OLAS Y COQUINAS - HUELVA

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  • Опубликовано: 19 апр 2022
  • Una de las escenas habituales en las bajamares de las playas de la provincia de Huelva es la práctica del marisqueo, protagonizada por los coquineros en plena faena en la captura de la coquina, exquisito manjar culinario.
    El paisaje coquinero, en este caso, se encuentra en las playas de Ayamonte, las más occidentales de la provincia. Esta zona de la playa ayamontina, no lejos del Bajo de Poniente (gran bajo arenoso cercano a la desembocadura del Guadiana), se caracteriza por olas muy suaves, casi imperceptibles, con poca profundidad, dándose las condiciones idóneas para el marisqueo, tal y como podemos observar en las imágenes, con las figuras de los coquineros en plena actividad, figuras acariciadas por suaves olas.
    Y la reina del marisqueo es la coquina, el Donax trunculus, ese molusco bivalvo acéfalo, de pequeño tamaño, de concha ovalada y cuneiforme que tantas delicias causan en los paladares. En esta zona andaluza (costas de Huelva y Cádiz), aparte de su abundancia, el consumo de la misma es muy alto.
    La abundancia de la coquina tiene que ver con su fácil reproducción. Este molusco unisexual con fecundación externa, expulsa sus huevas en el agua. Los huevos, al eclosionar, generan larvas que quedan suspendidas en el agua en forma de plancton, hasta que desarrollan la concha y se establecen en el fondo marino. Este pequeño animalito, cuando va siendo adulto se entierra en la arena de las playas de resaca, normalmente hasta los cuatro metros de profundidad, aunque pueden llegar a bajar hasta los quince. Sale a la superficie con las olas y se vuelve a sepultar con la resaca.
    Y ahora toca sacar a la luz tan sabrosa delicatesen. Para ello existen diferentes modalidades: el llamado marisqueo a pie y el marisqueo a flote (cuando se practica con barco). El marisqueo a pie, a su vez, tiene distintos procedimientos. Por un lado, con los pies se remueve la arena mientras se camina lentamente hacia atrás, recogiendo las coquinas con las manos. Hoy día, es una modalidad que solo se practica como entretenimiento en las playas.
    Y la otra forma de la obtención de la coquina, también a pie en la playa, que es el que observamos en las imágenes, es el llamado marisqueo al taladro. El rastro o taladro se compone de un armazón triangular de hierro; uno de sus lados, de unos 50 cm, posee generalmente una serie de dientes. Este armazón tiene incorporado un saco de red y un mango de madera que va sujeto a la cintura del coquinero por una correa para facilitar la tracción. El mariscador, caminando hacia atrás, tira del rastro moviendo el mango. Una vez lleno el copo se deposita su contenido fuera del agua y se va seleccionando las coquinas.
    Y como hemos comentado, las coquinas salen a la superficie con las olas. Observamos a los coquineros rodeados de bellas y suaves olas en esta hermosa bajamar ayamontina. En esta preciosa, amplia y serena playa de arena fina y dorada, las olas vienen y van, olas llenas de azucenas blancas bailando una dulce melodía del perfumado mar.
    En cada porción de esas espumas nacáreas podemos imaginar infinitas figuras de ensueño mientras percibimos el olor a mar, a yodo y sal. La felicidad se respira en Isla Canela. El tierno despliegue de las olas, despilfarrando nieve y creando un abanico nacáreo de distinguido aroma y música celestial, nos proporciona momentos de relax.
    Tras disfrutar de la preciosa escena formada por las olas y los coquineros, ya solo nos queda degustar una buena ración de coquinas al ajillo o a la marinera con una cervecita fresca (o un vino).
    Nota: Imágenes, vídeos, música o textos pueden haber sido cedidos por amigos y colaboradores del canal pero siempre sin ánimo de lucro.

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