23 Junio 2024-Domingo 12º Ordinario-Ciclo B-Mc 4, 35-41-No te preocupes hijo aquí estoy-

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  • Опубликовано: 30 сен 2024
  • EVANGELIO DEL DOMINGO 12º DEL TIEMPO ORDINARIO, 23 DE JUNIO 2024-CICLO B: Mc 4, 35-41: «NO TE PREOCUPES, HIJO: AQUÍ ESTOY CONTIGO». Esta frase dicha por un Papá a su hijo nos ofrece también a nosotros muchísima confianza. El hijo estaba en el zoológico con toda la familia, mirando la jaula de los leones. Y, en un momento dado, uno de los leones se lanzó sobre las redes con un rugido tan grande que el niño se asustó. El papá estaba ahí al lado, y enseguida se acercó a su hijo y le dijo: "No te preocupes, hijo, aquí estoy contigo". Y el niño se tranquilizó. ¡Cómo no tranquilizarse, si su papá, que lo trajo a la vida, siempre lo cuida! Así podemos decir que nos pasa en esta vida; y en este Evangelio a cada uno de nosotros Jesús nos dice: "Aquí estoy contigo".
    VAMOS A LA OTRA ORILLA. Al atardecer, estando en la orilla del lago, Jesús les dice: "Vamos a la otra orilla". ¿Qué nos está diciendo Jesús? Se establece una historia de amor entre Jesús y sus discípulos, que le estaban siguiendo y habían tenido una jornada verdaderamente intensa. Así que al atardecer, Jesús toma la iniciativa y les invita a estar a solas con Él. Y en la misma barca, desde donde estaba predicando, se van y se alejan de la gente. La gente y muchas otras cosas pueden estorbar para estar con Jesús. Jesús nos invita entonces a convivir con Él y dejar de lado todo aquello que nos pueda estorbar para regar el amor. Las historias de amor empiezan un día al decir "sí", pero Jesús nos hace caer en la cuenta que hay que dejar espacios para regar el amor, y no hay que dejar pasar el día. Por eso, al atardecer, después del trabajo, hay que dejar espacios para el amor. El amor hay que regarlo.
    EL AMOR NO ES UNA POESÍA. ¿De dónde saco esto? Jesús nos invita a dejar lo que nos aparte del amor. Tenemos que dejar la gente, las preocupaciones, desde el punto de vista físico, pero también desde el punto de vista afectivo. En el amor se pasa por momentos difíciles. Y Jesús pone a prueba a sus discípulos y también nos pone a prueba nosotros. Y vienen los huracanes de la vida, porque no todo es color de rosa. Y en esas dificultades, en las que tú piensas que Dios como que se aleja, entonces se puede oscurecer el amor. El amor pasa por la realidad y no es simplemente una fantasía de un día, que te pareció muy bonito seguir a Jesús. No pienses, entonces, cuando lleguen los huracanes que Jesús ya no está contigo. Simplemente tú vas con Jesús aunque Él está dormido. Además, a Jesús le encanta que pasemos por la prueba, porque la prueba no es un momento para caer. La prueba es para madurar en el amor.
    LAS PRUEBAS SON OPCIÓN DE MADUREZ. Jesús pone a prueba el grado de madurez de sus discípulos en su amor, en su confianza. La vida es diferente cuando así vivimos. Por eso tiene sentido la pregunta de Jesús: ¿Por qué dudan, por qué tienen tanto miedo? Jesús les hace ver que Él está más preocupado de ellos que ellos de sí mismos. Nos toca, pues, seguir confiando aunque haya dificultades. Me puedo preguntar: ¿Creo espacios para confiar? ¿Me vuelvo al Señor no para reclamarle sino para decirle: "En Ti confío". Y Jesús me responde: "Si amas, confía; si me quieres, confía. Si estás seguro que yo soy tu Padre, confía". Por eso es válido el ejemplo del inicio: "No tengas miedo, yo estoy aquí contigo". Y nosotros podemos igualmente decirle a Jesús: "En Ti confío, Tú eres el capitán de mi vida. ¡Cuenten con mi bendición que se la doy de todo corazón y, también por supuesto, con mi oración de cada día! P. Salvador Gómez, L.C.

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