Rey Maha Kapphina - Damamukanidanasutra - Capítulo 24.
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- Опубликовано: 31 янв 2025
- Érase una vez, en un lejano reino llamado la Tierra Dorada, un joven rey llamado Maha Kapphina. Era fuerte y valiente y gobernaba muchos pequeños reinos. Su ejército era poderoso y nadie se atrevía a desafiarle.
Un día, unos mercaderes viajeros le trajeron un magnífico regalo: una tela de algodón tan suave y fina que parecía una nube. Cuando el rey preguntó de dónde procedía la tela, los mercaderes respondieron: «De Oriente».
El rey, lleno de orgullo, pensó: «¡Todos los demás reyes deberían mostrarme un poco de respeto! Voy a enviarles un mensaje para que sepan quién soy».
Así que envió un mensajero al rey Pasenadi, con un mensaje muy arrogante: «¡Debes obedecerme inmediatamente! Cuando oigas mi voz, ¡debes levantarte, moverte y hacer todo lo que te diga!
El rey Pasenadi estaba preocupado y fue a pedir consejo a un sabio muy especial: el Buda.
El Buda sonrió y dijo: «No se preocupe. Hay reyes más grandes que él».
Entonces el Buda hizo algo mágico. Se transformó en un rey celestial, rodeado de luz y belleza. Cuando el mensajero de la Tierra Dorada lo vio, se quedó atónito.
Este rey luminoso dijo al mensajero: «Yo soy el verdadero rey de todos los reinos».
Mostró su poder no a través de la fuerza, sino de la sabiduría. Tensó un arco que nadie más podía tensar, y cuando disparó una flecha, ésta se convirtió en luz e iluminó el mundo entero.
Esta luz tocó a todos los seres: seres celestiales, humanos en la tierra, criaturas en los océanos, incluso a los que sufrían. En todas partes, la gente sintió alegría, paz y compasión.
El rey de la Tierra Dorada y sus ministros quedaron tan impresionados por esta sabiduría que pidieron ser discípulos del sabio luminoso.
El Buda explicó a su discípulo Ananda: «Este rey fue generoso en una vida anterior. Ayudó a reparar un templo y a alimentar a los monjes. Por eso ahora tiene la oportunidad de comprender la verdadera sabiduría».
Y así el orgullo del rey se transformó en humildad, y la violencia en compasión.
Esta historia no es simplemente un cuento, sino un espejo que nos invita a mirar lo mejor de nosotros mismos. Esta historia nos enseña varios valores importantes:
1. La verdadera fuerza no reside en la violencia
La fuerza del rey de la Tierra Dorada parecía impresionante al principio: muchos soldados, un gran ejército, un reino poderoso. Pero el brillante sabio nos muestra que el verdadero poder reside en la compasión, la sabiduría y la capacidad de comprender a los demás.
2. La humildad es una virtud
El joven rey, orgulloso y arrogante al principio, aprende que nadie es todopoderoso. La verdadera grandeza se encuentra en la humildad y la amplitud de miras. Ser capaz de reconocer las propias limitaciones es un signo de madurez.
3. La generosidad da frutos
La historia demuestra que las buenas acciones del pasado incluso las más pequeñas pueden tener consecuencias positivas en el futuro. En una ocasión, el rey ayudó a reparar un templo y a mantener a unos monjes, y esta generosidad acabó llevándole a conocer al sabio y a comprender una verdad más profunda.
4. La compasión transforma
La luz del sabio no era de castigo, sino de curación. Tocaba con compasión a todos los seres, desde los seres celestiales hasta las criaturas que sufrían. Esto demuestra que la verdadera sabiduría busca comprender y ayudar, en lugar de juzgar o condenar.
5. Todo el mundo puede cambiar
El rey, a pesar de su orgullo inicial, es capaz de transformarse. Esto nos recuerda que nuestros defectos no son definitivos y que siempre podemos elegir crecer y aprender.
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