Me hiciste reflexionar acerca de que mi trabajo de sombra se divide en tres partes. Quizá sea un mecanismo que otros noten en sí mismos y bueno, puede que les ayude a comprenderlo: 1) SOLEDAD, 2) COMPLEJO DE SALVADOR y 3) CONFLICTOS Y CRISIS DERIVADAS DEL COMPLEJO DE SALVADOR. En mi caso, me lo habían dicho alguna vez (Mónica, jefa de un trabajo que tuve) y no escuché: no sabía estar solo, conmigo mismo. Entonces, buscaba vínculos y parejas para aplacar no únicamente mi soledad, sino también lo que fui construyendo a lo largo de los años como sentido o misión de vida, orientado hacia lo creativo, la filosofía, el arte y la comunicación. No saber estar conmigo, y la sumatoria de que mis objetivos no eran tan sencillos de poner en marcha, que ameritaban demasiado trabajo, VOLUNTAD y CONSTANCIA (dos palabras que considero claves para el cumplimiento de los propósitos de cualquier ser humano), hacía que prefiriera buscar compañías y ponerme a su servicio prácticamente en tiempo completo. Si bien parece un comportamiento desinteresado, generoso y altruista, es en realidad una forma de egoísmo: ayudar a otros por no ayudarse uno mismo. Es un claro escape de las propias responsabilidades; en verdad se ingresa en procesos reiterativos de energía sin intención, sin dirección, estática. Se me acercaban personas con problemáticas extremadamente complejas que, con el tiempo terminaban superándome, porque eran personas que además, como yo, tampoco querían ayudarse a sí mismas, posicionándose siempre en el rol de víctima. En fin, lo entendí y decidí tomar distancia, de una manera poco ortodoxa, y a partir de un hecho -de un sentimiento- que no elegí, de una situación con la que no estuve para nada cómodo, que me arrastró a noches interminables de desvelo, lágrimas y hasta ganas de querer morirme. No podía solo con eso que me ocurría, empecé a abrirme primero con algunas amistades y luego con mis padres, atenuando considerablemente toda esa angustia. Me sentí comprendido, acepté mi sombra, y rompí con el vínculo que más la alimentaba, porque todo era demasiado difícil de llevar y literalmente estaba volviéndome loco, loco, loco... completamente. Hoy por hoy, tengo DIÁLOGO y control de mi sombra. Considero que la clave es ACEPTARLA, entender sus TIEMPOS, dónde o en qué cosas pudo haber tenido ORIGEN, de qué elementos del entorno se nutre, qué la activa, y en caso de ser necesario soltar y tomar distancia. Pero eso que dices: PERDONAR a otros o PERDONARSE uno mismo también es muy importante, como abrirse con quienes uno tenga confianza, para distender el dolor y descubrir que no somos los únicos que experimentan ciertas tormentas internas que a veces parecen nunca terminar.
Si Arwi, el lema favorito mío es háganse ver!!! vayan a terapia, que lindo de lo que hablas ❤
Muchísimas gracias 🥹💜
Me hiciste reflexionar acerca de que mi trabajo de sombra se divide en tres partes. Quizá sea un mecanismo que otros noten en sí mismos y bueno, puede que les ayude a comprenderlo: 1) SOLEDAD, 2) COMPLEJO DE SALVADOR y 3) CONFLICTOS Y CRISIS DERIVADAS DEL COMPLEJO DE SALVADOR. En mi caso, me lo habían dicho alguna vez (Mónica, jefa de un trabajo que tuve) y no escuché: no sabía estar solo, conmigo mismo. Entonces, buscaba vínculos y parejas para aplacar no únicamente mi soledad, sino también lo que fui construyendo a lo largo de los años como sentido o misión de vida, orientado hacia lo creativo, la filosofía, el arte y la comunicación. No saber estar conmigo, y la sumatoria de que mis objetivos no eran tan sencillos de poner en marcha, que ameritaban demasiado trabajo, VOLUNTAD y CONSTANCIA (dos palabras que considero claves para el cumplimiento de los propósitos de cualquier ser humano), hacía que prefiriera buscar compañías y ponerme a su servicio prácticamente en tiempo completo. Si bien parece un comportamiento desinteresado, generoso y altruista, es en realidad una forma de egoísmo: ayudar a otros por no ayudarse uno mismo. Es un claro escape de las propias responsabilidades; en verdad se ingresa en procesos reiterativos de energía sin intención, sin dirección, estática. Se me acercaban personas con problemáticas extremadamente complejas que, con el tiempo terminaban superándome, porque eran personas que además, como yo, tampoco querían ayudarse a sí mismas, posicionándose siempre en el rol de víctima. En fin, lo entendí y decidí tomar distancia, de una manera poco ortodoxa, y a partir de un hecho -de un sentimiento- que no elegí, de una situación con la que no estuve para nada cómodo, que me arrastró a noches interminables de desvelo, lágrimas y hasta ganas de querer morirme. No podía solo con eso que me ocurría, empecé a abrirme primero con algunas amistades y luego con mis padres, atenuando considerablemente toda esa angustia. Me sentí comprendido, acepté mi sombra, y rompí con el vínculo que más la alimentaba, porque todo era demasiado difícil de llevar y literalmente estaba volviéndome loco, loco, loco... completamente. Hoy por hoy, tengo DIÁLOGO y control de mi sombra. Considero que la clave es ACEPTARLA, entender sus TIEMPOS, dónde o en qué cosas pudo haber tenido ORIGEN, de qué elementos del entorno se nutre, qué la activa, y en caso de ser necesario soltar y tomar distancia. Pero eso que dices: PERDONAR a otros o PERDONARSE uno mismo también es muy importante, como abrirse con quienes uno tenga confianza, para distender el dolor y descubrir que no somos los únicos que experimentan ciertas tormentas internas que a veces parecen nunca terminar.
Te quedó muy hermoso ❤
♥️🍀genia
👏👏
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❤❤