La. Vida del Rey David Rabino Ezra Cattan

1Los Pelishtím reunieron sus ejércitos para la guerra, y se concentraron en Sojo, que pertenece a Yehudá; y acamparon entre Sojo y Azeca, en Efes Damim.
2Y Shaul y los hombres de Israel se reunieron y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla frente los Pelishtím.
3Los Pelishtím estaban a un lado del monte, e Israel estaba al otro lado del monte, y entre ellos, el valle.
4Y salió un hombre fuerte de los ejércitos de los Pelishtím llamado Goliat, de Gat, cuya altura era de seis codos y un palmo.
5Tenía un casco de bronce sobre la cabeza y llevaba una armadura escamada, y el peso de la armadura era de cinco mil siclos de bronce.
6Tenía también protectores de bronce en las piernas y una jabalina de bronce colgada entre los hombros.
7El asta de su lanza era como el entrelazado de un telar y la punta de su lanza pesaba seiscientos siclos de hierro; y su escudero iba delante de él.
8Y se paró y gritó a las filas de Israel, diciéndoles: ¿Para qué habéis salido a librar batalla? ¿Acaso no soy yo el Pelishtí y vosotros siervos de Shaul? Escogeos un hombre y que venga contra mí.
9Si es capaz de pelear conmigo y matarme, entonces seremos vuestros siervos; pero si yo lo venzo y lo mato, entonces seréis nuestros siervos y nos serviréis.
10Y dijo el Pelishtí: Yo he agraviado el día de hoy a las filas de Israel; dadme un hombre para que luchemos mano a mano.
12Y David, hijo de aquel efratí de Beth Lejem de Yehudá, llamado Ishai, y éste tenía ocho hijos. Y el hombre en los días de Shaul era ya anciano, entre la
26Y habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué le harán al hombre que mate a este Pelishtí y quite el oprobio de sobre Israel? Pues, ¿quién es este Pelishtí incircunciso para desafiar a los escuadrones del Dios viviente?
32Y dijo David a Shaul: No se desaliente el corazón de hombre alguno a causa de él; tu siervo irá y peleará con ese Pelishtí.
33Entonces Shaul dijo a David: No podrás ir contra este Pelishtí a pelear contra él, porque tú eres un muchacho y él es guerrero desde su juventud.
34Y dijo David a Shaul: Tu siervo apacentaba las ovejas de su padre, y cuando un león o un oso venía y se llevaba un cordero del rebaño,
35yo salía tras él, lo atacaba, y lo rescataba de su boca; y cuando se levantaba contra mí, lo tomaba por la quijada, lo hería y lo mataba.
36tanto al león como al oso ha matado tu siervo; y este Pelishtí incircunciso será como uno de ellos, porque ha blasfemado a los escuadrones del Dios viviente.
37Y dijo David: El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, Él me librará de la mano de este Pelishtí. Y Shaul dijo a David: Ve, y que el Señor esté contigo.
38Shaul vistió a David con su ropa de guerra, le puso un casco de bronce en la cabeza y lo cubrió con una armadura.
39David se ciñó la espada sobre sus ropas militares y trató de caminar, pues no estaba familiarizado con ello. Entonces David dijo a Shaul: No puedo caminar con esto, pues no tengo experiencia con ellas. Y se las quitó David de encima suyo.
40y tomando su cayado en la mano, escogió del arroyo cinco piedras lisas y las puso con los utensilios de pastor que traía en su bolsa, y con la honda en la mano se acercó al Pelishtí.
41Caminaba el Pelishtí, iba y se acercaba a David, con su escudero delante de él.
42Y el Pelishtí miró y vio a David, lo menospreció, porque era un muchacho, pelirrojo y bien parecido.
43Y el Pelishtí dijo a David: ¿Acaso soy un perro, que vienes contra mí con palos? Y el Pelishtí maldijo a David por su Dios.
44Y dijo el Pelishtí a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y al ganado del campo.
45Y dijo David al Pelishtí: Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el Nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has blasfemado.
46En este día el Señor te entregará en mis manos, y yo te heriré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los Pelishtím a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, y sabrá toda la tierra que hay Dios en Israel,
47y sabrá toda esta congregación que no con espada ni con lanza; salva el Señor, porque la batalla es del Señor y os entregó en nuestras manos.
48Sucedió que cuando el Pelishtí se levantó y se fue acercando para enfrentarse a David, Se apresuró David y corrió hacia la batalla contra el Pelishtí.
49David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al Pelishtí en la frente. La piedra se hundió en su frente y cayó a tierra sobre su rostro.
50Y venció David al Pelishtí con una honda y una piedra, e hirió al Pelishtí y lo mató; mas no había espada en la mano de David.
51Entonces David corrió y se puso sobre el Pelishtí, tomó su espada, la sacó de la vaina y lo mató, cortándole la cabeza con ella. Vieron los Pelishtím que su campeón estaba muerto, y huyeron.