caminar en la luz y el conocimiento que la palabra de Dios - la guía infalible e inerrable - nos proporciona, tal como lo expresa el Salmo 118:105: “Lámpara es tu palabra para mis pasos (caminos), luz en mi sendero”. Vivamos, pues, vidas en conformidad con las Escrituras. Y también necesitamos tener corazones íntegros para temer su nombre: afirma mi corazón para que tema tu nombre.
Esta oración es expresión del deseo del salmista de hacer la voluntad de Dios. La voluntad de Dios es “buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2). Es lo mejor que nos puede ocurrir.
¿Por qué es tan necesaria esta actitud y oración de pedir ser guiado enseñado por Dios? Porque solamente los caminos de Dios son perfectos, justos y rectos. Entre los caminos de Dios y los caminos del hombre existe un profundo abismo. La Biblia deja bien claro el peligro de excluir a Dios en nuestro caminar: “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12)
"Enséñame, oh Señor, tu camino", debería ser una oración permanente en nuestras vidas. Esa es la solución para un corazón errante, dividido, fluctuante. Y el Señor ha prometido instruir a sus hijos. Dice el Salmo 32:8: "…te enseñaré el camino en que debes andar". Y nuestra respuesta debería ser: "caminaré yo en tu verdad".
David tenía una gran necesidad de ser enseñado. Esto le llevó a decir: “no me des mi camino, Jehová; enséñame tu camino”… muéstrame tus sendas. Como creyentes necesitamos imitar esa actitud del corazón de David. Pero “la mayoría de nosotros, cuando oramos, estamos preocupados por la liberación y ayuda y dirección y tales cosas. Pero no estamos ni siquiera tan preocupados para servirle y ser enseñado en el camino de Dios y en ser ayudado para servirle con un corazón no dividido” (Boice).
La respuesta del creyente a la propuesta de Dios en el Salmo 32:8: "…te enseñaré el camino en que debes andar", es caminaré yo en tu verdad, tal como David. Esta determinación le dio integridad y convicción a la petición de David. Él quería ser enseñado así para que él pudiera vivir conforme a la voluntad de Dios; para que él pudiera caminar en la verdad de Dios. Esto no era meramente para satisfacer una curiosidad intelectual, o a linearse a un fundamento religioso, o para ganar argumentos; era para poder vivir conforme a los propósitos de DIOS YHWH.
Afírmame
La otra gran declaración de David en este salmo es: afirma mi corazón para que no flaquee, o se distraiga, o se desenfoque. Por el contrario, para que se afiance en mí el temor de DIOS. David sabía que él únicamente podría caminar en la verdad de Dios con un corazón afirmado. Un corazón dividido - dividido entre diferentes lealtades y diferentes deidades - jamás podrá caminar en la verdad de DIOS.
“Nuestras mentes son aptas en estar divididas en una variedad de objetos, como corrientes de agua las cuales se desperdicia su fuerza en cientos de arroyos; nuestro gran deseo debiera de ser el tener todos nuestros ríos de vida derramados en un solo canal y tener dicho canal dirigido únicamente hacia el Señor” (Spurgeon).
Afirma mi corazón. “Afirma todos los propósitos, resoluciones, y afectos de mi corazón en unidad, para temer y glorificar tu nombre. Esta es la oración más importante. Un corazón dividido es una gran maldición; afecto disperso es una plaga miserable. Cuando el corazón no está afirmado consigo mismo, la obra de la religión no puede continuar. La falta de decisión en la mente y la división de los afectos echan a perder cualquier obra. El corazón debe ser uno. Si esto es lo que está faltante, todo está mal. Esta es una oración la cual se convierte en la boca de todo cristiano” (Clarke).
La verdadera integridad viene de afirmar el corazón en Dios, para hacerlo uno - unificado e integrado, no dividido. La mejor acepción de la palabra integridad es ser una totalidad integrada, ser completo - no dividido. Una persona que camina en integridad tiene la capacidad de vivir enfocado (no disperso), con el esfuerzo concentrado, con un sistema de prioridades claramente jerarquizadas en importancia. Eso evita la doblez de corazón, y la falta de consistencia y congruencia personal. Lo contrario, es el hombre de doble ánimo que es inconstante en todos sus caminos (Santiago 1:8). Una persona que no logra andar en integridad termina por ser una persona disfuncional: dividida, no completa, ni plena; que no logra que todo lo que es, ande en forma armónica y equilibrada, vale decir, que los que es (cuerpo, alma y espíritu - pensamiento, emoción y voluntad) y lo que hace - roles (padre, hijo, trabajador, miembro de una comunidad, cónyuge, etc.) funcionen en armonía, como una totalidad en balance.
Esta intención de caminar en integridad requiere, por un lado, asistencia divina: que DIOS afirme nuestro corazón en integridad; pero, por el otro lado, requiere disposición para andar en integridad, tal como David: "Entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa" (Salmo 101:2). DIOS YHWH los bendiga grandemente en Cristo Jesús Amén