El ikigai, viene con una promesa mágica: “encontrá tu razón de ser y vas a vivir largo y feliz.” Spoiler: no funciona así. Este concepto, que es tan lindo como ambiguo, nació en Okinawa, donde lo entendían como "la razón para levantarse cada mañana." Pero después llegó el libro de Héctor García y Francesc Miralles y lo convirtió en el santo grial de los coachs de autoayuda.
No te obsesiones con “ser quien realmente sos” ni con "descubrir tu propósito en la vida." Mejor, buscá causas que te muevan, aunque sean pequeñas. Esas causas que activan el deseo y que, en el camino, tal vez -solo tal vez- te regalen un momento de felicidad.
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