Tras ubicar a Jesús en su contexto y cultura, hay que conocer sus raíces. Para ello, ¡qué menos que profundizar en la figura de su madre! Aunque no aparece en los Evangelios, en algún momento de la vida privada murió San José. De modo que, Jesús y la Virgen pasaron muchos años viviendo juntos y, por tanto, tienen una relación muy especial y una complicidad absoluta. Esto tiene implicaciones en la personalidad de ambos. Y es
que, realmente, Jesús tiene muchos rasgos femeninos heredados del trato tan cercano con la Virgen.
En distintas escenas del Evangelio vemos ejemplos de ello. Desde la preocupación natural de las madres por que la gente coma, pasando por el trato con los niños, hasta lle...