Tokio, una gatita juguetona, nunca recogía sus juguetes. Un día, al buscar su mono de peluche favorito, se dio cuenta de que no podía encontrarlo. Después de buscar en vano, decidió ordenar sus juguetes y, para su sorpresa, encontró a su querido mono escondido. Aprendió que ser ordenada no solo embellece su espacio, sino que también le ayuda a encontrar lo que ama. Desde entonces, Tokio siempre guarda sus juguetes.