18 Junio 2024-Martes 11º Ordinario-Ciclo B-Mt 5, 43-48-Debemos tener el aire de familia.

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  • Опубликовано: 16 июн 2024
  • EVANGELIO DEL MARTES UNDÉCIMO DEL TIEMPO ORDINARIO, 18 DE JUNIO 2024-CICLO B: Mt 5, 43-48: «DEBEMOS TENER EL AIRE DE FAMILIA». Todos ustedes han visto nacer un niño y toda la fiesta que se arma cuando un niño nace. Ya desde el primer momento del nacimiento, todos se reúnen en torno a la casa, para ver al niño... Y todos empiezan a hacer sus comentarios: "Mira, mira, mira las orejas igual que la mamá... Mira los ojos, igual que el abuelo, etcétera". Al final, andando el tiempo, se termina diciendo: "Tiene el aire de la familia, es y se comporta como la familia tal"... Y todo eso es verdad, porque es normal que nos parezcamos de alguna manera a los papás, a los hermanos... Jesús nos viene a decir lo mismo, puesto que le gustaría que nosotros nos parezcamos a su Padre celestial, que hace salir el sol sobre buenos y malos.
    AMAR A LOS ENEMIGOS. Jesús nos dice que su Padre hace salir el sol sobre buenos y malos. Para Él todos somos sus hijos. Por eso igualmente nos invita a amar a todos, y en especial a los enemigos. ¡Qué difícil es amar a los enemigos, a los que hablan mal de nosotros! Jesús, pues, no sólo nos dice que debemos amar, sino, para ser más concreto, debemos amar a los enemigos, rezar por los que nos persiguen ¿Quiénes rezamos por los que nos persiguen? A lo mejor sí rezamos, y si no lo hacemos, pues es el momento de empezar. Rezar por los enemigos, para que Dios les ayude a cambiar. Y rezar, porque nosotros no podemos cambiarlos, pero al rezar podemos cambiarnos y cambiar nuestro corazón, que muchas veces estamos dañando. Por eso, es importante ser dueños de nuestra alma, de nuestro corazón para tenerlo, como nuestro Padre celestial quiere que lo tengamos.
    DIOS NO SE PREOCUPA DE ANDAR PENSANDO QUIÉN ES MALO. Y el Evangelio nos dice que Dios es bueno y ni siquiera se preocupa de hacer distinciones entre buenos y malos. Todos somos sus hijos. Si Dios fuera de esos que hace distinciones, ya no sería Dios. Yo no sé qué sería, pero no sería Dios. Y es que en el lenguaje del amor no hay distinción de buenos y malos. Dios es como una mamá. Para una mamá ningún hijo es malo. Ella quiere a sus hijos sean como sean. Así también "todos somos iguales a los ojos de Dios", como dice una canción.
    AL CIELO VAN TODOS LOS QUE AMAN A LOS ENEMIGOS. Al cielo vamos a ir todos los que amamos a los enemigos. Es el boleto de entrada: Porque amar a los amigos es algo normal. Pero, amar a los enemigos no sale del alma espontáneamente. Por eso, es importante que todos vayamos aprendiendo a amar, ya desde ahora, porque lo normal es que al enemigo le hagamos la cara, le demos la espalda. Por eso algún predicador por ahí dijo que la educación es el arte de olvidarnos del egoísmo y aprender a pensar más en los demás. Bueno, pues aprendamos a dejar el propio egoísmo, a pensar más en los demás, que es el boleto para entrar en el cielo. Aprendamos que los demás son más importantes que nosotros, que no debe haber enemigos si queremos tener el aire de familia, porque Papá Dios hace llover sobre buenos y malos, y nosotros tenemos que amar a los buenos y a los que decimos que son malos. Eso es el amor verdadero, el que nos hace ser como Papá Dios. Yo pediré por esa intención y para todos. ¡Bendiciones mías y de Papá Dios! P. Salvador Gómez, L.C.

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